Innovación en máquinas de envasado y procesamiento

La demanda global de máquinas de envasado y procesamiento para la industria alimentaria y de bebidas aumenta desde hace años de forma continua.

Bebidas y alimentos son dos de los sectores más innovadores del mundo con miles de nuevos productos cada año, para materializar estas ideas la tecnología se ha convertido en el aliado perfecto.

Entre el 2002 y 2011 el comercio mundial de máquinas de envasado y de procesamiento de bebidas y alimentos se incrementó un 50%, pasando de 20.000 a 30.000 millones de euros. No hay ningún otro segmento de la ingeniería mecánica que presente un desarrollo tan dinámico como éste.

Los principales países exportadores son: Alemania e Italia con un 23% respectivamente del volumen comercial registrado en 2011. Muy por detrás les siguen Estados Unidos, los Países Bajos, Suiza y China, con porcentajes que oscilan entre el 4 y el 8%. A la lista de países exportadores de maquinaria para alimentos y bebidas se suman otros 40 países más.

 

Los mercados de ventas se desplazan

 

Hace escasos años, entre el 55 y el 60% del comercio mundial de maquinaria de envasado y procesamiento de alimentos y bebidas se producía en Europa. En 2011 este porcentaje se había reducido al 43%. Entretanto, y según datos de ese mismo año, Asia se ha colocado en segundo lugar por detrás de Europa con un porcentaje del 22%, al tiempo que incrementan su peso las regiones de Latinoamérica y África/Oriente Medio.

Esto indica un creciente desplazamiento de los mercados de ventas, que la VDMA prevé continúe en los próximos años. Así, los impulsos más fuertes procederán de los países emergentes y en vías de desarrollo, cuyas economías nacionales crecen a buen ritmo y cuya industria se encuentra en un proceso acelerado de estructuración y modernización.

La elevada actividad inversora en los mercados consolidados de Europa Occidental y Norteamérica se mantendrá estable. Asia, Latinoamérica y África/Oriente Medio concentran actualmente más del 44% de la demanda de maquinaria y el 50% del consumo global de bebidas.

 

Tres megatendencias que determinan el mercado

 

La innovación es una de las herramientas clave para poder hacer frente a la competencia nacional e internacional. En este contexto, las tres megatendencias que actualmente determinan el mercado tanto para los fabricantes de bebidas como para la industria auxiliar o las empresas de servicios: la sostenibilidad, la seguridad y la flexibilidad.

Sostenibilidad y eficiencia de recursos

 

Hace tiempo que el término ‘sostenibilidad’ ha dejado de ser una mera palabra de moda. El cambio climático, el creciente consumo energético y los recursos limitados se han convertido en temas clave en todo el mundo, y no sólo por una cuestión de costes: cada vez son más los consumidores que en su decisión de compra incluyen criterios de sostenibilidad. Por ello, la gestión responsable de los recursos por parte de las empresas se está convirtiendo en un factor competitivo determinante.

La industria auxiliar del sector bebidas ofrece soluciones específicas en este sentido, con importantes avances en todos los ámbitos en lo que a la optimización de recursos se refiere.

La reducción del consumo de agua en la fabricación de bebidas, el aprovechamiento del calor de proceso y los circuitos cerrados de agua contribuyen al balance energético positivo. El empleo de componentes eficientes mejora considerablemente el consumo energético de máquinas e instalaciones; en el caso de una máquina envasadora de bebidas, puede suponer hasta un 30% de ahorro.

El éxito de los envases PET continúa: en 2011 el PET fue el material empleado para envasar el 40% de las bebidas que salieron al mercado, una tendencia que se mantiene al alza. El PET no sólo convence por su reducido peso, que incrementa todos los indicadores de rentabilidad, sino también por sus características ecológicas, dado que para el transporte de botellas PET se requiere mucho menos combustible.

Seguridad y calidad

 

Para la industria alimentaria y de bebidas es absolutamente imprescindible garantizar la higiene y la seguridad de los productos para no poner en peligro la salud de los consumidores. La configuración y el funcionamiento seguro e higiénico de los equipos de producción son en este sentido fundamentales.

Cada componente de la máquina debe estar diseñado de forma que no permita la acumulación de restos de producto, suciedad o microorganismos, o que permita su limpieza fácil. Solo de este modo puede eliminarse cualquier riesgo microbiológico.

Las medidas de control e inspección implantadas a lo largo de todo el proceso de fabricación y envasado ofrecen una seguridad adicional. Asimismo, la trazabilidad de producto debe estar garantizada en todo momento. El registro y almacenamiento de los datos operativos y de control permiten efectuar un seguimiento pormenorizado del proceso y aumentar aún más la seguridad de los consumidores.

 

Variedad y flexibilidad

 

Los gustos en cuestión de comida y bebida son tan variados como personas existen. La diversidad de la oferta es inmensa, al tiempo que el ciclo de vida de muchos de los productos es muy reducido. Para los fabricantes de bebidas, la capacidad de innovación y de reacción ante los cambios de hábitos de consumo es un factor competitivo clave que no solo afecta a las fórmulas, sino también a los formatos y tamaños de envase.

Esto requiere a su vez una tecnología extremadamente flexible y adaptable. Si se añaden nuevos ingredientes, el proceso de fabricación cambia, por ejemplo porque es necesario trabajar con temperaturas diferentes o con otro sistema de dosificación. Así, cuando se trata de nuevos productos, es imprescindible que puedan modificarse rápidamente los parámetros de producción.

En la industria envasadora la flexibilidad es un requisito indispensable para poder hacer frente a las demandas del mercado en lo que a variedad de formatos se refiere.

Evolución del mercado mundial de las bebidas: desafíos y tendencias

 

El mercado de las bebidas registra un crecimiento extremadamente dinámico. En 2011 el gasto mundial en bebidas alcanzó los 803.000 millones de euros, y según datos del instituto de investigación de mercado Euromonitor esta cifra se incrementará a razón de un 10% anual durante los próximos cinco años.

La evolución demográfica basta para explicar este incremento: la población mundial crece, y con ello las economías nacionales, sobre todo en los países emergentes. Los ingresos aumentan y, con ellos, los gastos de consumo. A ello cabe añadir que en muchos países el consumo medio per cápita de bebidas no llega ni al 50% del consumo medio en mercados maduros.

 

Sección clave: bebidas sin alcohol

 

El comercio global de bebidas sin alcohol ha crecido en los últimos años a un ritmo del 4% anual hasta situarse, en 2011, en los 467.000 millones de litros vendidos. Euromonitor prevé que hasta 2016 el volumen de ventas se incremente un 24% más.

El agua embotellada es el producto que presenta una mayor cuota de venta dentro del total, y las previsiones indican que continuará siendo el que más crezca.

Las bebidas carbonatadas registrarán un menor crecimiento, entre otros motivos debido a la fuerte competencia que plantean las bebidas a base de té, los zumos de frutas o las especialidades asiáticas, todos ellos con tasas de crecimiento de dos dígitos.

Uno de los criterios de compra fundamentales para los consumidores de bebidas no alcohólicas de todo tipo son los beneficios para la salud. Por ello, el empleo de procesos de producción capaces de conservar todo el sabor y las vitaminas son clave para fabricar productos de alta calidad. El envasado aséptico en frío ofrece en este contexto una solución idónea para producir bebidas naturales ricas en vitaminas.

Las bebidas a base de té han experimentado también un auge radical, siendo las posibilidades técnicas también determinantes en la calidad de estos productos. En la fabricación de tés listos para beber (RTD) el uso de clarificadoras es fundamental, puesto que son éstas las que garantizan que el té llegue al consumidor sin turbidez alguna.

Cerveza, área de oportunidad

 

La cerveza es la bebida alcohólica más popular y más consumida del mundo. Entre 2002 y 2011 el consumo mundial de cerveza aumentó un 30% hasta los 120.000 millones de litros (sin contar el comercio on-trade en restaurantes, hoteles, etc.), una cifra que hasta 2016 está previsto que aumente todavía un 12% más. Este crecimiento seguirá procediendo exclusivamente del aumento del consumo en Asia, Latinoamérica, Europa del Este y África/Oriente Medio. Europa Occidental y Norteamérica son mercados saturados en el que el consumo per cápita ya es muy elevado.

Los mayores desafíos a los que se enfrenta la industria cervecera se encuentran en el entorno de mercado y exigen un elevado grado de creatividad tanto en lo que a sabores como en lo que a variedad o incluso a fuentes de energía se refiere. En los mercados saturados, las cerveceras intentan captar nuevos clientes mediante la innovación de producto, ofreciendo cervezas suaves con sabores al público femenino, por ejemplo.

La gran cantidad de empresas familiares y tradicionales existentes en este sector abastecen los mercados locales con calidad, especialización e individualidad. Las numerosas Craft Breweries de los Estados Unidos son un ejemplo de ello. Y para poder hacer frente a esta creciente demanda de especialidades cerveceras es imprescindible disponer de unidades de producción de tecnología avanzada más pequeñas.

Pero hay algo que preocupa tanto a pequeños como a grandes: el empleo rentable de las materias primas y la reducción del consumo energético. En este contexto, la recuperación del calor o los sistemas escalonados de tratamiento de aguas —que garantizan una conducción óptima y económica de las aguas residuales— son dos de los métodos más empleados para aprovechar los potenciales de ahorro y proteger los recursos naturales.

 

Crece mercado de bebidas lácteas

 

En el año 2011 se consumieron 127 millones de toneladas de bebidas lácteas, un 30% más que en 2002. La leche es el alimento cuyo consumo más relacionado está con el desarrollo económico, el aumento de la renta y el cambio de hábitos alimenticios de un país. No es de extrañar por tanto que sea Asia el continente que ha disparado el consumo mundial y que entretanto acapare más de un tercio de las ventas mundiales.

En la industria láctea, como en ninguna otra, la seguridad de producto y la calidad están indisolublemente ligadas. Debido a su composición bioquímica, la leche es uno de los alimentos más perecederos que existen, por lo que durante la producción y el envasado es imprescindible tener implantadas estrictas medidas y controles integrales de calidad y seguridad higiénica.

Hay pocos alimentos que ofrezcan tantas posibilidades como la leche de crear productos nuevos (y saludables) mediante técnicas de procesamiento específico.

Además de una gran variedad, el consumidor de hoy exige productos más duraderos que conserven en todo momento sus nutrientes y vitaminas. Para producir esta leche ESL (Extended Shelf Life) existen diversas técnicas, como la microfiltración o la inyección de vapor.

Por: Richard Clemens, Director General de la Asociación Alemana de Fabricantes de Maquinaria e Instalaciones para el segmento de la maquinaria para alimentación y máquinas envasadoras