En los últimos años, los probióticos y postbióticos han ganado relevancia por su potencial para mejorar el equilibrio intestinal y promover la salud metabólica, sin embargo, se han encontrado beneficios para el control de la obesidad, según estudios realizados recientemente.
Cecilia Castro López, investigadora postdoctoral en la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey, durante el webinar: “Probióticos y postbióticos en el manejo de la obesidad”, explicó que las cepas pueden ayudar a tratar el problema de la obesidad por su capacidad para producir metabolitos específicos.
Además, ayudan a inhibir el crecimiento de patógenos y regular el sistema inmunitario, así como promover la saciedad e inducir a cambios metabólicos al modificar la absorción, excreción y expresión de ciertos genes.
“De manera más específica, estos compuestos ayudan a mejorar la función de barrera intestinal al incrementar moléculas que facilitan la unión de células epiteliales, regular el estrés oxidativo, la inflamación, y fomentar un entorno microbiano equilibrado”, detalló durante su presentación.
Estudios realizados en el 2021 encontraron que también ayudan a reducir la resistencia a la insulina, mejorar la homeostasis de la glucosa y aumentar el gasto energético.
Cecilia Castro sostuvo que hay evidencia de que la administración de probióticos, ya sea a través de matrices alimentarias o en suplementos dietéticos, puede ser efectiva para reducir la ganancia de peso, la grasa visceral, el peso corporal total, el índice de masa corporal, así como niveles de triglicéridos y colesterol LDL.
Factores que determinan su efectividad
La investigadora fue puntual al exponer que la efectividad de los probióticos, en el caso particular para tratar la obesidad, depende de diversos factores como la edad, estado fisiológico del consumidor, enfermedades preexistentes, por mencionar algunos.
“Todo esto abre un camino para desarrollar alimentos o formulaciones que puedan ser aplicadas en estos casos. Y pues bueno, el camino es un amplio por explorar”, resaltó.
Enseguida mencionó que el Tecnológico de Monterrey está investigando cómo pueden usar los probióticos para desarrollar tratamientos personalizados, particularmente porque en el mercado no existen productos específicos para los distintos grupos poblacionales.
No hay una oferta de probióticos dirigida especialmente para mujeres en estado de menopausia con obesidad o mujeres embarazadas con obesidad. Tampoco los hay para niños que presenten alergias e intolerancias y que a su vez padezcan de obesidad o en su caso, tampoco los hay para adultos mayores con obesidad.
Los probióticos son microorganismos vivos que proporcionan beneficios para la salud cuando se administran en cantidades adecuadas.
Principalmente los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, presentes en diversos alimentos y suplementos dietéticos, han demostrado ser beneficiosos para la salud intestinal.
Por otro lado, los postbióticos, que son metabolitos producidos por los probióticos, también contribuyen a regular el metabolismo, gracias a sus componentes como ácidos orgánicos, vitaminas y enzimas.
Sin embargo, algunos estudios afirman que la microbiota intestinal puede desempeñar un papel significativo en el desarrollo de la obesidad.
“Un desequilibrio en esta microbiota, conocido como disbiosis, puede aumentar el riesgo de obesidad y otras complicaciones relacionadas, como hipertensión, hígado graso y trastornos metabólicos”, dijo la especialista.
La microbiota son conjuntos de microorganismos que habitan en el intestino y ayudan a modular el estado nutricional y la absorción de energía, además de la fermentación de componentes no dirigibles y la mejora del sistema inmunológico.
Se requiere constancia para su efectividad
La experta subrayó que, aunque los probióticos son útiles para colonizar temporalmente el tracto gastrointestinal, su efectividad depende de un consumo regular de los mismos.
Al interrumpir su ingesta, los microorganismos tienden a salir del organismo sin dejar efectos duraderos.
En todo esto, una alimentación balanceada es importante para potenciar los beneficios de estos microorganismos, ya que ésta puedde influir en la composición de la microbiota intestinal, lo que a su vez afecta la efectividad de los probióticos.
La comunidad científica también está investigando si el consumo excesivo de probióticos puede llevar a efectos no deseados, como la recolonización de bacterias no beneficiosas.
Aunque los estudios disponibles no han mostrado una clara relación entre el consumo de probióticos y el desarrollo de microorganismos dañinos, se sugiere que su consumo se complemente con hábitos saludables.
El auge de los probióticos y postbióticos
En los últimos años, el concepto de salud y bienestar ha impulsado la demanda de soluciones especializadas que mejoren la calidad de vida de los consumidores.
Durante décadas, la inclusión de probióticos como suplementos alimenticios ha sido para mejorar la salud intestinal, pero en los últimos veinte años se ha presentado información y evidencia más clara en torno a los beneficios de estos microorganismos.
Algunos expertos sostienen que en los últimos diez años se ha producido un "boom" en el desarrollo de suplementos y alimentos enriquecidos con probióticos y postbióticos, debido a la creciente demanda y a los beneficios demostrados que van más allá de la simple regulación del sistema digestivo.
Mientras que en los últimos cinco años, dijo la investigadora del Tecnológico de Monterrey, el valor y la demanda de estas cepas se ha llegado a duplicar o incluso triplicar en algunos mercados.
Un padecimiento que afecta a millones de adultos
La obesidad es la acumulación anormal o excesiva de grasa corporal que puede ser perjudicial para la salud.
Según datos del 2022 de la Organización Mundial de la Salud, más de 650 millones de adultos en todo el mundo padecían obesidad, equivalente a un 13% de la población mundial.
En México, el 41% de las mujeres y el 31% de los hombres sufren de esta condición, ubicando al país en el quinto lugar a nivel mundial.
Durante el webinar, la doctora enfatizó que la obesidad es resultado de múltiples factores, incluidos los socioeconómicos, estilos de vida, así como cuestiones hormonales y genéticas.
Para tratar la obesidad se han aplicado estrategias como los cambios en el estilo de vida, como dieta y actividad física, sin embargo, han resultado poco efectivos. Aunque la cirugía bariátrica es eficaz, se ha reconocido que tiene posibles complicaciones.
Por ello, se ha optado por encontrar nuevas opciones terapéuticas que puedan coadyuvar en el tratamiento de la obesidad.
Es así como surge como un campo prometedor para tal fin el uso de probióticos y postbióticos.
Probióticos: Son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, pueden proporcionar beneficios para la salud. Estos se encuentran añadidos a alimentos o como suplementos dietéticos. Los microorganismos probióticos más comunes son bacterias o levaduras que pertenecen a los géneros de lactobacillus.
Postbióticos: Son sustancias metabólicas producidas o secretadas por microorganismos vivos, incluyendo componentes celulares liberados tras la lisis microbiana. Esto se puede obtener a través de procesos tecnológicos, físicos, químicos, enzimáticos. Y según su naturaleza, los tipos más estudiados hasta ahora son enzimas, proteínas y péptidos, así como vitaminas y ácidos orgánicos.
Cecilia Castro destacó la importancia de continuar investigando el papel de los probióticos y postbióticos en el manejo de la obesidad. Ambos representan alternativas innovadoras y naturales que podrían complementar los tratamientos actuales y ofrecer soluciones a largo plazo para los pacientes que sufren de este problema de salud.
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