Ante el panorama actual de crisis, será importante para cada empresa contar con una estrategia ágil, enfocada en el entendimiento de los cambios en los hábitos de consumo y con alta capacidad de flexibilizar y así empezar a ver signos de recuperación económica en la industria alimentaria.
Según el análisis Rumbo a la recuperación tras Covid-19 realizado por KPMG en México, los escenarios de la economía global ante el Covid-19, obligaron a las empresas a replantear sus estrategias de corto y mediano plazo, mientras que el objetivo de las unidades económicas más vulnerables ha sido resistir los primeros meses de afectación por la pandemia.
Ante ello, los gobiernos locales han impulsado una serie de medidas extraordinarias para mitigar los daños que ha causado la contracción de la demanda real e impulsar la recuperación económica en la industria alimentaria.
Signos de recuperación en la industria alimentaria
El camino hacia la recuperación depende de variables relacionadas al desenvolvimiento del padecimiento Covid-19, así como del comportamiento a nivel macro económico. Sin embargo, a nivel empresa se visualizan cuatro signos de recuperación económica en la industria alimentaria.
- Replanteamiento sustancial. En este escenario las empresas luchan por recuperarse de la disminución “permanente” de la demanda, y que no cuentan con capital suficiente para soportar una contracción prolongada o la ejecución errónea de una transformación digital. Los principales retos de este cuadrante son reenfocar el modelo de negocio, evaluar la reconfiguración de la cadena de suministro, y dirigir las iniciativas de transformación de negocio hacia un retorno de inversión inmediato.
- Transformarse para resurgir. Hay organizaciones que podrán recuperarse gradualmente y requieran reservas de capital para resistir y así transformar sus modelos operativos bajo nuevas prioridades y modelos de consumo. El distanciamiento temporal exige acciones enfocadas en la experiencia del cliente, así como transformar el modelo de negocio asumiendo aspectos de sostenibilidad y responsabilidad social, a fin de que la empresa se diferencie de la competencia.
- Ajuste del modelo de negocio. Las empresas sufrirán los efectos de la contracción económica, pero podrán recuperarse a medida que la demanda regrese a su volumen habitual, tal es el caso de sectores de bienes de consumo, y agricultura. Entre los retos de estas industrias destaca el que los clientes solicitarán servicios en la medida en que sus prioridades de consumo sean satisfechas. Los niveles de demanda podrían regresar a su estándar; sin embargo, solo prevalecerán los competidores mejor preparados. En cuanto al trabajo a distancia, será relevante considerar las implicaciones en la salud emocional y cultura corporativa.
- Escalamiento. Las compañías que escalen serán las que tengan a su favor los cambios en los hábitos de consumo. La transformación de dichos hábitos generaron un importante impulso en las ventas, por lo que pueden aprovecharse los beneficios con una estrategia clara que mantenga la competitividad con un enfoque local y que ofrezca cercanía con el consumidor.
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