Los envases de un solo uso ya no son sólo por preferencia de consumidores, al menos en España existen leyes que los prohíben, por lo que el Instituto Tecnológico del Plástico AIMPLAS, trabaja en nuevos envases creados con algas o almidón que sean aceptados por las legislaciones correspondientes.
Los avances tecnológicos permiten formulaciones como los polímeros naturales, que pueden emplearse en equipos de inyección para fabricar tarrinas de helados, embutidos, untables y quesos para uso en heladería y charcutería.
Pacto Verde Europeo
El Pacto Verde Europeo marca que para 2030 todos los envases fabricados deberán ser reciclados o reutilizables, por lo que pone en aprietos a aquellos que se usaban para un solo uso, tanto para los consumidores por la comodidad, como para los fabricantes porque los costos aumentan.
La Comisión Europea adopta un conjunto de propuestas para adaptar las políticas de la UE en materia de: clima, energia, transporte y fiscalidad para reducir al menos un 55% los gases de efecto invernadero, para 2030.
Ley Europea del clima
El Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE (RCDE), busca ser la principal herramienta para la unión de reducir las emisones de gases de efecto inverdanero, con ella se obliga a las empresas a cambiar sus estructuras y funciones, para ser más amigables con el medio ambiente.
Ante esos cambios obligatorios, que se planean hacer paso a paso, está el terminar con los plásticos de un sólo uso, que generan un daño inminente, lo que también promueve una economía circular al reutilizar o reciclar los envases.
Envases sin plástico
El proyecto OCEÁNIDE que financia la Agencia Valenciana de innovación es una excelente opción que con polímeros naturales como:
- Mezclas de agar, que es una sustancia que se obtiene de algunas especies de algas
- Almidón de maíz o papa
- Gelatina de pescado
- Caseína de la leche
Todas estas son materias primas de fuentes renovables y fáciles de degradarse, lo que reduce significativamente el impacto de vida del envase.
La alternativa de usar polímeros naturales, modificados físicamente, gana terreno en estas aplicaciones, son aceptados por la directiva SUP y no se incluyen en el pago de impuestos, ya que no son considerados plásticos por la legislación”.
Nuria López, investigadora de Packaging de AIMPLAS y líder del proyecto.
Bioplásticos
Estos envases, además de ser aceptados por la norma, provienen de fuentes renovables, reducen la generación de residuos, son fáciles degradables, lo que beneficia tanto a productores como consumidores.
Esto va a permitir reducir el impacto ambiental y con la tecnología aplicada se trabajará en la viscosidad, resistencia térmica y mecánica, o aptitudes como aquellos que estén en contacto de helados, embutidos, untables y quesos con resistencia a grasas o congelación.
Nutrinovex es otra de las empresas que apoya la el proyecto para trabajar en envases de alimentos energéticos que también cumplan con la misión de ser sostenibles.