La hambruna y desnutrición se ha agudizado con el Covid-19 lo que lo ha convertido en un problema de salud pública no solo para México si no para el mundo entero.
De acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), la pandemia en México lanzará a la pobreza extrema a más de 11 millones de mexicanos, que han perdido su empleo y su modus vivendi, agudizando la situación de pobreza en el país que ya padecían 52.4 millones de habitantes antes del brote de coronavirus.
"La mejor defensa de la salud de los mexicanos será garantizar su derecho al consumo de lo esencial para que, en las mesas de los hogares haya comida caliente que nutra y dignifiquen la calidad de vida de las familias mexicanas", enfatizó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Los consumidores con los ingresos más bajos se han convertido en el sector de la población más vulnerable debido a que no tienen poder de compra, esto hace que los alimentos con un nivel nutricional más alto se vuelvan inalcanzables.
La desnutrición es un problema de salud pública que afecta especialmente al sector la infantil, lo que representa un impacto sustancial en el desarrollo de los países ya que las consecuencias a corto, mediano y largo plazo merman en los ámbitos sociales y de salud de la población en general.
En México, uno de cada ocho niños y niñas menores de cinco años presentan una talla baja (moderada o severa) para su edad, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Los niños, niñas y adolescentes de los estados del sur del país tienen alrededor del doble de probabilidades de tener bajo peso o talla para su edad, como consecuencia de la desnutrición crónica, que los que viven en el norte.
Desnutrición en el mundo
Las declaraciones del presidente de ANPEC están en línea con la ONU, que estima que casi 690 millones de personas estaban en situación de hambre en 2019, 10 millones más desde 2018 y casi 60 millones más en cinco años. Este número se concentra principalmente en regiones de Asia y está creciendo de manera exponencial en África.
De acuerdo con datos de la organización, una dieta saludable cuesta mucho más dos dólares por día que es la cantidad mínima de ingresos con la que vive una familia en situación de pobreza. Incluso el precio de la dieta saludable menos costosa es cinco veces mayor que el precio de llenar el estómago solo con almidón.
Los alimentos con alto contenido de nutrientes, como los productos lácteos, las frutas y las hortalizas y los alimentos proteínicos -de origen vegetal y animal-, constituyen los grupos de alimentos más caros del mundo.