La integración de la Inteligencia Artificial (IA) en la industria alimentaria ha generado avances significativos en eficiencia, seguridad y desarrollo de productos. Sin embargo, esta adopción tecnológica también ha suscitado preocupaciones entre los consumidores, quienes cuestionan aspectos relacionados con la seguridad, la transparencia y la ética en la producción de alimentos.
Una de las principales inquietudes de los consumidores es la seguridad de los alimentos procesados mediante Inteligencia Artificial.
Aunque la IA se utiliza para mejorar la detección de contaminantes y optimizar procesos de producción, existe el riesgo de que una dependencia excesiva en sistemas automatizados pueda conducir a fallos no detectados o a una respuesta inadecuada ante situaciones imprevistas.
Por ejemplo, un mal funcionamiento en los algoritmos de control de calidad podría permitir que productos contaminados lleguen al mercado, poniendo en riesgo la salud pública.
Además, la vulnerabilidad de estos sistemas a ciberataques plantea preocupaciones adicionales sobre la integridad y seguridad de la cadena de suministro alimentario.
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¿Qué le inquieta al consumidor?
Una gran mayoría de los consumidores cree que los fabricantes de alimentos y bebidas deberían estar obligados a declarar si un producto se ha fabricado con la ayuda de la IA y que dichos productos pueden ser menos seguros, según una nueva encuesta.
Los investigadores dicen que los hallazgos revelan un riesgo de que la incomprensión pública en torno a la IA pueda dañar históricamente a la industria.
En ese sentido, una investigación encargada por Ingredient Communications y realizada por SurveyGoo, recopiló datos de más de mil adultos en Estados Unidos y el Reino Unido.
Mientras que más de la mitad considera que la tecnología de IA es un desarrollo positivo para la humanidad, el 21% no estuvo de acuerdo y el 27% dijo que cree que el uso de la IA en la producción de alimentos y bebidas es un desarrollo no favorable.
La gran mayoría de los encuestados estuvo de acuerdo en que las empresas deberían estar obligadas a declarar en la etiqueta de un producto si ha sido diseñado o fabricado utilizando tecnología de inteligencia artificial. Y cerca del 55%, estuvo muy de acuerdo con esta afirmación, mientras que el 4% estuvo totalmente en desacuerdo con ella.
Transparencia y trazabilidad
La opacidad en los procesos impulsados por IA es otra fuente de preocupación. Los consumidores exigen mayor transparencia en la forma en que se utilizan estas tecnologías en la producción de alimentos.
La falta de comprensión sobre cómo la Inteligencia Artificial toma decisiones en la cadena de suministro puede generar desconfianza.
Es esencial que las empresas implementen sistemas de trazabilidad que permitan a los consumidores conocer el origen de los ingredientes y los procesos involucrados en la elaboración de los productos que consumen.
La implementación de tecnologías de IA debe ir acompañada de estrategias de comunicación claras que informen a los consumidores sobre su papel en la producción alimentaria.
Casi la mitad de los encuestados (44%) afirmó que creía que un producto alimenticio o bebida elaborado con la ayuda de la IA podría ser menos seguro de consumir.
Sin embargo, estaban divididos sobre sobre la probabilidad de comprar un producto alimenticio o bebida elaborado con la ayuda de la IA. Un poco más de la cuarta parte (26%) afirmó que sería más probable que lo hicieran, mientras que el 29% afirmó que sería menos probable.
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Preocupaciones éticas
La automatización impulsada por IA en la industria alimentaria también suscita preocupaciones éticas, especialmente en relación con el empleo. La sustitución de mano de obra humana por sistemas automatizados puede conducir a la pérdida de empleos en el sector, afectando a comunidades dependientes de la industria alimentaria.
Además, surgen interrogantes sobre la responsabilidad ética en caso de errores o fallos en los sistemas de Inteligencia Artificial que afecten la seguridad o calidad de los alimentos.
Es crucial que las empresas aborden estas preocupaciones mediante políticas de responsabilidad social corporativa y programas de reentrenamiento laboral para los empleados desplazados por la automatización.
De acuerdo con Richard Clarke, director general de Ingredient Communications, las empresas de alimentos y bebidas podrían implementar una estrategia de comunicación para garantizar que el público esté informado sobre las formas en que aprovechan el poder de la tecnología de inteligencia artificial.
Algunos consumidores expresan preocupación por la posible pérdida de autenticidad en la experiencia culinaria debido al uso de IA en la creación de recetas y desarrollo de nuevos productos.
Aunque la Inteligencia Artificial puede analizar grandes volúmenes de datos para identificar tendencias y preferencias, carece de la sensibilidad y creatividad humanas necesarias para replicar la riqueza cultural y emocional asociada con la cocina tradicional.
Esta percepción puede generar resistencia hacia productos desarrollados o influenciados por IA, especialmente en segmentos de mercado que valoran la artesanía y la tradición en la alimentación.
El estudio concluye que el 79% de los encuestados estuvo de acuerdo en que los ahorros logrados por las empresas de alimentos y bebidas mediante el uso de Inteligencia Artificial deberían trasladarse a los compradores en forma de precios minoristas más bajos.
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