Cinco datos sobre el estado de la pesca en el mundo

La pandemia de Covid-19 ha afectado a la mayoría de los países del mundo y su impacto se siente en todas las actividades económicas, incluidas la pesca y la acuicultura.

Es por ello que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está siguiendo de cerca la situación para evaluar el impacto general de la pandemia en la producción, el consumo, el comercio de la pesca y la acuicultura.

Es por ello que en el informe “El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2020: La sostenibilidad en acción”, la FAO da cinco conclusiones respecto a la actividad pesquera en el mundo.

Una tercera parte de peces es objeto de sobrepesca

En 2017, menos de dos tercios de las poblaciones de peces se pescaban dentro de unos niveles biológicamente sostenibles, pero esta cifra sigue en ascenso desde hace medio siglo, y por ello se estima que el crecimiento de esta práctica ha crecido tres veces más desde entonces.

La población de peces afectadas por sobrepesca supone más del 34% del total, aunque sólo generan 22% de los desembarques. Por el contrario, en las pesquerías gestionadas de forma adecuada se está viendo una reducción en el esfuerzo pesquero y un aumento de la biomasa media.

Mejor gestión de pesquerías podría reducir el hambre y pobreza

Casi 20% de la ingesta media de proteínas de origen animal de la mitad de la población mundial procede del pescado. En algunos países como Bangladesh, Camboya, Gambia, Ghana, Indonesia, Sierra Leona y Sri Lanka, su dependencia del pescado para obtener proteínas supera el 50%.

Es importante tener presente que la mitad de los casi 60 millones de personas que trabajan directamente en la industria pesquera son mujeres que, a menudo, son quienes menos cobran, ocupan puestos informales y no cuentan con el reconocimiento del sector.

Por tanto, a nivel ambiental y humanitario, es imperativo garantizar que todos los productos pesqueros se obtengan de forma sostenible. Es poco probable que el objetivo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS), el de acabar con la sobrepesca en 2020, vaya a lograrse. Aunque el ODS 14 (La Vida Submarina) y el ODS 2 (Hambre Cero) pueden alcanzarse en 2030 si se pone empeño en lograrlo.

Las especies sostenibles no existen, solo hay poblaciones sostenibles

El atún se mantiene como el favorito para los consumidores de todo el mundo. Las capturas mundiales de todas las especies de atún juntas han alcanzado niveles históricos. Pero hay grandes variaciones en lo que esto significa para las 23 poblaciones conocidas de cinco especies distintas de atún.

El porcentaje de atún procedente de poblaciones sobreexplotadas ha caído 10 puntos porcentuales en tan solo dos años, lo cual es un verdadero avance. Aunque actualmente, un tercio de los casi ocho millones de toneladas que se capturan al año sigue siendo insostenible, por lo tanto, merece la pena que se compruebe la etiqueta del pescado antes de comprar.

La producción de pescado y marisco crece, pero el consumo lo hace aún más rápido

La población en general consume más de 20 kilogramos de productos pesqueros al año, consumo que supera al crecimiento demográfico y que crece a más velocidad que nuestro apetito por la carne.

El volumen de captura se sitúa en más de 96 millones de toneladas al año, una subida del 14% desde 1990. Pero el consumo ha aumentado en un 122%, la diferencia corresponde a los 82 millones de toneladas procedentes de la acuicultura. Por otra parte, el porcentaje de pescado certificable como sostenible, o que ha sido obtenido de forma responsable, es también mayor que nunca.

Un tercio de la pesca mundial se desperdicia

Hoy en día, la captura de pescado o de crías alcanza los 179 millones de toneladas, de ésta, el 88% se destina exclusivamente al consumo humano. El resto se usa para producir alimento para peces y aceite de pescado y otra parte termina como alimento para mascotas, cebo, forraje o en la industria farmacéutica.

Sin embargo, cada año se pierde o se desperdicia en su recorrido por la cadena de suministro, un tercio de la pesca. Es un problema tal, que es una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es reducirlo a la mitad para 2030.

De acuerdo con la FAO, los países más ricos y con mejores infraestructuras, se desperdicia más la pesca obtenida. En Norteamérica y en Oceanía llega a desperdiciarse hasta la mitad del pescado.

Es por eso que la organización insta a que los gobiernos aplican con rigor el Código de Conducta para la Pesca Responsable y así evitar el desperdicio de lo que podría ser un gran aliciente para reducir el hambre en el mundo.