AIMPLAS desarrolla un recubrimiento bioactivo que consigue ampliar la vida útil de la fruta fresca.
- La nueva tecnología de este recubrimiento permite alargar la vida útil de 40 a 50 días para las naranjas y de 60 a 70 días para los limones.
Las podredumbres causadas por hongos son la principal causa de pérdidas postcosecha de los cítricos.
Y la presencia de patógenos fúngicos de cuarentena puede ser un motivo de rechazo de las frutas importadas o un obstáculo para su exportación.
Por esa razón, el proyecto europeo BiOrangePack, en el que AIMPLAS colabora, tiene como objetivo desarrollar un novedoso recubrimiento bioactivo basado en los residuos de la pulpa que permite reducir la putrefacción por hongos.
Gracias a este proyecto, se pretende alcanzar objetivos como reducir hasta un 30% las pérdidas causadas por las podredumbres postcosecha con tratamientos no tóxicos y ecológicos", señala Irene Ríos, investigadora principal del proyecto en AIMPLAS.
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Recubrimiento bioactivo, ejemplo de economía circular
El recubrimiento bioactivo fabricado a partir de pulpa de cítricos es un ejemplo de economía verde circular.
Para conseguirlo, se están extrayendo componentes activos de los residuos de la piel y la pulpa de los cítricos con capacidad antifúngica.
El objetivo es desarrollar un sistema innovador con películas poliméricas de baja permeabilidad recubiertas con sustancias biocidas para reducir la podredumbre postcosecha.
Además de un nuevo recubrimiento bioactivo basado en celulosa y contenedores micelares. Los cuales son capaces de liberar sustancias antimicrobianas naturales, que se utilizarán en los envases de naranja para reducir la podredumbre.
El proyecto tiene un impacto medioambiental que se mide en términos de cantidad de pulpa, el principal subproducto de la industria de zumos de cítricos y de las esencias, que se reutiliza con este tipo de uso.
La pulpa de cítricos producida en la región mediterránea puede estimarse en 0.9 millones de toneladas al año.
Cabe señalar que el proyecto BiOrangePack busca reducir hasta un 30% las pérdidas causadas por las podredumbres postcosecha con tratamientos no tóxicos y ecológicos.
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