No es difícil pasar de mantener el peso a engordar. Las fibras prebióticas son un modo muy efectivo para controlarlo.
El aumento de peso de la población de Estados Unidos entre 1980 y 1994 puede atribuirse a una ingesta de tan solo 4 kcal más diarias de las necesarias para mantener un peso saludable en una mujer, y 13 kcal más de las necesarias para un hombre (1).
Como resultado, un adulto normal puede engordar aproximadamente 1 kg al año a lo largo de su vida. Teniendo esto en cuenta, es evidente que ingerir tan solo unas pocas calorías de más cada día puede marcar la diferencia entre un peso corporal saludable y otro peligroso para la salud.
Las fibras prebióticas pueden ayudar a los fabricantes de productos alimentarios y, por tanto, a los consumidores a resolver este problema y a mejorar el control de peso de las siguientes formas (claves):
- Ayudar a consumir menos calorías.
- Reducir el valor calórico de los alimentos.
- Controlar el azúcar en sangre.
Consumo de menos calorías
Los estudios en animales y humanos sugieren que las fibras prebióticas pueden jugar un papel decisivo para lograr que los consumidores coman menos.
De hecho, la inulina enriquecida con oligofructosa* y la oligofructosa han demostrado poseer efectos beneficiosos sobre nuestro equilibrio energético, ayudando a reducir la ingesta espontánea de calorías (el llamado picoteo) en las personas que están siguiendo una dieta no restrictiva.
En un estudio realizado con adultos con sobrepeso y obesos, el consumo diario de 12 gramos de inulina enriquecida con oligofructosa*, durante tres semanas, dio como resultado una significativa reducción en la ingesta energética (2).
¿Para qué es buena la fibra prebiótica?
Dos estudios pioneros realizados con adultos de peso normal, que tomaron un suplemento diario de 16 gramos de inulina enriquecida con oligofructosa* (3,4) durante dos semanas, mostraron también que la ingesta energética diaria total de los participantes se redujo cuando las fibras prebióticas estaban presentes en su dieta.
Evaluándolos en conjunto, estos estudios en humanos revelan una consistente reducción en la ingesta energética a partir de un suplemento diario de 12-16 gramos de fibras prebióticas.
La reducción de las calorías totales consumidas se mantuvo a lo largo del tiempo tanto en individuos de peso normal como en sujetos con sobrepeso u obesos.
Algunos parámetros subjetivos relacionados con la sensación de apetito, como los niveles más bajos de hambre, también se modelaron positivamente en las horas siguientes a la comida de prueba.
Los resultados sugieren que la inulina enriquecida con oligofructosa* o la oligofructosa, ayudan a regular el apetito, permitiendo que al final del día se haya conseguido una reducción en la ingesta energética. Este tipo de efectos sobre la regulación del apetito, sin embargo, requieren aún una investigación que ofrezca conclusiones más firmes.
Efectividad en el control de peso
Los efectos de las fibras prebióticas sobre la ingesta energética han demostrado efectos positivos en el contexto del control de peso.
Un estudio, realizado a lo largo de tres meses con personas adultas con sobrepeso u obesas, demostró que un suplemento de fibra prebiótica puede detener el incremento de peso en un adulto (5).
El estudio halló una reducción de 1 kg en el peso corporal dentro del grupo que tomó 21 gramos diarios de oligofructosa, frente al incremento de 0,5 kg registrado en el grupo de control. Aunque esto no representa una cura para la obesidad, una reducción de peso de este tipo podría, a largo plazo, ayudar a los consumidores a alcanzar y mantener un peso saludable.
En este estudio realizado a lo largo de tres meses, se comprobó también que la reducción de peso se produjo en su mayor parte en la grasa abdominal, un importante factor para rebajar el riesgo de enfermedades metabólicas. En la sexta semana, se había producido además una significativa reducción en la ingesta energética dentro del grupo que consumía prebióticos, comparado con el grupo de control.
Respecto a los beneficios asociados a la fibra prebiótica en la ingesta energética, el profesor Raylene Reimer (Universidad de Calgary, Canadá) señala que “dado que las reducciones sostenidas y significativas en la ingesta energética son esenciales para el control de peso a largo plazo, estos hallazgos sugieren que los prebióticos juegan un importante papel y dan un mensaje positivo sobre añadir fibra a la dieta, frente a la recomendación tradicional de simplemente reducir las calorías”.
¿Cómo añadir fibras prebióticas?
Después de todo lo expuesto, ¿cómo pueden los fabricantes añadir fibra dietética en los alimentos para promover los contenidos con carga calórica reducida sin alterar el perfil de sabor del producto en cuestión?
Las fibras prebióticas de oligofructosa e inulina son carbohidratos no digeribles derivados de la raíz de achicoria, y pueden utilizarse para enriquecer el contenido en fibra de una amplia variedad de productos alimentarios y bebidas.
Se pueden utilizar no solo para añadir fibra a un producto, sino también para reducir el contenido de grasas o azúcares, sin alterar ni el sabor ni la textura del producto.
Comparada con los carbohidratos de alto índice glucémico, la oligofructosa e inulina procedente de la achicoria aportan solo la mitad de calorías.
Como resultado, las fibras prebióticas permiten a los fabricantes producir versiones más ligeras de los alimentos a los que, tradicionalmente, los consumidores están menos dispuestos a renunciar cuando empiezan un régimen de comida más sana, como el helado, el yogur, los lácteos o los batidos.
Control de la glucosa en la sangre
Además de contribuir a la reducción de las calorías consumidas, al rebajar el contenido en grasas o azúcares de un producto, incluir una mayor cantidad de fibras prebióticas en una dieta diaria también puede ayudar a controlar los niveles de glucosa en sangre.
De acuerdo con una declaración científica consensuada, publicada por un comité internacional formado por importantes científicos nutricionistas de 10 países y 3 continentes, se confirma una vez más que existe una evidencia clara de que las dietas basadas en un bajo índice glucémico reducen el riesgo de diabetes de tipo 2 y de enfermedades coronarias, ayudan a controlar la glucosa en sangre para las personas con diabetes e incluso pueden ayudar a bajar de peso.
Las fibras prebióticas, como la oligofructosa e inulina, son carbohidratos no digeribles y pueden reemplazar a los carbohidratos de alto índice glucémico (como la glucosa, la sacarosa, la maltodextrina o el almidón presente en el pan blanco y en las patatas cocidas), en una cantidad equivalente, reduciendo el perfil glucémico del producto final.
En una nueva investigación, Cosucra y Sensus**, se ha demostrado claramente el impacto positivo sobre la respuesta de glucosa en sangre cuando una proporción de los azúcares presentes en un producto es reemplazada por la oligofructosa, fibra prebiótica, obtenida de la achicoria. Los nuevos datos sobre la oligofructosa demuestran una respuesta a la glucosa en sangre significativamente más baja con solo un 20 % de sustitución.
Dado que las fibras prebióticas son una herramienta tan potente para reforzar el control de peso, no es extraño que cada vez sean más los fabricantes que están descubriendo el potencial de ingredientes como la oligofructosa y la inulina enriquecida con oligofructosa* para desarrollar nuevos productos.
Reforzar los alimentos y bebidas con este tipo de ingredientes multifuncionales permite a los fabricantes traspasar estos beneficios a sus clientes, y ayudarles a disfrutar de sus comidas favoritas al mismo tiempo que controlan su peso.
* Hace referencia a Orafti®Synergy1 de Beneo.
** Investigación realizada por Beneo.
Por Hélène Alexiou, Directora de comunicación sobre nutrición de BENEO Institute.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Fuente: Khan LK & Bowman BA (1999) Obesity: a major public health problem. Annu Rev Nutr 19, 13-17.
2. Fuente: McCann MT et al (2011) Oligofructose-enriched inulin supplementation decreases energy intake in overweight and obese men and women. Obes Rev 12 (Suppl 1) 63-279.
3. Fuente: Cani PD et al (2009) Gut microbiota fermentation of prebiotics increases satietogenic and incretin gut peptide production with consequences for appetite sensation and glucose response after a meal. Am J Clin Nutr 90, 1236-1243.
4. Fuente: Cani PD et al (2006) Oligofructose promotes satiety in healthy human: a pilot study. Eur. J. Clin. Nutr. 60: 567-572, 2006
5. Fuente: Parnell JA, Reimer RA (2009) Weight loss during oligofructose supplementation is associated with decreased ghrelin and increased peptide YY in overweight and obese adults. Am J Clin Nutr 89 (6) 1751-1759.