El pan de muerto, desde su forma hasta su aroma, está envuelto en simbolismos: el ciclo de vida y muerte se representa con la forma redonda. Los huesos sobre él, en forma de cruz, simbolizan los huesos del difunto. La bolita del centro, el cráneo, y el azúcar espolvoreado, la tierra.
El aroma a azahar es característico del pan de muerto, la flor del naranjo comúnmente presente en los estados de Hidalgo, Puebla y Veracruz es considerada la fragancia persistente que representa la memoria de los que se fueron, mantiene viva su esencia.
Y es precisamente en sus aromas que el pan de muerto encuentra conexión con el vino mexicano, especialmente con la gama de espumosos elaborados bajo el método tradicional (segunda fermentación en botella) que conjugan en su expresión notas cítricas, de manzana, pera, algo de flores blancas con un toque de bollería o frutos secos.
Por esa razón, el Consejo Mexicano Vitivinícola en alianza con Buñuelo y Pepe celebran el día de muertos y juntos ofrecen el maridaje ideal con pan de muerto y vino.
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El pan de muerto de Buñuelo
Durante todo el mes de octubre, y hasta el 17 de noviembre, la panadería Buñuelo, presenta tres variedades de pan de muerto individuales:
- naranja
- anís con pulque
- pan de muerto cubierto de chocolate
“Hoy existen varias versiones de este producto de temporada. Sin embargo, en Buñuelo compartimos el pan de muerto tradicional porque nos permite conectar a las personas con sus raíces, celebrar nuestra cultura y regalar el característico sabor de estas piezas con tanta historia en nuestro país”, comparten Ariana y Julio González, chefs de Buñuelo.
La propuesta de maridaje
- Pan de muerto de naranja. Elaborado de manera tradicional con una masa brioche aromatizada con ralladura de naranja.
- Jacques Brut de Bodegas Jacques. Variedades: Macabeo, Xarel-lo, Parellada, con vista amarillo paja con rosario fino y delicado. De buena intensidad aromática, carácter afrutado. En boca ataque amplio, carácter seco y acidez fresca. Temperatura de servicio: 6 a 8 °C.
- Pan de muerto de anís con pulque. Pan elaborado con pulque del Estado de México, aromatizado con anís, cubierto de azúcar y ajonjolí.
- Impulso de Bodegas Vaivén. Variedades: Macabeo y Xarel-lo. En vista amarillo paja con rosario fino y constante En nariz: buena intensidad aromática, carácter afrutado con notas de manzana verde y pera, aromas de bollería y algunos recuerdos florales. En boca es suave, ligero y fresco al paladar, acidez vivaz y un post gusto de frutos secos combinados con un sutil dulzor. Temperatura de servicio: 6 a 8 °C.
- Pan de muerto cubierto de chocolate. Pan de muerto de naranja cubierto con chocolate de República de Cacao, proveniente de comunidades de Chiapas y Tabasco. Se decora con un alfeñique elaborado por la artesana oaxaqueña Juliana Santiago, elemento que encuentras en los altares de día de muertos.
“Maridar pan de muerto con vinos mexicanos es una propuesta diferente, que une lo mejor de nuestra panadería tradicional con la excelencia de nuestra vitivinicultura,” concluye Salomón Abedrop, Presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola.
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