Rayos gamma: tratamiento fitosanitario en frutas frescas

La irradiación de alimentos está ganando terreno frente a los métodos tradicionales de procesamiento y preservación. Actualmente en México dicha técnica es utilizada como tratamiento cuarentenario en guayabas para prevenir la infestación de la mosca de la fruta.

La inocuidad en frutas frescas resulta especialmente compleja ya que los tratamientos fitosanitarios actuales, aun siendo efectivos, no la garantizan al cien por ciento. Es por ello que se deben extremar los controles en origen y valorar todas aquellas estrategias que permitan la localización de las vías más importantes de contaminación. Del mismo modo, es imprescindible establecer medidas de control posterior, como la irradiación para eliminar la existencia de riesgos.

En la actualidad, las autoridades sanitarias y de protección radiológica de más de 40 países, han aprobado la irradiación de alrededor de 60 productos diferentes, desde especias, grano, carne de pollo sin hueso hasta carne, frutas y verduras, para brindar inocuidad a los alimentos.

La irradiación de frutas frescas ofrece varios beneficios a la industria y a los consumidores porque, como su denominación lo indica, se trata de productos que se consumen generalmente crudos, y al ser tratados se disminuyen los riesgos de ser perjudiciales para la salud de los consumidores.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) respaldan esta técnica, porque se abre una vía eficaz y eficiente a la conservación de los alimentos, especialmente en el Tercer Mundo, donde se estima se pierden entre 30% y 50% de los alimentos recolectados poscosecha porque están sucios e inapropiados para su consumo. La irradiación como tratamiento cuarentenario podría disminuir la pérdida de estos alimentos.

El tratamiento fitosanitario a frutas frescas permite incrementar la vida de anaquel, que se puede prolongar considerablemente con un tratamiento combinado con refrigeración e irradiación a dosis baja de 150 Gy hasta 1000 Gy, la cual reduce inhibición de brotes, desinfestación de frutas e inactivación de parásitos y plagas. Esto no altera su sabor o su textura, permitiendo que sean transportadas a grandes distancias.

Irradiación en México

México provee más del 80% de la demanda de frutas y hortalizas a Estados Unidos. Por tal motivo, en octubre de 2008, entró a la era de la irradiación como tratamiento para brindar inocuidad alimentaria a través del uso de cobalto 60, lo cual permite al país exportar frutas que no tenían acceso a este mercado.

Existe sólo una empresa en el país que brinda el servicio de irradiación de frutas frescas a nivel comercial, una está en construcción y existe otra dedicada a la investigación. Cítricos, mangos y guayabas son tratados para prevenir la infestación por la mosca de la fruta, como la del Mediterráneo, la oriental, la mexicana o la del Caribe, por mencionar algunas, para permitir el comercio internacional de estos productos sin riesgo de su proliferación.

El proceso fitosanitario inicia desde la recepción de la fruta en las instalaciones (el contenedor debe de estar sellado y libre de insectos). El inspector rompe el sello y verifica las condiciones del transporte. Posteriormente, realiza un muestreo, el cual tiene el propósito de detectar insectos dentro de la fruta, verifica peso y medidas de las cajas del producto, entre otras actividades (todo esto acorde al plan de trabajo establecido) Una vez terminado este muestreo, da la autorización para que se inicie el proceso de irradiación, el cual consiste en colocar el producto dentro contenedores, los cuales pasan frente de la fuente ionizante. Además, se le colocan indicadores, los cuales permiten validar la dosis que es recibida por el producto.

El tiempo de exposición a la fuente es determinado por la dosis solicitada por el cliente. Posteriormente, sólo hay que esperar obtener los datos que resultan de los indicadores que miden las dosis para confirmar que la dosis recibida está dentro de los parámetros solicitados por el cliente. Éstos se pueden obtener casi inmediatamente al término del proceso.

Finalmente, las cajas con el producto son etiquetadas como evidencia de haber sido tratadas por rayos gamma y se cargan al transporte refrigerante, el cual es verificado nuevamente por los inspectores para chequear que esté libre de cualquier posible contaminación. Finalmente, se coloca un sello de seguridad para su traslado a la frontera, emitiendo un certificado de fitosanidad internacional que avala el proceso fitosanitario al fruto.