La tecnología revoluciona toda actividad humana. En cuanto un nuevo avance aparece, irrumpe en rubros o sectores que incluso, en muchas ocasiones, son ajenos al propósito para el que fue creado inicialmente. En años recientes, la Inteligencia Artificial (IA) ha alcanzado diversas actividades y la industria alimentaria no escapa de su alcance e influencia, pues contribuye de manera positiva en su evolución.
Es muy importante tener en mente que la tecnología siempre ha estado profundamente ligada a la producción de alimento.
Si caemos en cuenta que en los inicios de la humanidad el uso de un palo para sembrar semillas en vez de utilizar las manos significó un avance tecnológico, podremos dar dimensión a lo que ocurre en la actualidad. A final de cuentas, un palo o la IA son herramientas que, cada una en su momento, revolucionaron la forma de producir alimentos.
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El impacto de la IA en la industria alimentaria
La IA tiene un creciente impacto en las etapas primarias de la industria de los alimentos. El sector agrícola ocupa análisis de datos obtenidos a través de sensores colocados en los campos y permiten monitorear las condiciones de los cultivos como:
- su nivel de humedad
- los nutrientes presentes en el suelo
- las variaciones climáticas
A partir de esa información, se toman decisiones como el momento adecuado para plantar, para fertilizar, regar o detectar plagas o enfermedades.
Trasladado a las siguientes fases y a otros procesos, la IA se utiliza para mejorar la calidad y la seguridad alimentaria. Es posible detectar microorganismos o sustancias presentes en los alimentos para actuar en consecuencia.
Tal vez, te preguntes cómo es que eso resulta novedoso o innovador si desde hace muchas décadas ya tenemos un robusto sistema de producción que protege la inocuidad, la higiene y la limpieza en la producción alimentaria.
La respuesta más sencilla es: la velocidad con la que se hace. En el pasado, en ocasiones era necesario detener la producción para realizar los estudios necesarios.
O por ejemplo, para detectar un lote contaminado, se elegían (bueno, en realidad aún es una práctica común) envases de forma aleatoria luego de establecer una muestra que resulte representativa.
Con la IA, es posible saber exactamente dónde existen fallos en la higiene o dónde hay sustancias que no deberían estar presentes.
La tecnología a favor de la industria
En muchos casos, ya no es necesaria la intervención humana porque la IA hace la detección, toma acciones basadas en la información obtenida y además aprende para futuras situaciones. Los algoritmos pueden analizar una cantidad de datos que excede por mucho la capacidad humana.
La llegada de la tecnología y la Inteligencia Artificial a la producción de alimentos es un paso completamente natural; la creatividad seguirá en manos de los profesionales.
Pero los procesos que puedan ser automatizados para reducir tiempos, fallas y desperdicio de energía, recursos o insumos, sin duda representan un beneficio operativo, laboral y medioambiental.
- Al hablar de higiene, ineludiblemente tenemos que hablar de agua. Cualquier instalación (relacionada con alimentos o no) que se vale de la IA para gestionar el agua de su producción puede tener beneficios operativos que se reflejarán en la calidad e inocuidad de sus productos finales.
Tener oportunamente información crítica, a nivel del establecimiento, los activos o la empresa, permite identificar y detectar problemas con la calidad del agua y activos en mal funcionamiento. Esto se haría para tomar medidas rápidamente y conservar el agua, ahorrar energía, recortar costos y proteger la inocuidad de los productos.
Si ampliamos el panorama y consideramos que el sector agroalimentario y la industria mexicana en su conjunto consumen casi 90% de más de 475 mil millones de metros cúbicos del agua que el país tiene disponible cada año.
De acuerdo con Conagua, podemos tener una mejor idea de la necesidad de proteger el líquido sin comprometer lo que llega al consumidor final.
Sistemas y automatización para optimizar la operación
Citar un ejemplo concreto puede resultar complicado porque cada sector, cada instalación e incluso cada tipo de producto tiene necesidades particulares.
De hecho, hasta imaginar cómo luce una IA es complejo. Al final, son sistemas computacionales que pueden integrarse a diversos equipos y se valen de sensores que proporcionan grandes cantidades de información que es procesada a grandes velocidades.
Sin embargo, es posible mencionar a las soluciones APM, sistemas que supervisan métricas, como el uso de la CPU y los requisitos de memoria que garantizan que una aplicación obtenga todos los recursos informáticos que necesita para funcionar correctamente.
Las soluciones de APM efectivas conectan fuentes de datos integrales, ofrecen visualización y utilizan análisis de avanzada para conseguir información útil, colaboración y calidad en las decisiones.
Con un método de APM, se obtiene lo necesario para desarrollar e implementar de forma proactiva estrategias que garantizan la confiabilidad y productividad a largo plazo. Ello ayuda a:
- lograr un rendimiento óptimo en las operaciones
- evitar tiempos de inactividad y pérdida de ganancias a causa de fallas del sistema
- evitar reparaciones costosas de equipos que requieren mucho tiempo
- prolongar la vida útil de un sistema, que le permite ahorrar dinero y recursos
- reducir riesgos de seguridad e higiene
- ahorrar agua y energía
- reducir el costo de las operaciones
La gran ventaja de estas soluciones radica en su adaptabilidad a sectores como el nuestro, que busca entregar alimentos sanos, nutritivos e inocuos a los consumidores finales.