Con la entrada en vigor de la Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad (CSDDD), la Unión Europea impone nuevas reglas que obligan a las empresas a demostrar su compromiso con los derechos humanos y el medioambiente.
Sin embargo, esta directiva no solo afecta a las grandes corporaciones, su impacto se extiende a toda la cadena de suministro, incluyendo proveedores, subcontratas y socios comerciales, generando un cambio profundo en la manera en que las empresas operan.
En el webinar Cadenas de suministro sostenibles: CSDDD y más allá destacó que la normativa europea CSDDD tiene el objetivo de obligar a las empresas a:
• Identificar y mitigar impactos negativos en derechos humanos y medioambiente
• Implementar controles efectivos en sus cadenas de suministro
• Transparentar la comunicación de sus acciones sostenibles
• Cumplir con sanciones estrictas en caso de incumplimiento, que pueden alcanzar hasta el 5% de su volumen de negocio neto mundial
Esta regulación tiene como propósito garantizar que las compañías no solo adopten compromisos de sostenibilidad en papel, sino que los apliquen e integren en toda la cadena de suministro.

El impacto en la cadena de suministro
Uno de los cambios más relevantes de la CSDDD es la introducción del concepto de cadena de actividades que engloba tanto a los proveedores directos como a los indirectos.
Las empresas deberán realizar un exhaustivo mapeo de su cadena de suministro, identificando los posibles riesgos en cada eslabón. Lo que implicará:
- Evaluaciones periódicas de proveedores, con auditorías in situ y recopilación de datos cualitativos y cuantitativos.
- Revisión y actualización de contratos, incorporando cláusulas sobre sostenibilidad y derechos humanos.
- Establecimiento de procedimientos de reclamación para garantizar el cumplimiento de las normativas.
- Planes de transición climática, alineados con los objetivos del Acuerdo de París para limitar el calentamiento global a 1,5°C.
Las empresas que no cumplan con estos requisitos no solo se enfrentarán a sanciones, sino que también podrían ver afectada su capacidad de operar en mercados regulados, perder clientes estratégicos o quedar fuera de licitaciones y contratos importantes.
Soluciones para una cadena de suministro sostenibles
En una encuesta de 2024 sobre las "grandes preocupaciones globales" de los consumidores, la sostenibilidad y la salud del planeta ocuparon los primeros puestos, según Innova Market Insights, que incluyó la "adaptación climática" entre sus 10 tendencias principales para 2025.
Aproximadamente la mitad de los consumidores globales encuestados por Innova afirmaron ser muy o extremadamente conscientes del impacto del cambio climático y esperaban que el mayor impacto en los alimentos fuera el aumento de precios.
De acuerdo con la consultora, la respuesta de las personas a estos aumentos de precios dependerá de la categoría. Muchos consumidores afirmaron que dejarían o reducirían sus compras de chocolate, pero que seguirían comprando café, por ejemplo.
Una serie de normativas de sostenibilidad de la UE, ya sean futuras o ya vigentes, implican que las empresas que deseen operar en la UE deben priorizar la sostenibilidad en sus cadenas de suministro, abastecimiento y comunicaciones, independientemente de si los consumidores están dispuestos a pagar más.
Dichas normas son:
- el Reglamento sobre Deforestación (EUDR)
- la Directiva sobre Debida Diligencia Corporativa en Materia de Sostenibilidad (CSDDD)
- la Directiva sobre la Presentación de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD)

El auge de las cosechas híbridas
En el informe de tendencias para 2025 de Mintel se incluyó las “Cosechas Híbridas” como una de las principales tendencias del año.
Si bien los consumidores siguen siendo cautelosos con el exceso de tecnología en sus alimentos, la investigación de Mintel indica que cada vez más personas se están familiarizando con la idea de que podría ser necesario combatir el cambio climático.
Sin embargo, la transparencia es crucial. El estudio reveló que casi una cuarta parte (23%) de los italianos sería más propenso a elegir un producto alimenticio o bebida que contenga ingredientes modificados genéticamente que uno que no los contenga, si estuviera claro cómo se elaboró el producto.

Claves para que las empresas deben tomar en cuenta
El cambio climático es una preocupación importante para los consumidores, pero en el actual contexto económico inflacionario, muchos tienen dificultades para elegir sistemáticamente alimentos sostenibles debido al sobreprecio.
Diversas regulaciones de la UE exigen compras responsables y prácticas sostenibles en la cadena de suministro, y las marcas que deseen operar en la región deben cumplirlas.
Cada vez hay mayor conocimiento de los desafíos que enfrentan los agricultores debido al cambio climático y, como resultado, se están volviendo más receptivos al uso de la tecnología en la producción de alimentos.
Sin embargo, las marcas deben comunicar el uso de dicha tecnología de forma transparente y con base científica, y estar preparadas para defender sus decisiones.
El uso de afirmaciones sobre productos suprarreciclados está en aumento y los ingredientes suprarreciclados generalmente son percibidos positivamente por los consumidores.
Las investigaciones demuestran que los cultivos sembrados en sistemas regenerativos que promueven la salud del suelo contienen mayores niveles de nutrientes saludables, como los antioxidantes. Los actores de la industria están desarrollando formas de incentivar a los consumidores a comprar estos productos.
Por último, existen numerosas métricas que pueden utilizarse durante el proceso de diseño de productos sostenibles. Los criterios del Gran Desafío de Rediseño de Alimentos de la Fundación Ellen MacArthur, cuyo objetivo es inspirar a la industria a construir un mejor sistema alimentario, podrían servir como punto de partida para las marcas.
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