El coronavirus y los niños, ¿cómo protegerlos?

Desde el inicio de la pandemia por el coronavirus o Covid-19, los niños parecían escapar de las consecuencias más graves.

Como resultado, el consenso científico se mantiene por ahora: la enfermedad de Covid-19 afecta a los niños con menor frecuencia y menor gravedad. Esto no significa que sean inmunes al virus y que no sean capaces de transmitirlo ni mucho menos que su condición no pueda agravarse.

Por esa razón, el sistema inmunológico cobra mayor relevancia en la población infantil. En entrevista para Énfasis Alimentación, la doctora Sydney Greenawalt Rodríguez, Pediatra con Maestría en Nutrición Clínica, señala que una dieta variada en nutrientes tiene un gran efecto en el desarrollo inmune de los niños.

De acuerdo con la especialista, el sistema inmunológico es vital para la sobrevivencia, no sólo contra organismos extraños o patógenos sino también para reconocer al propio organismo. Para comprender mejor cómo funciona en la población infantil, además del papel que juega la alimentación, la doctora Greenawalt responde a seis preguntas básicas.

6 preguntas clave para cuidar y entender el sistema inmune

1. ¿Cómo funciona el sistema inmune?

Todo comienza desde el embarazo. Es crucial que desde este momento la madre mantenga una buena alimentación y que evite en la medida de lo posible todo uso de medicamentos principalmente antibióticos, pues es el periodo en el cual se está formando el bebé y donde la madre le va a transmitir microorganismos benéficos importantes.

Una vez que nace, la lactancia materna es ideal porque esta leche además de proporcionar nutrición, contiene elementos bioactivos los cuales realizan múltiples funciones en el organismo. Entre ellos, los oligosacáridos, azúcares que no se digieren, son un alimento vital para la microbiota, ya que ayudan a que ésta se mantenga sana y equilibrada y con esto se apoye al sistema inmune a funcionar de manera adecuada.

El sistema inmune se divide en dos:

1. El innato: Es con el que se nace y tiene como tarea reconocer a los microorganismos extraños y actuar como primera linea de defensa.

2. Adaptativo: El cual trabajará junto con el sistema innato en crear un sistema mas sofisticado y especifico contra microorganismos extraños creando defensas especiales y memoria.

Para que el sistema inmune sea eficaz deben trabajar los dos en conjunto, pero para ello también se necesita que el niño tenga un buen aporte de nutrientes, ya que todos ellos trabajan para crear un sistema inmune que esté bien formado y funcione de manera eficiente. Aquí los macronutrimentos como carbohidratos, proteínas, grasas; y los micronutrientes como vitaminas y minerales, cobran vital importancia.

Por ejemplo, la vitamina A ayuda a la regeneración de los elementos del sistema inmune. La vitamina C tiene que ver con el recubrimiento del epitelio y es un antioxidante clave para el sistema inmune. La vitamina D tiene muchas funciones y una de las más básicas es mantener al sistema inmune trabajando.

Por su parte, los ácidos grasos de cadena larga, Omega 3 y Omega 6, son muy importantes, porque entre sus múltiples funciones, forman parte de la membrana celular, la cual ayuda a que la información del medio ambiente llegue de manera adecuada al núcleo y éste a su vez pueda realizar su función. También contribuyen a favorecer la producción de sustancias pro y anti inflamatorias, ya que un buen equilibrio entre estas favorece una buena salud.

Para que los niños obtengan esos nutrientes deben tener una alimentación diversa. La lactancia materna y una alimentación complementaria son fundamentales, pues ningún nutriente por si sólo puede ayudar al buen funcionamiento del sistema inmune. Siempre es necesaria la combinación de ellos, para crear las condiciones ideales de trabajo de este sistema de defensa.

Después, cuando el niño cumpla un año y se integre a la alimentación familiar, la recomendación es presentarle alimentos nuevos en pequeñas porciones. Otra cosa que también ayuda, es agregar alimentos suplementados para así tratar de alcanzar los niveles necesarios de vitaminas, minerales y de ácidos grasos.

En ese caso se recomiendan tres comidas con dos colaciones, pues esto completa las necesidades calóricas. Los productos lácteos para niños suplementados con hierro, vitamina D, calcio y otros, deben ofrecerse dos veces al día.

La microbiota intestinal también tiene un papel de defensa muy importante porque forma barreras, produce sustancias que ayudan a matar a microorganismos extraños y ayuda al sistema inmune a trabajar de manera correcta. Por lo tanto, es indispensable comer muy variado y no olvidar consumir alimentos que estén suplementados con zinc, cobre, selenio y otros.

2. ¿Qué alimentos específicos ayudan a cubrir los nutrimentos necesarios?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se pregunta ¿cómo le digo al mundo qué comer si cada país del mundo tiene sus propias costumbres en cuanto a alimentos? Por eso, al iniciar la alimentación complementaria sugiere incluir varios grupos de alimentos en la dieta y combinarlos.

Los divide de la siguiente manera:

- Cereales: Arroz, avena, trigo, maíz, entre otros.
- Alimentos de origen animal: Carne, pescado, pollo, etcétera. La carne tiene mucha vitamina A, zinc y hierro. Los pescados, sobre todo los fríos, tienen Omega 3.
- Frutas ricas en vitamina A (las de color naranja y amarilla). Las rojas tienen antioxidantes. Se trata de combinar todas.
- Verduras: También se deben combinar todas, las de color verde, rojo, morado, etcétera.
- Oleaginosas (grasas): Por ejemplo la chía es buena fuente de grasas, todos los aceites como el de oliva y soya, las nueces, almendras y cacahuate que son buena fuente de proteína vegetal.
- El huevo: Tiene vitaminas y colina, un nutriente importante para el sistema inmunológico y el desarrollo del cerebro.
- Leguminosas: frijoles, lentejas, habas buena fuente de proteína vegetal.

Al final del día se deben combinar cuatro diferentes y así aseguramos que diariamente el pequeño come algo diferente y obtiene todos los beneficios necesarios.

3. ¿Cómo crear buenos hábitos alimentarios en los niños durante esta pandemia?

Los niños y adultos son seres de hábitos, por lo que es importante crearlos desde la infancia. Entre ellos tenemos:

- El desayuno: Es sumamente importante, ya que rompe con el ayuno de la noche anterior y da la energía para iniciar el día de una forma adecuada. Estudios han comprobado que los niños que desayunan tienen menos riesgo de obesidad y un mejor rendimiento académico en la escuela.

- Los niños deben comer sentados, en un lugar destinado sólo para comidas, sin distracciones. El que ayuden en la cocina, tanto a cocinar como a poner la mesa, los motiva a querer comer mejor.

Deben comer porciones pequeñas y el tiempo recomendado es de 10 a 15 minutos para los niños muy pequeños. Siempre es importante fomentarles el consumo de agua y no introducir otro tipo de bebidas azucaradas.

- Tres horas después se les debe dar una colación chiquita. Por ejemplo, una fruta o una tortilla con frijoles.

- La comida: De nuevo enseñarles a que ayuden a prepararla, después sentarse a comer sin distracciones. Nunca deben comer viendo la televisión o haciendo otras cosas, la madre también tiene que sentarse a comer, pues los niños aprenden de lo que ven.

Además, mamá tiene que estar atenta y reconocer los signos de hambre y cuando el pequeño no quiera más, permitirle que deje de hacerlo. Los niños se auto regulan muy bien y entre comidas basta con darles agua.

- Luego viene otra colación y finalmente su cena. En la noche dormir bien ayuda al correcto funcionamiento del sistema inmune. Crear una rutina les ayudará a lograrlo. Por ejemplo: iniciar con la cena (una porción pequeña pero con nutrientes), tomar un baño y luego leerles un cuento.

Con esto se empiezan a programar sus hábitos (ya que existe un orden que los lleva a entender lo que les espera). Además, deben hacer ejercicio durante el día, pues es excelente para el sistema inmune.

4. ¿Cuáles son los retos en alimentación infantil?

Depende del país y de la situación, pero existen aspectos importantes:

- Muchas madres no están conscientes de que tener buenos hábitos y de seguir una rutina crea salud a largo plazo.

- El aspecto económico: A veces es más barato comprar algo procesado y listo para comer que algo sano que se tiene que cocinar.

- El tiempo: Muchas madres trabajan, por ello compran cualquier cosa para hacerlo rápido, además no están con sus hijos, por lo tanto cualquier otro cuidador que no esté tan apegado al niño no se tomará el tiempo para sentarse y enseñarle.

- Existen muchas situaciones que ponen en riesgo una buena alimentación. Por esta razón es esencial trabajar con las madres y los niños desde el nacimiento y contar con un programa para enseñarles.

5. ¿Cuáles serán los nuevos patrones de alimentación infantil a partir de esta crisis?

Debido a que la mayoría de las personas están en casa más tiempo a raíz de la pandemia, las madres tienen doble jornada, atender a los niños y trabajar (en labores de casa o de oficina). Por ello, probablemente lo que está sucediendo ahora es que las comidas son muy rápidas, fáciles y se está comiendo todo el día.

En consecuencia, se deben fortalecer más los buenos hábitos de alimentación. Una recomendación es que todas las madres de familia deberían hacer una lista cada noche, programar qué se va a desayunar al día siguiente, qué van a comer y cenar, y a qué hora los niños van a estudiar o realizar alguna actividad, qué tiempo libre les darán, para que una vez que tengan el control y orden de la situación, sea más fácil manejarlo. Planear el día ayuda mucho.

Establecer horarios y lograr el control ayudará a reducir el estrés, y si esta conducta se continua, permitirá que en el futuro se puedan mantener buenos hábitos saludables para el niño y para toda la familia. Este es un resultado positivo que puede dejar la pandemia.

6. ¿Cuál es el compromiso de la industria de alimentos para producir mejores productos para los niños?

La industria debe trabajar muy de cerca con los médicos y aquellas personas encargadas de la salud de los niños. Es importante conocer la fisiología de los niños, entender como están creciendo y cuáles son sus necesidades para después trabajar en conjunto y obtener los menores resultados.

Otro aspecto importante es el etiquetado de los alimentos. Estas etiquetas deben ser claras, fáciles de leer y para que esto funcione, es importante educar a la población, explicarles que ningún alimento es malo sino que todo es en proporción y límites. Enseñarles que la comida es muy rica, pero que siempre debe haber un balance.

No se debe tener miedo de los alimentos procesados, pues éstos proveen bienestar y practicidad. El conocimiento brinda poder y mientras más se tenga, mejor se podrá trabajar en la salud de los niños y de la población en general.

Lo conveniente es que ante cualquier duda hay que recurrir con el pediatra o nutriólogo para una mayor orientación, tener tranquilidad y, sobre todo, estar conscientes que la alimentación es de suma importancia para la salud de los niños y para todos los seres humanos de este planeta.

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