Los microplásticos están presentes en todos los entornos e incluso se han detectado en humanos. Por ello, cada vez más estudios a nivel mundial se centran en la contaminación de alimentos y bebidas por estos materiales.
Bajo ese contexto, un grupo de investigadores franceses de ANSES, la agencia de seguridad alimentaria de Francia, desarrolló un estudio con el objetivo de abordar esta deficiencia e investigar el nivel de contaminación por microplásticos en agua, refrescos, cerveza y vino.
Aunque no hay pruebas directas de que esta presencia masiva de plástico sea perjudicial para la salud humana, esta constatación ha abierto un nuevo campo de investigación.
Muestras examinadas
La selección de una marca para cada categoría se vio influenciada por diversos factores, especialmente por la posibilidad de encontrar la bebida en una amplia variedad de envases. Se examinaron muestras de cada referencia seleccionada. Todas las muestras se obtuvieron del mismo lote de producción.
- Aguas embotelladas. Se seleccionaron diferentes marcas de agua embotellada en distintos tipos de envases (plástico, vidrio y brick), de distintos orígenes (agua mineral y agua de manantial) y tipos de agua (sin gas y con gas). Los volúmenes de agua analizados oscilaron entre 0,5 y 1,5 litros, según la muestra, e incluyeron cinco marcas de agua mineral y dos de agua de manantial.
- Refrescos. También se estudiaron tres marcas de cola, té helado y limonada en botellas de vidrio y plástico, así como en latas con volúmenes que van desde 0.33 a 1.75 litros con y sin edulcorantes para las colas.
- Cervezas. Se examinaron dos marcas de cervezas afrutadas, rubias, ámbar y sin alcohol, vendidas en vidrio o lata, con volúmenes que oscilaban entre 0.25 y 0.5 litros. Las botellas de vidrio estaban disponibles en dos tamaños diferentes: botellas pequeñas y botellas grandes.
- Vino. Se analizaron tres tipos de vino: tinto, blanco y rosado envasados en bricks (0.25 litros), cubitainers (3 litros), botellas de vidrio (0.75 litros) y botellas de plástico.

Microplásticos en las tapas
De acuerdo con la investigación, las botellas de vidrio se reutilizaron tras limpiarlas y silenciarlas, y el agua se filtró a través de filtros GF/F hasta que no se observaron partículas en los filtros.
Una vez listas, se llenaron con agua filtrada y se sellaron con una nueva tapa amarilla utilizando un mazo de tapa blanda y una tapadora de martillo.
El experimento se llevó a cabo siguiendo tres escenarios distintos:
- Las cápsulas se encapsularon directamente sin pretratamiento
- Se purgaron con una bomba de aire
- Se purgaron y limpiaron con agua filtrada, etanol al 70 % (v/v) y agua
Para evitar la contaminación, la tapadora de martillo se enjuagó con agua, etanol al 70 % y agua entre cada encapsulación.
Tras el tapado, las botellas se volcaron dos veces para recuperar cualquier posible MP presente bajo la cápsula, en el lado en contacto con la bebida.
Las botellas se procesaron como se describe en el punto 2.4 y se observaron los filtros con un estereomicroscopio para contar las partículas amarillas.
Además, se recogieron las soluciones obtenidas tras el enjuague de las cápsulas y se analizaron para contar la cantidad de partículas amarillas.

Contaminación en botellas de vidrio
Con la excepción del vino, el contenido de microplásticos de las botellas de vidrio en comparación con las de plástico fue significativamente mayor para todas las bebidas: agua, cola, té, limonada y cerveza.
Investigaciones anteriores sobre bebidas han demostrado que varios tipos, incluidos los refrescos, la cerveza, el vino y el agua potable, tienden a presentar niveles más altos de contaminación cuando se almacenan en recipientes de vidrio.
En este estudio, los MP encontrados en las botellas de vidrio correspondieron al color y composición polimérica de la pintura de las tapas, las cuales están recubiertas con resina termoendurecible alquídica o pintura a base de PES/PET.
A demás, los experimentos de encapsulación con tapas nuevas y botellas limpias llenas de agua revelaron la presencia de MP idéntico a la pintura de la tapa en el agua. Estos resultados demostraron que la pintura de la tapa era una fuente de contaminación por MP en las botellas.
La limpieza previa de las cápsulas nuevas, mediante soplado y enjuague con agua/etanol/agua, redujo significativamente la cantidad de MP por botella encapsulada, reduciéndola aproximadamente a tres, en comparación con las cápsulas sin tratar.
De hecho, los resultados obtenidos indicaron que una de las principales fuentes de contaminación era la cápsula, probablemente debido a su almacenamiento antes del tapado.
Finalmente, el estudio concluye que la presencia de microplásticos en todas las muestras analizadas, con niveles de contaminación heterogéneos según la bebida, con un tamaño de entre 30 y 500 µm.
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