La defensa de los alimentos se diferencia del fraude alimentario en que la motivación no es el beneficio económico, sino la intención de causar daño a los consumidores o a las empresas desde un punto de vista ideológico o de comportamiento.
La pandemia de Covid-19 continúa amenazando la seguridad alimentaria debido a su repercusión en las cadenas de suministro de alimentos a escala mundial. Aunque la pandemia no genera nuevos problemas, puede agravar los existentes al producir cambios en el suministro de alimentos.
En el webinar “Food fraud y Covid-19”, Adrian Casillas, Representante del FSSC 22000, en el marco de Expo Confitera CIAJ, señala que la Autoridad Europea de Inocuidad Alimentaria (EFSA) declaró en abril pasado que no existe evidencia para suponer que los alimentos sean una posible fuente de infección o vía de transmisión del coronavirus.
La importancia del comercio mundial de alimentos y su contribución a la seguridad alimentaria obliga a todos los países a establecer sistemas para proteger adecuadamente la salud humana y la sanidad animal y vegetal, al tiempo que facilitan el comercio.
El especialista enfatiza que el fraude alimentario se sustenta en motivación a la ganancia económica. El daño podría ser económico, a la salud pública o el terrorismo.
Riesgos del fraude alimentario
- Riesgos directos para la inocuidad. El consumidor corre un riesgo inmediato, por ejemplo, la adición de melanina a la leche en polvo que da lugar a una exposición extremadamente tóxica; el ocultamiento de sustancias, por ejemplo alérgenos no declarados.
- Riesgos indirectos de la inocuidad. El riesgo para el consumidor es por la exposición a largo plazo, como ejemplo están los altos niveles de metales pesados en los complementos alimenticios que causan daño o durante un período de tiempo más prolongado.
- Riesgo técnico de fraude alimentario. No existe un riesgo directo o indirecto para la inocuidad de los alimentos, por ejemplo, una interpretación errónea de la información del país de origen. Sin embargo, esto indica que la trazabilidad del material puede haberse visto comprometida y la empresa ya no puede garantizar la inocuidad de sus productos alimenticios.
Te puede interesar: Fraude alimentario, un problema sin resolver
Para ayudar a implementar los requisitos de prevención del fraude alimentario de la FSSC 22000, se recomienda la siguiente forma de trabajo:
- Establecer un equipo de mitigación del fraude alimentario.
- Llevar a cabo un Análisis de la Vulnerabilidad al Fraude Alimentario (FFVA, por sus siglas en inglés) que identifique las posibles vulnerabilidades.
- Definir las vulnerabilidades significativas.
- Identificar y seleccionar medidas de control proporcionales para las vulnerabilidades significativas.
- Documentar el análisis de la vulnerabilidad, las medidas de control, la verificación y los procedimientos de gestión de incidentes en un Plan de Prevención del Fraude Alimentario respaldado por el Sistema de Gestión de la Inocuidad de los Alimentos.
- Desarrollar una estrategia eficaz de capacitación y comunicación e implementar el Plan de Prevención del Fraude Alimentario.