El aguacate es un cultivo clave para nuestro país, pues su producción abarca el 34% de la cosecha mundial, además de representar 70 mil empleos directos y 300 mil indirectos. Para darnos una idea, tres de cada 10 aguacates comercializados a nivel internacional son vendidos por productores mexicanos, convirtiendo a México en el principal productor y exportador del llamado “oro verde”.
El principal consumidor de aguacate mexicano es nuestro vecino del norte, sin embargo, aún con la ratificación del T-MEC sólo el estado de Michoacán está certificado para la exportación de este producto a Estados Unidos. Los productores locales saben que los consumidores nacionales e internacionales demandan una mayor confianza en la mercancía que compran; por ello, además de impulsar sistemas de trazabilidad y certificaciones, también se preocupan por cosechar productos más sanos.
Y aunque el cultivo de este fruto normalmente tiene una floración bastante abundante (hasta más de un millón de flores), el verdadero reto al que se enfrentan los agricultores es lograr incrementar la cantidad de fruta amarrada en el árbol, ya que las deficiencias de nutrientes, sobre todos cuando los árboles están en etapas de alta demanda, son muy comunes.
Los micronutrientes como Boro, Zinc, Magnesio y Calcio, entre otros, son los que presentan mayor deficiencia en los cultivos, a pesar de que dichos elementos son determinantes para la calidad de floración y de cosecha, así como de amarre y rendimiento. Es por esto por lo que debemos comenzar a identificar las necesidades del cultivo, monitorear las posibles deficiencias y ajustar los esquemas de nutrición de nuestra huerta.
Lo anterior, permitirá cumplir con la creciente demanda en cantidad y calidad que el mercado local y extranjero comenzarán a exigir, ya que, por ejemplo, la expectativa de crecimiento anual en el consumo del aguacate en los mercados internacionales es de más del 3%, sumado a un estricto control de calidad e higiene surgido a partir de la contingencia por el Covid-19.
En ese sentido, vale la pena recordar que hay programas de nutrición foliar, como el que ofrece YaraVita de Yara, que permiten asegurar los nutrientes más importantes para ciertas etapas críticas del cultivo, garantizar mejores niveles de nutrición, corregir deficiencias y mejorar el rendimiento.
La aplicación de la dosis correcta de soluciones de nutrición foliar permite garantizarle al cultivo lo esencial para tener fruta de calidad y con mayor peso al momento de la cosecha. Tener más fruta a corte de mejor tamaño y peso nos permite obtener una ventaja competitiva en un mercado cada vez más exigente, al mismo tiempo que podemos obtener mejores condiciones de venta de nuestro producto.
Fuente: Daniel Proa, agrónomo técnico en la zona de Jalisco para Yara México.