Es muy poco probable que la Covid-19 se transmita a través de los alimentos o por envases de productos alimenticios. Los coronavirus no pueden multiplicarse en los alimentos, pues necesitan un huésped animal o humano para hacerlo, por lo que la inocuidad alimentaria se convierte en un tema fundamental para la industria alimentaria.
Si bien no hay evidencia de que los virus que causan enfermedades respiratorias se transmitan a través de los alimentos o de los envases que los contienen, estos productos pueden contaminarse si son manipulados por personas infectadas con la Covid-19 si éstas no adoptan ciertas medidas de higiene.
Sin embargo, la cadena alimentaria ha demostrado una vez más su madurez y compromiso con un gran esfuerzo y gracias a unos sistemas robustos, en muchos de los casos, ayudados por certificaciones que aportan transparencia, rigor y veracidad en las actuaciones realizadas y que, en tiempos de crisis, ponen de manifiesto la importancia de su implantación, seguimiento y consecución.
Inocuidad alimentaria en la cadena de suministro
La cadena alimentaria juega un papel fundamental para para evitar que esta crisis de salud en una crisis alimentaria global. Y es que a medida que el virus se propaga, el sistema alimentario mundial se ha visto en complicaciones debido al cierre de fronteras, las cuarentenas, el acopio de grandes cantidades de alimentos por parte de la población y los problemas e interrupciones de la cadena de suministro y el comercio.
Cabe destacar que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dictaminó que actualmente no existen pruebas de que los alimentos planteen un riesgo para la salud pública en relación con el Covid-19.
“Las experiencias de anteriores brotes de coronavirus afines, como el coronavirus causante del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV) o el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), indican que no se produjo transmisión a través del consumo de alimentos”, explica Marga Hugas, científica jefa de la EFSA.
La prevención como principal estrategia
En la industria alimentaria, es necesario que se tengan estrategias o planes que puedan garantizar la salud no solo de los alimentos, sino de toda la cadena de suministro. Es por ello que las buenas prácticas de manufactura que tienen que ver con monitoreo y control de nuestra salud, de la higiene y de las prácticas del personal son fundamentales para garantizar la calidad y la inocuidad.
Dentro de esta cadena, la logística ocupa un lugar primordial, ya que, desde la producción hasta el cliente final, dichas prácticas están inmersas. Es decir, la recepción de materias primas, hasta el empaquetamiento y las condiciones del transporte son parte de un plan estratégico de control.
Dentro del webinar: “Covid 19: Procesamiento e Inocuidad de Alimentos”, Merab Magaly Ríos Licea, jefe de investigación de productos y procesos en Sigma Alimentos, explicó que “como parte de un plan estratégico de control, tenemos que conocer obviamente las problemáticas, la microbiología, saber que vamos a estamos manejando microorganismos de riesgo potencial, pero también de un riesgo real.
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