El modelo de producción global que durante décadas se basó en combustibles fósiles y cadenas de suministro extensas enfrenta hoy límites claros: crisis climática, presión sobre los recursos naturales, y un consumidor que exige transparencia, salud y sostenibilidad.
En este nuevo contexto, la biociencia ha dejado de ser una promesa de laboratorio para convertirse en una herramienta decisiva para repensar procesos, ingredientes y productos. Ya no es solo un campo de investigación avanzada: es un área que está actuando en tiempo real sobre los sistemas alimentarios, energéticos y productivos del mundo.
Este paradigma se sostiene sobre un principio fundamental: aprovechar el poder de los sistemas vivos —enzimas, microbios, proteínas— para diseñar soluciones innovadoras, más limpias y sostenibles, pues actualmente es necesario reducir emisiones, mejorar la nutrición, optimizar recursos y construir resiliencia industrial. Por lo tanto, la biociencia no solo anticipa el futuro, lo está diseñando.
Y es que, entendida como la aplicación de procesos biológicos, enzimas, microorganismos y sistemas vivos para crear soluciones a escala industrial, está reestructurando sectores enteros. Desde la alimentación hasta la energía, desde la agricultura hasta la producción animal, su impacto es visible y cuantificable. Pero más allá de los beneficios técnicos, la biociencia representa un cambio cultural: producir más, pero mejor. Innovar sin comprometer el planeta y, sobre todo, conectar tecnología, salud y sostenibilidad.
Este enfoque no solo responde a las urgencias actuales, sino que construye las bases de un futuro más resiliente. Con inversiones crecientes, marcos regulatorios más exigentes y cadenas de valor que priorizan la trazabilidad y la eficiencia, el momento de la biociencia es hoy. Las empresas que comprendan su potencial y lo integren en sus estrategias no solo estarán a la vanguardia de la innovación, estarán preparadas para liderar un cambio sistémico.
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Soluciones biotecnológicas para la industria alimentaria
La biociencia aplicada al sector alimentario ofrece ventajas concretas tanto para los fabricantes como para el medio ambiente y el consumidor final. Entre los beneficios más destacados se encuentran:
- Reducción de aditivos sintéticos: Gracias al uso de enzimas y cultivos naturales, es posible eliminar estabilizantes, colorantes artificiales, o emulsificantes, sin comprometer la textura ni el sabor.
- Mejor perfil nutricional y funcional: Con la biotecnología se pueden reemplazar grasas o proteínas adicionales, reduciendo calorías y mejorando la digestibilidad de los productos.
- Menor huella ambiental: Soluciones biotecnológicas reducen el uso de agua, energía y materias primas no renovables en la producción, favorecen el uso de materias primas locales y ayudan a disminuir significativamente las emisiones de CO₂.
- Impulso a las etiquetas limpias: El consumidor actual valora productos con ingredientes reconocibles y procesos más naturales. La biociencia permite responder a esta expectativa con soluciones estables, seguras y escalables.
- Mayor aprovechamiento de subproductos: A través de tecnologías enzimáticas, se optimiza el uso de materias primas y se revalorizan subproductos de la industria alimentaria, cerrando el ciclo de producción de forma más circular.
- Adaptabilidad a nuevos formatos plant-based: Las innovaciones basadas en bioprocesos permiten desarrollar productos alternativos (como yogures o carnes vegetales) con mejor textura, sabor y sostenibilidad.
Te invitamos a escuchar: https://youtu.be/iY3-V0aisH4?si=uZdIQyB4aX2o8MPG
Etiquetas limpias: de tendencia a estándar de mercado
En la industria de alimentos y bebidas, los consumidores ya han hablado. Según datos de Innova Market Insights, el 64% de los consumidores en América Latina considera relevante la presencia de etiquetas limpias en sus decisiones de compra.
Esta preferencia, antes nicho, ahora impacta directamente en las decisiones de innovación de las marcas: entre 2022 y 2023, casi un tercio de los lanzamientos de nuevos productos incluyeron declaraciones asociadas a clean label*.
La biociencia es clave para atender esta demanda. Tecnologías de IFF como TEXSTAR®, una solución enzimática desarrollada para transformar la textura en productos lácteos fermentados y opciones de origen vegetal, permiten sustituir almidón y, en consecuencia, reducir la huella de carbono.
Su aplicación no solo mejora la percepción del producto, sino también su eficiencia productiva: menos aditivos, más naturalidad en cada cucharada y menos impacto ambiental, ya que puede también disminuir significativamente los costos, las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el uso de almidón.

Transformar procesos para transformar el planeta
Más de 1,500 empresas a nivel global han asumido el compromiso de alcanzar emisiones netas cero para 2050. Es una meta ambiciosa, que exige repensar radicalmente los procesos. La biotecnología enzimática ya está ayudando a lograrlo.
En el sector cervecero, por ejemplo, soluciones como las desarrolladas por IFF permiten reemplazar materias primas intensivas como la cebada malteada por cultivos locales, como sorgo o yuca. Según estudio realizado por IFF en Argentina, fueron observados ahorros de hasta un 42% en energía no renovable y un 18% en agua. Todo sin afectar el sabor ni la calidad del producto final. Es un ejemplo concreto de cómo la innovación puede desbloquear eficiencia y sostenibilidad sin sacrificar desempeño.

Biociencia para una producción animal sustentable
El impacto ambiental de la industria de proteína animal, entre pollos, ponedores, cerdos y rumiantes, es otro gran desafío. Solo el uso de fosfatos inorgánicos en la alimentación animal representa 5 millones de toneladas de CO₂ al año. Frente a este reto, la biociencia responde con precisión: enzimas como Axtra® PHY GOLD permiten reducir o reemplazar completamente fosfatos añadidos en las dietas, sin comprometer la salud y desempeño animal.
El beneficio es doble:
- Por un lado, se reducen significativamente las emisiones.
- Por otro, se incrementa el aprovechamiento de nutrientes que están en los ingredientes.
Todo eso refuerza la circularidad de la cadena y mejora la eficiencia nutricional de cada tonelada producida.
La biociencia no es opcional, es estratégica
El impacto de la biociencia es transversal, medible y escalable. Sus aplicaciones no solo optimizan productos; cambian la lógica misma de cómo producimos y consumimos. En un escenario marcado por regulaciones más estrictas, consumidores más exigentes y ecosistemas más frágiles, la biociencia es uno de los pocos caminos viables hacia una producción verdaderamente sostenible.
IFF, con su unidad de Health & Biosciences, lleva décadas impulsando esta visión. A través de innovaciones aplicadas en sabor, nutrición, cuidado personal, fermentación y agricultura, su propósito es claro: hacer que las soluciones basadas en la vida sean la base de los productos esenciales que alimentan y cuidan al mundo.
En los próximos años, el rol de la biociencia será aún más central. Las industrias que hoy integren estas soluciones estarán mejor preparadas para cumplir regulaciones, reducir impactos y ganar la preferencia de consumidores cada vez más informados.
La transición hacia modelos productivos basados en la naturaleza, la eficiencia y la innovación ya comenzó, y la biociencia es su columna vertebral.
El contenido y las opiniones fueron realizados en colaboración con IFF.
Editado por Griselda Vega.
* Etiqueta limpia se refiere a los productos que permiten una etiqueta más sencilla con menos ingredientes y reconocibles para los consumidores.
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