Un total de 376 empresas de la industria alimentaria, representativas de 16 Estados miembros de la Unión Europea (UE), firmaron una carta pública en la que instan a los legisladores a mantener un sistema de etiquetado coherente y robusto para los alimentos modificados genéticamente.
Los empresarios expresan su preocupación por la posible desregulación de las técnicas de modificación genética de nueva generación (NGT). En su opinión, podría amenazar su capacidad para ofrecer, a los consumidores, productos libres de organismos genéticamente modificados (OGM).
La carta, firmada por Alexander Hissting, director general de la Asociación Food without Genetic Engineering (Verband Lebensmittel ohne Gentechnik o VLOG), destaca la importancia de un etiquetado claro y transparente, ya que ello permitiría a los consumidores tomar decisiones informadas sobre los alimentos que compran.
Destaca en la misiva que muchos clientes son escépticos sobre los productos transgénicos. Los consumidores quieren decidir por sí mismos sí comprar y comer OGM, por eso el etiquetado es vital.
La preocupación surge ante el debate en la UE sobre la regulación de las plantas NGT o nuevas técnicas genéticas (en inglés, new genetic techniques), que se consideran por algunos como una herramienta para mejorar la producción agrícola y la sostenibilidad.
Pero muchos empresarios están preocupados de que la falta de un marco regulatorio claro y coherente permita la entrada al mercado de productos modificados sin el debido etiquetado. Esto, argumentan, podría confundir a los consumidores y afectar la confianza hacia el consumo de estos productos.
Destacan que muchos clientes desconfían de los productos transgénicos y quieren poder decidir por sí mismos si compran y consumen OGM. Por eso, es muy importante que estos productos estén bien etiquetados.
Además, "las materias primas y los productos que se han producido sin el uso de la ingeniería genética son parte de un mercado alimentario diverso y deben seguir siéndolo". Por ello, las empresas firmantes piden también “piso parejo”.
“No todos los firmantes de esta carta se oponen completamente a las NGT, sin embargo, somos unánimes en que la competencia leal requiere diferenciación. Las materias primas y los productos obtenidos sin el uso de la ingeniería genética son parte de un mercado de alimentos diverso y deberían seguir siéndolo", se lee en la carta.
¿Por qué surge esta controversia?
El 7 de febrero de 2024, el Parlamento Europeo votó a favor del etiquetado y la trazabilidad de todos los productos elaborados con nuevos OGM.
El Parlamento Europeo quiere que los consumidores, agricultores, productores de alimentos y minoristas puedan seguir reconociendo cuándo los productos elaborados mediante nuevas técnicas genómicas (NGT) están presentes en los alimentos o piensos.
Los OGM, o organismos genéticamente modificados, son organismos cuyo material genético ha sido alterado de manera artificial mediante técnicas de ingeniería genética. Esto se hace para introducir características específicas que no se encuentran en la naturaleza, como resistencia a plagas, tolerancia a herbicidas, o mejoras en el valor nutricional.
Los OGM se utilizan principalmente en la agricultura para cultivar alimentos como maíz, soja y algodón, entre otros. La modificación genética permite a los cultivos ser más productivos y adaptarse mejor a condiciones adversas.
Con lo anterior, los consumidores, agricultores, productores de alimentos y minoristas podrán reconocer cuándo los productos elaborados mediante nuevas técnicas genómicas están incluidos en los alimentos o piensos.
Por ello y en aras de la protección del consumidor y de la competencia leal, los firmantes de las cartas solicitan implementar la obligación adoptada por el Parlamento Europeo de etiquetar y trazar todas las NGT en nuestras empresas. Para ello, piden:
- Que las empresas que quieran comercializar NGT en la UE proporcionen métodos de detección, material de referencia y datos sobre la modificación genética durante el procedimiento de autorización.
- Una base jurídica vinculante a escala de la UE que los Estados miembros deben adoptar
- Medidas de coexistencia detalladas que protejan de forma permanente la agricultura y la industria alimentaria de la contaminación con NGT.
- También estamos a favor de la posibilidad de prohibir a nivel nacional el cultivo de NGT.
En aras de la competencia leal y de las expectativas de los consumidores, debe ser posible verificar que el etiquetado se realiza de acuerdo con la ley.
Lo anterior requiere, de forma análoga al sistema actual, métodos analíticos de detección. De este modo, se pueden descubrir las declaraciones que faltan y las empresas y los consumidores pueden estar seguros de que un producto no etiquetado no contiene ningún nuevo OGM.
El costo debe ser asumido por las empresas
También nos une la creencia de que las empresas que introducen nuevas tecnologías deben asumir la responsabilidad de sus decisiones comerciales.
Deben introducirse normas de responsabilidad para garantizar la compensación en caso de contaminación, incluido un fondo de compensación si no se puede identificar al contaminador.
Debe aplicarse de manera coherente el principio de que quien contamina paga quienes utilizan nuevos OGM deben ser responsables de mantener sus nuevos OGM fuera de la cadena de suministro y asumir los costos correspondientes.
Las posibilidades de los métodos de detección para las plantas dependen en gran medida de dos factores:
- La inversión en investigación
- La regulación
La Comisión Europea está financiando ahora dos proyectos para el desarrollo de métodos de detección con un total de 11 millones de euros, lo que supone un importante avance.
Sin embargo, las empresas que quieran comercializar estos productos, aún no están obligadas a presentar métodos de detección, material de referencia y datos sobre la modificación genética.
Sin embargo, se puede suponer que disponen de métodos de detección, simplemente para poder hacer valer su propiedad intelectual, que está protegida por patentes.
Para mantener la agricultura y la producción alimentaria sin OGM a largo plazo, solicitan medidas de coexistencia vinculantes a escala de la UE.
Para minimizar los riesgos de contaminación previsible, se necesita una base jurídica sobre la que los Estados miembros de la UE puedan adoptar medidas de coexistencia adaptadas a nivel nacional y regional.
También piden que para garantizar que la agricultura y la producción de alimentos con y sin OGM sigan siendo posibles en la UE a largo plazo, es necesario un registro de lugares que registre todos los campos en los que se cultivan nuevos OGM con fines comerciales o experimentales, normas de distancia específicas para cada planta y especificaciones para la segregación de los productos desde el campo hasta la producción de alimentos y la venta minorista.
Los operadores económicos que no utilizan nuevos OGM no deben verse agobiados por los costos y los requisitos. Sin esta obligación, los costos de producción de los productos convencionales y orgánicos no OGM aumentarían.
Las empresas que producen los alimentos que la mayoría de los consumidores desean estarían en desventaja competitiva.
La carta fue entregada al Dr. István Nagy, actual Presidente del Consejo de la UE para la Agricultura y la Pesca en Budapest a principios de este mes por Gunther Weiss, Jefe de Gestión de Calidad de Alnatura, en nombre de las empresas firmantes.
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