Los consumidores apuestan cada vez más por alimentos saludables y las dietas sin, en las que incluyen productos sin gluten. Las empresas que se enfoquen en estos aspectos, tendrán grandes oportunidades.El 1% de la población española está diagnosticada como celíaca,no obstante, la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) estima que aún hay alrededor de 450,000 personas sin diagnosticar su intolerancia al gluten.
El gluten es una fracción proteínica del trigo, centeno, cebada y otras variedades, conocida por provocar intolerancia en pacientes celiacos, aunque también es capaz de generar respuestas alergénicas y síntomas gastrointestinales de naturaleza no celíaca.
Este sector tiene cuatro ejes que estructuran su futuro: precio, etiquetado, variedad de producto y distribución, los cuales también representan importantes retos y las oportunidades.
La distribución de los alimentos sin gluten sigue marcando tendencia. Cada vez hay una mayor presencia de productos sin gluten en los supermercados, donde destacan significativamente las marcas blancas propias de cada uno de estas superficies. No en vano fueron los primeros en adaptar su oferta a las necesidades de la población celíaca.
Esto ha obligado a las marcas a ofrecer una mayor calidad en sus productos sin gluten y a buscar una salida en las tiendas especializadas en venta de productos adaptados a personas con intolerancias alimentarias. Además las panaderías y el sector panadero están haciendo un esfuerzo especial por adaptar sus productos incluyendo recetas sin gluten en su oferta.
Otro aspecto muy importante es la información transparente y el correcto etiquetado de los alimentos sin gluten.
Con la entrada en vigor del reglamento nº 828/2014 en julio de 2016, la declaración «muy bajo en gluten» solamente se puede utilizar cuando alimentos que contengan trigo, centeno, cebada, avena o sus variedades híbridas, o que contengan uno o más ingredientes hechos a partir de estos cereales, que se hayan procesado específicamente para reducir su contenido de gluten; no contengan más de 100 mg/kg de gluten en el alimento tal como se vende al consumidor final.
Se debe tener presente lo que establece el reglamento 1169/2011 de información al consumidor en cuanto a la información nutricional presente en las etiquetas de los productos y la identificación de los alérgenos en la misma.
La etiqueta sin gluten resulta un reclamo ya no sólo en la percepción de productos más saludables, un 25% , sino que además se concibe como productos de calidad superior.
En este sentido, la I+D+i tiene un gran papel, ya que gracias a ella los productos sin gluten adquieren cada vez mayor calidad nutricional, ganan en cualidades sensoriales y se encuentran nuevas fórmulas.
Los alimentos sin gluten tienen precios altos y las asociaciones de celíacos plantean la necesidad de adaptar sus precios a las de otras categorías, por lo cual es necesario avanzar en los próximos años.
Entre los factores que influyen en el precio de estos alimentos están la dificultad de elaboración, ingredientes menos habituales, controles en los campos de cultivo, en los tratamientos, en los procesos de fabricación y en elaboración, mayor control analítico, unido a un volumen de producto menor.
El aumento de la demanda, la investigación en la mejora de procesos y la innovación en producto, así como la entrada de nuevos competidores en el mercado, pronostican que los precios bajarán progresivamente en los próximos años.
Para avalar la obtención de productos libres de gluten se requiere la implantación de un sistema analítico estricto, con una metodología que permita una gran sensibilidad a la detección de cualquier traza de gluten.
El método Dr. Mendez, reconocido mundialmente, se basa en la realización de un inmuno ensayo sobre un extracto alcohólico de la muestra, realizado para extraer y concentrar el gluten de la misma y es el único reconocido por FACE.
Para tal efecto, los laboratorios de AINIA están homologados por FACE para el control de gluten en los alimentos y disponen de siete laboratorios en las áreas de análisis físico-químico básico, cromatografía, microbiología y bioensayos, respaldados por una experiencia de tres décadas en análisis de alimentos.
Fuente: AINIA Centro Tecnológico