Uruguay dio un paso más hacia el etiquetado frontal, usando un símbolo negro similar al del modelo chileno pero con otro perfil nutricional. En Chile se trata de cuatro octágonos negros con advertencias sobre contenidos alto en para calorías, azúcares, sodio y grasas saturadas.
En Uruguay, en cambio, las etiquetas de advertencia dirán exceso de azúcares, grasas, grasas saturadas y sodio. A decir de la Presidenta de la Asociación Argentina de Tecnólogos Alimentarios (AATA), Susana Socolovsky, Todos los alimentos que hayan sido envasados en ausencia del consumidor y superen los límites establecidos deberán llevar estas advertencias en la cara frontal del envase, en relación con la cantidad de sodio, azúcares, grasas y grasas saturadas. A partir de ahora, la industria uruguaya cuenta con sólo 18 meses para ponerlo en práctica.
Si bien los países miembros de Mercosur ya habían acordado en trabajar conjuntamente para establecer un etiquetado frontal de alimentos envasados en la región, con el objetivo de tomar una decisión consensuada y así incentivar la importación y exportación, Uruguay resolvió publicar el decreto incumpliendo de ese modo con los acuerdos previos. El decreto uruguayo constituye una traba al comercio de alimentos en la región comenta la líder de AATA.
La diferencia entre el etiquetado en ambos países es muy grande. Si bien comparten el diseño de la señal de advertencia, sus parámetros de aplicación son totalmente distintos ya que Uruguay es el único país del mundo que optó por seguir los criterios de la OPS. indicó Socolovsky.
El modelo elegido por Uruguay y planteado por la OPS establece el uso del logo de advertencia en todo producto que supere el porcentaje de calorías de azúcares, grasas y sodio, de acuerdo con parámetros que se describen en una tabla. El problema es que, estos parámetros que se aplicarán a cada producto, fueron establecidos por la OMS con base en una dieta total de 2,000 calorías. La OPS los usará en un solo alimento y no en una dieta total, exigiendo a la industria un balance de alimentos que es casi imposible de conseguir problematiza la especialista.
En otras palabras, en Chile, los parámetros que hacen obligatorio el uso de la etiqueta se encuentran establecidos por grupos de nutrientes a controlar. Esto permite a las industrias reformular sus productos para disminuir la cantidad de nutrientes que se pretenden reducir. De esta manera, tienen la posibilidad de mejorar el perfil nutricional de alimento -modificando su composición- y evitar así el uso de la advertencia frontal, advierte Socolovsky.
En contraparte, el etiquetado uruguayo no incentiva la reformulación del producto ya que, al quitar un nutriente crítico (azúcares, sodio y grasas saturadas), el aporte calórico disminuye, pero también disminuyen las calorías totales del alimento. De esta manera, la relación calórica se mantiene y, por ende, los productos que hoy tienen un 25% de reducción del nutriente crítico -por ejemplo, las mermeladas con menos azúcar o quesos con menos grasas- deberán llevar igualmente la etiqueta de advertencia, finaliza Socolovsky.
Fuente: Salud en Corto