Sistemas de etiquetado nutricional en el mundo: ¿en qué coinciden y en qué difieren?

La globalización de la industria alimentaria ha impulsado la necesidad de etiquetado nutricional claro, coherente y estandarizado en muchos mercados alrededor del mundo.

Para los especialistas del sector, entender las semejanzas y discrepancias en la regulación del etiquetado nutricional a escala global se ha convertido en una prioridad estratégica, pues influye directamente en la formulación de productos, la comunicación con el consumidor y el cumplimiento de normativas.

Este panorama diverso exige un análisis detallado de los factores que impulsan la adopción de distintos esquemas: desde las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hasta las políticas locales y consideraciones culturales que rigen la manera en que se informa a los consumidores sobre el contenido nutricional de los alimentos.

El etiquetado nutricional es una herramienta fundamental para facilitar la toma de decisiones de los consumidores. Permite comparar productos de forma rápida y ofrece información transparente que respalda dietas más saludables.

Para las empresas, la adopción de sistemas de etiquetado eficaces significa cumplir con las normas legales vigentes en cada país, prevenir sanciones y mejorar la percepción de marca.

Además, muchos gobiernos han reconocido la relación entre los etiquetados nutricionales y la salud pública, impulsando iniciativas para reducir la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles, como obesidad, diabetes o hipertensión. Todo ello justifica la creciente relevancia de los estándares de etiquetado a nivel global.

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Coincidencias generales en el etiquetado nutricional

A pesar de la diversidad de regulaciones, existen ciertas coincidencias o elementos comunes presentes en la mayoría de los etiquetados nutricionales alrededor del mundo:

• Declaración obligatoria de macronutrientes: Casi todas las normativas exigen la información del contenido de proteínas, grasas (totales y, en muchos casos, saturadas y/o trans) e hidratos de carbono (incluidos los azúcares).
• Información de calorías o energía: El valor energético expresado en kcal o kJ (ya veces en ambas unidades) es un requisito estándar.
• Tamaño de la porción: Los reglamentos suelen indicar el tamaño de la ración o porción sugerida para el consumo, permitiendo a los consumidores contextualizar la información nutricional.
• Listado de ingredientes: Generalmente, se requiere especificar los ingredientes en orden decreciente de peso para ofrecer transparencia sobre la composición del producto.
• Instrucciones de uso y/o almacenamiento: Aunque a veces se incluye en otros apartados del envase, la mayoría de las legislaciones contemplan la indicación de conservación o uso óptimo.

Estas similitudes se basan en directrices internacionales, como el Codex Alimentarius, y buscan estandarizar aspectos fundamentales que faciliten la comprensión de la información nutricional.

¿Qué tanta coincidencia hay en el etiquetado nutricional a nivel mundial?

Un estudio realizado por el equipo de investigación de Enfermería y Promoción de la Salud de la Universidad del País Vasco, comparó siete sistemas de etiquetado nutricional de Europa, Oceanía y América del Sur y determinó que apenas coinciden a la hora de definir si los alimentos cocinados son saludables.

Para realizar la comparación seleccionaron 178 platos mediterráneos que se sirven en la Escuela de Hostelería de Leioa y los examinaron empleando los siguientes sistemas de etiquetado:

• Nutri-Score
• Semáforos del Reino Unido y Ecuador
• Método Mazocco
• Sistema HSR de Australia
• Etiquetas de advertencia de Uruguay y Chile

Los resultados muestran discordancias entre todas las herramientas. En algunos casos las diferencias son más acentuadas, pero en general, el nivel de acuerdo es reducido.

Por ejemplo, en lo que se refiere al número de platos no saludables detectados, los sistemas que más discrepan son Nutri-Score y el de Ecuador.

El primero es el método que más recetas califica como insanas (el 38 %), mientras que el segundo es el más laxo, ya que no califica ninguno como tal.

Diferencias principales en los sistemas de etiquetado a nivel mundial

Aunque existen aspectos comunes, cada región ha desarrollado esquemas específicos para destacar ciertos nutrientes, anunciar sobre productos con alto contenido de elementos críticos o guiar a los consumidores en la elección de alimentos más saludables. Las diferencias más relevantes son:

Etiquetas frontales de advertencia

• Chile y el sello octagonal de “Alto en”: Chile fue pionero en implementar sellos frontales de advertencia. Los alimentos que superan los límites establecidos de azúcar, sodio, grasas saturadas y calorías deben incluir un octágono negro con la leyenda “Alto en”. Esta medida ha influido en la reformulación de productos y ha servido de modelo para otros países.
• México y la norma NOM-051: Similar al caso chileno, México exige sellos negros de advertencia para excesos de calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio. Además, se han incorporado leyendas que advierten el contenido de edulcorantes y cafeína en productos no recomendados para niños.

Etiquetado por semáforo (Reino Unido y Ecuador)

En el Reino Unido se popularizó el sistema de “semáforo nutricional”, que clasifica nutrientes como grasas totales, grasas saturadas, azúcares y sal en tres colores (rojo, ámbar y verde). Esto pretende ofrecer una lectura rápida y facilitar las comparaciones.

Ecuador adaptó un sistema similar, obligando a las empresas a incluir en la parte frontal del empaque un cuadro con la clasificación en colores para azúcar, grasa y sal.

Nutri-Score (Europa)

Varios países europeos, como Francia, Bélgica y España, han adoptado o recomendado el uso del Nutri-Score, un sistema de calificación con cinco niveles (A, B, C, D, E) que evalúa la calidad nutricional del producto basándose en una fórmula que pondera nutrientes favorables (proteína, fibra, frutas y verduras) y desfavorables (grasas saturadas, azúcares, sodio).

Este etiquetado es voluntario en la mayoría de los casos, pero su creciente adopción por empresas y consumidores está impulsando debates para su oficialización en toda la Unión Europea.

Regulaciones en Estados Unidos y Canadá

En Estados Unidos, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) establece la tabla de información nutricional obligatoria en la parte posterior o lateral del empaque. Desde 2016 se han actualizado los criterios de declaración de azúcares añadidos y se ha modificado el diseño para resaltar la información calórica.

Canadá también cuenta con su propia tabla nutricional obligatoria e impulsa la declaración de nutrientes como el potasio, la fibra y los azúcares totales. Actualmente, se está discutiendo la implementación de etiquetas frontales de advertencia para alimentos con alto contenido de sodio, azúcares y grasas saturadas.

En conjunto, estos sistemas responden a prioridades de salud pública, percepciones culturales y tendencias de consumo específicas de cada región.

Factores que impulsan la adopción de un sistema de etiquetado u otro

La elección de un sistema de etiquetado por parte de un país o región obedece a múltiples factores:

• Epidemiología local: La prevalencia de obesidad, diabetes u otras enfermedades crónicas puede motivar la implementación de sellos de advertencia o límites más estrictos en nutrientes críticos.
• Cultura alimentaria y hábitos de consumo: Determinados patrones dietéticos pueden influir en el foco de la regulación, priorizando la reducción de ciertos nutrientes sobre otros.
• Presión social y de organizaciones de salud: Grupos de defensa del consumidor y organismos internacionales pueden impulsar reformas legislativas para mejorar la transparencia.
• Economía y mercado global: Las empresas buscan armonizar etiquetados para facilitar la exportación e importación de productos.

Implicaciones para la industria alimentaria

Para los profesionales de la industria alimentaria, la diversidad de sistemas y normativas representa un desafío logístico y estratégico. Se hace necesario:

• Productos reformulares para reducir azúcares, sodio o grasas saturadas y así evitar sellos de advertencia o clasificaciones desfavorables.
• Adaptar el etiquetado según la región de destino, cumpliendo con requisitos específicos y evitando sanciones o rechazos en aduana.
• Capacitar al personal para entender y aplicar los distintos marcos regulatorios, desde el departamento de Investigación y Desarrollo (I+D) hasta los equipos de mercadotecnia.
• Comunicar de manera clara los beneficios nutricionales de los productos, diferenciándose de la competencia y alineándose con las tendencias de salud y bienestar.
• Invertir en innovación, tanto en ingredientes como en procesos de producción, para responder a las exigencias cambiantes de los mercados globales.

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