El Día Mundial de los Cereales se conmemora cada 7 de marzo con el objetivo de concientizar sobre la relevancia de los cereales en la alimentación humana, su papel fundamental en la seguridad alimentaria y su impacto en la industria alimentaria global.
El objetivo de este día es resaltar la diversidad, la producción y el consumo de cereales, elementos que constituyen la base de innumerables procesos productivos y alimenticios en todo el mundo.
Su origen se remonta a la necesidad de visibilizar la importancia de estos productos en un contexto de creciente demanda alimentaria y retos globales como:
- cambio climático
- seguridad alimentaria
Los cereales como el trigo, el maíz, el arroz y la cebada no solo son fuente primordial de energía y nutrientes, sino que también representan un componente esencial en la formulación de productos alimenticios y en la economía de muchas regiones rurales.
En ese sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han destacado la importancia de los cereales como base de la dieta mundial, lo cual ha impulsado iniciativas para su difusión y promoción.
Los cereales y la industria de alimentos
La industria alimentaria depende en gran medida de los cereales para la elaboración de una amplia variedad de productos.
Desde la producción de pan y pastas hasta snacks, cereales integrales y alimentos procesados, el grano es un insumo esencial en las cadenas de valor.
La versatilidad de estos productos radica en sus propiedades nutricionales y en su capacidad para ser procesados en diversas formas, lo que los convierte en materia prima indispensable en la industria agroalimentaria.
De acuerdo con la OECD, la estabilidad de los precios y la disponibilidad de cereales impactan directamente en la rentabilidad y competitividad de las empresas alimentarias.
Por ejemplo, fluctuaciones en la producción de maíz o trigo pueden alterar la economía de sectores enteros, haciendo que las empresas busquen estrategias para mitigar riesgos mediante contratos a futuro y diversificación de fuentes de suministro. Esta interdependencia resalta la necesidad de una producción sostenible y planificada de cereales a nivel global.
Niveles de producción de cereales a nivel mundial
El volumen de producción de cereales ha experimentado variaciones significativas en las últimas décadas, impulsadas tanto por el crecimiento de la demanda global como por avances tecnológicos y prácticas agrícolas modernas.
Según datos de la FAO, la producción mundial de cereales ha mostrado una tendencia al alza, destacándose países como Estados Unidos, China e India como principales productores.
Estas naciones han implementado innovaciones en técnicas de cultivo y sistemas de riego, lo que ha permitido incrementar los rendimientos y reducir la vulnerabilidad ante eventos climáticos adversos.
Sin embargo, a pesar de estos avances, el sector enfrenta desafíos importantes. La variabilidad climática, las plagas y enfermedades, así como las fluctuaciones en los precios internacionales, constituyen riesgos que pueden afectar la estabilidad de la producción.
Bajo este contexto, las políticas de apoyo a los agricultores y las inversiones en tecnología se vuelven cruciales para mantener y mejorar los niveles de producción a nivel global.
El impacto del cambio climático
Estos cultivos enfrentan desafíos sin precedentes debido al cambio climático, la disminución de la biodiversidad agrícola y la necesidad de producir alimentos más nutritivos para una población en crecimiento.
En ese sentido, el Instituto de Agricultura Sostenible del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAS-CSIC) de Córdoba trabaja en la investigación y el desarrollo de nuevas variedades de cereales que puedan resistir enfermedades, tolerar condiciones climáticas adversas y ofrecer mejores cualidades nutricionales.
Su labor abarca un amplio abanico de enfoques científicos, desde la mejora genética clásica hasta las más avanzadas técnicas de edición de genes.
De acuerdo con Elena Prats, investigadora del Departamento de Mejora Genética Vegetal del IAS-CSIC, se está explorando la diversidad genética disponible y aplicando técnicas innovadoras para mejorar su rendimiento y resiliencia de cereales como:
- trigo harinero
- trigo duro
- avena
- tritórdeo
- arroz
Prats destaca la labor del IAS-CSIC y de otros centros de investigación en todo el mundo es fundamental para lograr una agricultura más sostenible, capaz de alimentar a una población creciente sin comprometer los recursos del planeta.
“La mejora de los cereales no es solo una cuestión agrícola; es una apuesta por la seguridad alimentaria global, la salud humana y la resiliencia de nuestros sistemas de producción”, apunta la investigadora.
El mercado de cereales en México
México se posiciona como un actor relevante en el contexto de producción y consumo de cereales, aunque sus desafíos y oportunidades presentan particularidades propias.
Tradicionalmente, el país ha sido un importante consumidor de maíz, elemento central en la dieta mexicana, no solo en su forma tradicional en tortillas, tamales y otros platillos, sino también en productos procesados.
El maíz, además, tiene un valor cultural y económico que se refleja en la sostenibilidad de las comunidades agrícolas locales.
A nivel de producción, México ha implementado diversas estrategias para aumentar la productividad y la eficiencia en el cultivo de cereales.
Diversas iniciativas gubernamentales y privadas han impulsado el uso de tecnologías de punta y prácticas agrícolas sostenibles, lo que ha permitido mejorar la calidad del grano y reducir las pérdidas postcosecha.
No obstante, el mercado mexicano también enfrenta retos relacionados con la competencia internacional, la volatilidad de precios y la necesidad de garantizar un suministro constante frente a la demanda interna.
Además, se observa una tendencia hacia la diversificación de cultivos. Aunque el maíz sigue siendo el cereal predominante, el arroz, la avena y otros granos han ido ganando relevancia en nichos específicos del mercado, impulsados por un creciente interés en productos saludables y orgánicos.
Esta diversificación representa una oportunidad para que México fortalezca su posición en el mercado global y se adapte a las nuevas demandas de los consumidores.
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