Madrid (EFE) - El Gobierno de España se comprometió este miércoles a estudiar nuevas medidas de apoyo al campo para paliar los efectos de la sequía, un fenómeno ya tan preocupante que incluso el propio presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, planteó hoy en el Congreso de los Diputados la necesidad de afrontarla con una "política de Estado".
Sánchez relacionó el "estrés hídrico" con "el desafío de la emergencia climática" el mismo día en el que se reunía la Mesa Nacional de la Sequía en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en Madrid, para analizar cómo enfrentarse a un problema que ya causa daños millonarios en las explotaciones agroganaderas y que según reconoció el propio presidente del país está siendo "especialmente severa" en las cuencas de los ríos Guadalquivir y Guadiana.
La recuperación de ríos y acuíferos, la protección ante inundaciones, el impulso al saneamiento, depuración y reutilización del agua y la digitalización de la Administración son los grandes ejes de actuación planteados por el Gobierno, que tiene previsto destinar más de 2.000 millones de euros (más de 2.190 millones de dólares) de los presupuestos de 2023 y otros más de 1.000 millones de fondos europos para materializarlos.
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La sequía va más allá del campo
Según Sánchez, "nunca jamás ha habido tantos recursos para invertir en agua y en la modernización de las políticas hídricas" y recordó además que el Gobierno aprobó el pasado mes de enero planes específicos contra la sequía en "espacios emblemáticos" como Doñana (sur), el Mar Menor (sureste), el delta del Ebro (este), las Tablas de Daimiel (centro) o la Albufera de Valencia (este).
Sin embargo, las organizaciones agrarias españolas pidieron, tanto al Gobierno central como a los regionales menos "análisis" y más "medidas urgentes" tanto económicas como legislativas, en la reunión de la Mesa Nacional de la Sequía.
La situación "no está para diagnósticos" advirtió el presidente de Asaja (una de las organizaciones agrarias más importantes del país), Pedro Barato.
Según los datos manejados en este foro, el valor medio de las precipitaciones acumuladas desde el inicio del año hidrológico (1 de octubre de 2022) es un 23,5 % inferior al valor normal, aunque la situación no afecta por igual a todo el territorio nacional ni a todos los sectores productivos.
Pero la sequía va más allá del campo y puede afectar también a otras actividades, como el turismo, pese a las voces que intentan tranquilizar los ánimos como la del director de la Agencia Catalana del Agua, Samuel Reyes, quien hoy aseguró que la llegada de visitantes, al menos en el caso de Cataluña (noreste), no cambiará el análisis general, puesto que "las planificaciones ya preveían el incremento de la población" durante el verano.
El sector turístico "está comprometido" con la emergencia hídrica, añadió Reyes, quien recordó que en los últimos años las empresas de hostelería y restauración llevaron a cabo esfuerzos para recortar el consumo de agua, puesto que la región catalana es una de las más afectadas por el descenso de agua en los embalses y existen restricciones en más de 220 municipios, lo que afecta a cerca de seis millones de personas.
Foto: EFE/ Chema Moya
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