En medio de la creciente preocupación por la degradación de los suelos, la permacultura es una de las soluciones existentes que buscan ayudar a la regeneración de las tierras agrícolas y ecosistemas deteriorados.
Esta práctica, que promueve el diseño de sistemas agrícolas sostenibles basados en los principios de la naturaleza, ha demostrado ser crucial para la restauración de suelos agotados, mejorando su fertilidad, biodiversidad y capacidad de retención de agua.
La “técnica” ha ganado espacios en diversas regiones del mundo, sobre todo, en áreas que sufren de erosión, deforestación y agotamiento de nutrientes en el suelo.
A través de técnicas como el uso de cultivos de cobertura, la siembra en contorno y el compostaje, los agricultores y comunidades están restaurando tierras que habían sido consideradas estériles.
Un concepto presente por décadas
“Este concepto no es nuevo y tiene cada vez más adeptos. La permacultura se ha demostrado como una opción eficaz para una agricultura sostenible y respetuosa con el entorno. En vez del monocultivo extensivo, se trata de combinar la plantación de diversas verduras y hortalizas en las condiciones más adecuadas para cada lugar”, indica BBVA en un artículo.
Recuerda que este concepto surgió a mediados de la década de 1970 en Australia, gracias al biólogo Bill Mollison y su estudiante David Holmgren.
En 1978, ambos publicaron el libro Permaculture One, en el que conceptualizaron la permacultura como “un diseño intencional de paisajes que replican los patrones y relaciones de la naturaleza, proporcionando alimentos, fibras y energía en abundancia para satisfacer las necesidades de las comunidades locales”.
La institución financiera destaca que este método se basa en tres grandes principios éticos:
1. Cuidar de la tierra, teniendo en cuenta todas las especies, más allá de su valor para las personas.
2. Cuidar de las personas, respetando sus derechos, con ayuda mutua y considerando también los valores no materiales.
3. Repartición justa entre las personas y las especies, con límites al consumo y devolviendo a los ecosistemas los excedentes y residuos para regenerar la tierra.
Proyecto mexicano traspasa fronteras
Tras más de 15 años dedicadas a la regeneración de suelos degradados a través de la permacultura, los proyectos de Beatriz Ramírez y sus hijas Itiba y Sophie Martínez han generado frutos.
Fueron invitadas al Encuentro de Permacultura en Taiwán para hablar sobre sus técnicas de trabajo en Quintana Roo.
Ellas han desarrollado un enfoque integral que une la agricultura sostenible con la restauración ecológica. Su trabajo ha tenido un impacto en la comunidad local.
“Parte de su experiencia fue construida en una finca sustentable de Argentina, donde crearon un sistema de agricultura orgánica y regenerativa. Además, edificaron casas sostenibles en donde se evita la generación de residuos”, explicaron en un comunicado.
Beatriz Ramírez resaltó la importancia de compartir con más gente el hecho de que se puede revertir el cambio climático, trabajando juntos y generando una educación ecológica para los seres humanos.
Las emprendedoras quintanarroenses han puesto a la venta un EBook llamado "Agricultura Sintrópica", en el cual explican las técnicas aplicadas en la regeneración de 22 hectáreas de selva y la recuperación de nacientes de agua.
“Este método no sólo les ha proporcionado alimentos sanos, sino que también ha contribuido a la biodiversidad de la región”, destacaron en un comunicado.
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