El 20 de mayo, se conmemora el Día Mundial de las Abejas, una efeméride clave para reflexionar sobre el papel esencial que desempeñan estos polinizadores en la producción de alimentos y la sostenibilidad del sistema agroalimentario.
Más allá de su relevancia ecológica, las abejas se han consolidado como aliadas estratégicas de la seguridad alimentaria global, impactando directamente en el rendimiento, calidad y diversidad de los cultivos, así como en la rentabilidad de las cadenas productivas.
En un contexto de cambio climático, pérdida de biodiversidad y presión sobre los ecosistemas, su protección y gestión sostenible son imperativos técnicos para la industria agroalimentaria.
Polinización dirigida: impacto en cultivos de interés comercial
La polinización por abejas afecta de forma directa el rendimiento de más del 75% de los cultivos destinados a la alimentación humana.
- Frutas como el aguacate, mango, arándano, manzana y cítricos; semillas oleaginosas como el girasol y la canola; así como legumbres, hortalizas y forrajes, dependen parcial o totalmente de este proceso.
La polinización dirigida, implementada de manera controlada en entornos agrícolas, ha demostrado mejorar los calibres, la uniformidad, el cuajado de frutos y la calidad organoléptica, factores determinantes en la agroindustria.
Según la FAO, el valor económico global de la polinización asciende a más de 235 mil millones de dólares anuales.
Riesgos actuales: declive poblacional y factores de presión
Las abejas enfrentan múltiples amenazas, el uso indiscriminado de agroquímicos (especialmente neonicotinoides), enfermedades como la loque americana y la varroasis, la expansión de monocultivos, el cambio climático y la fragmentación del hábitat.
El síndrome del colapso de colonias (CCD, por sus siglas en inglés) ha generado alarmas en países como Estados Unidos, Brasil y México, donde la disminución de polinizadores ha afectado seriamente cultivos comerciales.
Este fenómeno no solo compromete el equilibrio ecológico, sino también el aprovisionamiento estable de materias primas en la cadena alimentaria.
Apicultura industrial: más allá de la miel
En el ámbito industrial, la apicultura no se limita a la producción de miel. Las abejas son utilizadas como herramienta biotecnológica para maximizar rendimientos agrícolas mediante servicios de polinización comercial contratada.
Empresas agroexportadoras y agronegocios en países como Chile, Argentina y México han comenzado a integrar modelos de gestión apícola dentro de sus sistemas productivos como estrategia de valor añadido.

Además, productos derivados como propóleo, jalea real, cera y veneno de abeja tienen aplicaciones emergentes en alimentos funcionales, farmacéuticos y cosméticos, abriendo nuevas oportunidades de desarrollo para el sector.
Estrategias de conservación e integración en sistemas agroecológicos
Desde un enfoque técnico, existen diversas estrategias para promover la salud y persistencia de las abejas en entornos agrícolas:
- Rotación de cultivos y paisajes multifuncionales, que aumentan la disponibilidad floral.
- Reducción y manejo responsable de agroquímicos, mediante prácticas de manejo integrado de plagas.
- Zonas de refugio con vegetación nativa, diseñadas como corredores ecológicos.
- Uso de colmenas móviles para polinización estacional controlada.
- Certificaciones de agricultura sostenible que incorporen criterios de biodiversidad.
Estas acciones permiten no solo conservar la diversidad biológica, sino también garantizar sistemas agroalimentarios más resilientes frente a choques externos.


Tecnología y monitoreo: IA, sensores y big data para proteger polinizadores
La aplicación de tecnologías emergentes en la apicultura ha ganado terreno en América Latina. Startups y centros de innovación están desarrollando sensores inteligentes instalados en colmenas, capaces de monitorear la temperatura, humedad, presencia de plagas y actividad de las abejas en tiempo real.
El análisis de datos con inteligencia artificial y machine learning permite predecir patrones de comportamiento y prevenir colapsos de colmenas. Asimismo, drones y cámaras multiespectrales están siendo utilizados para identificar zonas óptimas de floración y planificar rutas de polinización más eficientes.
Normativas, certificaciones y comercio internacional
A nivel normativo, organismos como la FAO, el IICA y la Comisión Europea han emitido directrices específicas para proteger a los polinizadores dentro de los sistemas agroalimentarios.
- México, por ejemplo, cuenta con la NOM-000-SAG/GAN-2022, que regula las buenas prácticas apícolas, y promueve estándares para productos apícolas exportables.
Las certificaciones internacionales, como Rainforest Alliance, USDA Organic o Fairtrade, están comenzando a integrar criterios relacionados con la salud de los polinizadores, lo cual representa una ventaja competitiva para exportadores que buscan ingresar a mercados más exigentes.
Casos de éxito en América Latina: innovación y sostenibilidad apícola
En Jalisco, México, productores de berries trabajan en alianza con apicultores para implementar polinización cruzada asistida en invernaderos tecnificados.
En Argentina, el proyecto "Apicultura Sostenible en el Gran Chaco" ha demostrado cómo la integración de la apicultura con cultivos tradicionales mejora los ingresos rurales sin comprometer los ecosistemas.
Chile, por su parte, ha incorporado sistemas de certificación de calidad para los servicios de polinización, incentivando la trazabilidad y la profesionalización del sector.
Implicaciones para la industria alimentaria y de bebidas
Para los profesionales de la industria alimentaria, el futuro de los polinizadores está estrechamente vinculado con la seguridad del abastecimiento, la calidad de ingredientes y la innovación en formulaciones.
Ingredientes como frutos secos, frutas tropicales, aceites vegetales y productos derivados de la apicultura podrían experimentar fluctuaciones de precio y disponibilidad ante una disminución de los polinizadores.
La industria también tiene el reto y la oportunidad de impulsar cadenas de suministro responsables, fomentando compras sostenibles, apoyando iniciativas de conservación y visibilizando el rol de las abejas en el origen de sus productos.
Un compromiso estratégico para la resiliencia alimentaria
El Día Mundial de las Abejas no debe ser visto únicamente como una efeméride simbólica, sino como un recordatorio estratégico para el sector agroalimentario. La protección y promoción activa de las abejas es una decisión técnica y económica, vital para asegurar la sostenibilidad, competitividad e innovación del sistema alimentario.
Desde los agronegocios hasta los fabricantes de alimentos y bebidas, todos los actores de la cadena de valor tienen un papel en la preservación de estos polinizadores, cuyas alas sostienen la seguridad alimentaria del futuro.