La bioeconomía aspira a reformular la economía humana de forma que esté en simbiosis con el ecosistema biológico en su conjunto, minimizando el impacto en el medio ambiente y garantizando modelos sostenibles a largo plazo aprovechando los recursos disponibles de manera eficiente.El sistema productivo actual supone actualmente retos como el cambio climático, aumento de la población del planeta, desigualdades económicas entre países, agotamiento de recursos naturales, extinción de especies o desperdicio de alimentos, a los cuales hay que dar una respuesta urgente.
En ese sentido, la bioeconomía es un enfoque que tiene como objetivo el explorar la fase siguiente de esta transición vital que significa el único camino para garantizar la supervivencia humana y la del planeta.
La bioeconomía apuesta por la cooperación de los elementos que forman parte del ciclo productivo con el objetivo de conseguir que el desarrollo económico y social pueda sustentarse con los recursos de los que disponemos.
La bioeconomía está ligada íntimamente con la idea de progreso, que se ve plasmada en las ventajas que aporta:
Recursos naturales sin fin: Alternativas a la economía carbonizada hacen posible no depender de una serie limitada de recursos con el peligro de agotarlos.
Más empleo: La Unión Europea prevé que se crearán un millón de empleos relacionados con la bioeconomía de aquí al año 2030.
Recuperación de recursos y especies: La cooperación entre la economía y la naturaleza garantiza la supervivencia de los organismos vivos.
Reducción de las desigualdades sociales: El cambio de paradigma beneficia el desarrollo de la economía en países que, ahora, son meros productores de materias primas.
Mejora la salud: La sustitución de materiales poco saludables en la elaboración de alimentos provoca una mejora en la salud humana.
Disminución del desperdicio de alimentos: Un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia en el mundo (1,700 millones de toneladas al año). La economía circular lucha contra el despilfarro y favorece el reciclaje.
Un buen ejemplo de bioeconomía es el pastoreo, que permite el desarrollo de una actividad productiva a la vez que limpia los montes y previene los incendios forestales. Otro ejemplo sería la transformación de los purines del ganado porcino en alimentos para mascotas.
Hay multitud de aplicación de modelos bioeconómicos en todos los sectores económicos. Se trata de un enfoque que la Unión Europea está decidida a fomentar como ya lo demostró en 2018 con la organización de la Conferencia de Bioeconomía con el fin de explorar la fase siguiente de esta transición vital que significa nuestro único camino para garantizar nuestra supervivencia y la del planeta.
Fuente: Interempresas