Debido a que más de una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) se generan por la producción de alimentos, la agroecología y la agricultura orgánica son prácticas que pueden ayudar a mitigar este impacto.
Al reducir la degradación del suelo y favorecer su regeneración, estas técnicas pueden transformar significativamente nuestra relación con el medio ambiente, pero también la calidad de los alimentos que consumimos, destacaron especialistas en el conversatorio virtual "Tu Vida Cotidiana y el Cambio Climático", titulado “Cambios en la dieta por el futuro del planeta”.
Lucio Usobiaga Hegewisch, fundador y director general de Arca Tierra, enfatizó que la agroecología y la agricultura orgánica no solo son métodos efectivos para producir alimentos de manera sostenible, sino que también son un punto de partida para cambiar la forma en que nos alimentamos y consumimos.
Sin embargo, la adopción de estas prácticas todavía es incipiente y enfrenta retos importantes, como políticas que favorecen prácticas agrícolas convencionales, el acceso limitado a los mercados; y el desconocimiento de los consumidores por este tipo de productos.
Retos que afronta la agroecología
“Hay dos obstáculos fuertes. Por un lado, los alimentos agroecológicos muchas veces son más caros que los alimentos convencionales u orgánicos, pero el mayor reto es que la mayoría de las personas todavía no sabemos las grandes implicaciones que nuestra alimentación tiene sobre nosotros y sobre el planeta”, consideró el especialista.
Habló de más desafíos, como la accesibilidad a este tipo de alimentos, la divulgación de información y la concientización de los consumidores. Si en estos puntos se trabajan, el mercado puede desarrollarse y crecer.
Sin embargo, Usobiaga Hegewisch aseguró que la demanda por este tipo de alimentos agroecológicos tampoco ha crecido lo suficiente porque los consumidores no están dispuestos a pagar más por ellos.
Otra barrera es la posibilidad de ofrecer una variedad de productos agroecológicos, ya que los alimentos están limitados únicamente a los de temporada.
Producción de alimentos afecta el ambiente
Mariana Díaz, líder del proyecto Contribución Determinada a Nivel Nacional desde la Sociedad Civil de la Iniciativa Climática de México (ICM), durante el conversatorio hizo un llamado para reflexionar sobre el impacto ambiental de toda la cadena de valor de la industria alimentaria.
"Cuando pausamos a pensar que la producción de alimentos representa más de una cuarta parte de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2)”, subrayó, necesitamos replantear nuestros hábitos de consumo y cuestionar cómo llegan los alimentos hasta nuestra mesa.
Durante el conversatorio, Usobiaga destacó que alimentarnos bien también implica cuidar el medio ambiente y, al mismo tiempo, apoyar a cientos de comunidades campesinas que, gracias al consumo, pueden vivir de la tierra sin tener que emigrar a otros países o a las grandes ciudades.
El director general de Arca Tierra, una red de especialistas que promueven la buena alimentación a través de la agricultura regenerativa y el comercio justo, señaló que bajo esta iniciativa producen alimentos utilizando las chinampas de Xochimilco, aunque el cultivo más importante proviene de familias campesinas de la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo y Puebla.
“Por un lado tenemos una agricultura campesina, una agroecología como se le dice últimamente, que nos da alimentos nutritivos, ricos, sanos, que cuidan la tierra, que cuidan a las personas que producen y, por otro lado, tenemos una agroindustria que, en su mayoría, es muy demandante en energía, trabaja con monocultivos, reduce la biodiversidad para producir alimentos que no nos nutren bien y el beneficio económico es para pocos bolsillo”, recalcó Usobiaga.
Más apoyo a la agroecología
El directivo dijo que las tierras que se han trabajado de manera regenerativa llegan a ser más productivas, ese es uno de los beneficios y, sin embargo, carece del apoyo de organizaciones, del gobierno y de las propias comunidades y de los consumidores.
“La agroecología lo que promueve es la autonomía de los productos campesinos, es una agricultura de procesos y de conocimiento. Entonces cómo se va a apoyar globalmente una agricultura que si se generaliza quebraría la agroindustria y todas las empresas que producen los insumos (como las semillas, fertilizantes y químicos), consideró Lucio Usobiaga.
Por lo que sugirió que solo a través de alianzas con comunidades campesinas y pagando precios justos por la producción es como puede abrirse y crecer más este mercado.
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