En 2024, la producción mundial de cacao alcanzó los 5 millones de toneladas. África lidera este mercado de forma contundente: Costa de Marfil produce entre el 45 y 50% del cacao del planeta, seguida por Ghana. Juntas, estas naciones africanas concentran alrededor del 70% de la oferta global, de acuerdo con datos brindados por Paolo Quadrini, director general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares (ASCHOCO).
Sin embargo, problemas estructurales como el cambio climático, enfermedades en las plantaciones, envejecimiento de los árboles y falta de inversión están afectando seriamente la sostenibilidad del sistema productivo. Esto ha derivado en una volatilidad significativa en los precios internacionales del cacao.
Frente a este escenario, regiones como América Latina comienzan a ganar visibilidad. Ecuador está emergiendo como uno de los nuevos protagonistas, con más de 500,000 toneladas anuales.
“México, aunque en una posición más modesta —entre el lugar 13 y 14 mundial— produce cerca de 27,000 toneladas al año, principalmente en Tabasco y Chiapas, que concentran el 90% del volumen nacional, seguidos por Oaxaca, Veracruz y Guerrero”, precisó el directivo.
“México sigue siendo clave en la industria del chocolate, no solo por su origen histórico, sino porque el cacao nacional representa una oportunidad enorme para fortalecer nuestras cadenas productivas y diferenciarnos en los mercados internacionales”, destacó Paolo Quadrini.
En México, más de 45,000 familias dependen directamente del cultivo de cacao, en muchos casos como un legado generacional. Aunque la producción nacional no cubre la demanda interna, el país tiene una enorme relevancia cultural e histórica al ser uno de los orígenes del cacao en el mundo.
Datos de Informes de Expertos indican que “el mercado mundial de cacao alcanzó un valor de alrededor de USD 15,18 mil millones en 2024. Se prevé que el mercado crezca a una tasa de crecimiento anual compuesta del 4,7% entre 2025 y 2034, para alcanzar un valor de 22,95 mil millones de USD en 2034”.
Una industria de alto impacto
Cifras de ASCHOCO señalan que:
- La industria mexicana del chocolate representa una importante fuente de empleo: más de 60,000 empleos directos y 900,000 indirectos, con una participación equitativa entre hombres y mujeres.
- Genera un valor económico estimado en más de 50 mil millones de pesos anuales. Cabe destacar que el 65% de los insumos que utiliza esta industria son de origen nacional, lo cual refuerza su impacto positivo en las cadenas locales.
- Además, el 97% de las empresas del sector son mipymes, lo que subraya su relevancia en el ecosistema económico nacional. Estas empresas generan aproximadamente el 30% de sus ingresos anuales gracias al chocolate, un producto que también ha ganado terreno internacional: las exportaciones han crecido sostenidamente, registrando aumentos de hasta el 25% en los últimos dos años, siendo Estados Unidos el principal destino comercial.
Innovación, trazabilidad y sostenibilidad
El déficit de oferta mundial y las exigencias regulatorias han impulsado nuevas prácticas en torno al cacao. La Unión Europea, por ejemplo, impulsa mecanismos más estrictos de trazabilidad y control contra la deforestación.
Organizaciones como el International Cocoa Organization (ICCO) fomentan el uso de agroforestería sostenible, la mejora genética de semillas y el monitoreo satelital, estrategias que serán clave para garantizar un suministro sostenible frente a una demanda creciente.
“La sostenibilidad no es una opción, es una necesidad. El futuro del cacao depende de que podamos adaptarnos a los nuevos estándares internacionales sin perder nuestras raíces”, subrayó Quadrini.
En México, la investigación e innovación están cada vez más presentes en toda la cadena: desde el control de plagas hasta la sofisticación de los productos finales. Nuevas líneas premium y artesanales han surgido, con chocolates infusionados con especias regionales, insectos, destilados como tequila o whisky y presentaciones gourmet que generan experiencias multisensoriales únicas.

Un alimento con historia... y futuro
El chocolate mexicano representa mucho más que un producto comercial: es un símbolo cultural, una fuente de salud (por su contenido en antioxidantes, hierro y magnesio) y una oportunidad para el desarrollo sostenible.
Sin embargo, la industria enfrenta desafíos como la migración juvenil en las zonas productoras, el envejecimiento de plantaciones, la falta de capacitación y la presión del mercado internacional.
El futuro dependerá de una gobernanza interinstitucional sólida que integre al gobierno, la academia, los productores y la industria. Solo así se podrá construir una cadena de valor sólida, inclusiva y capaz de proyectar al chocolate mexicano en los mercados más exigentes del mundo.

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Cacao y tequila: denominaciones de origen y orgullo mexicano
La historia del cacao y el tequila en México es más que una anécdota de sabor: es un testimonio de herencia, biodiversidad y compromiso con la sostenibilidad.
México cuenta actualmente con 18 productos con Denominación de Origen (DO), entre ellos el cacao Grijalva y el tequila, que representan sectores estratégicos tanto cultural como económicamente. El tequila, reconocido como la primera DO del país en 1974, ha sido estandarte de identidad nacional y motor de exportaciones.
El género Agave es originario de México. De las 252 especies identificadas, el 75% son endémicas. Se cree incluso que el nombre México podría tener raíces etimológicas relacionadas con mezcal, una palabra ancestralmente vinculada al agave.
En 1902, se clasificó por primera vez al Agave tequilana Weber, hoy la base para la elaboración del tequila. Con el paso del tiempo, esta planta no solo ha sostenido una industria robusta, sino que ha reforzado la reputación global del país en bebidas con identidad geográfica protegida.
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Producción y cifras claves del tequila
Datos del Consejo Regulador del Tequila, A. C. (CRT) señalan que, en 2024 la producción nacional de tequila cerró con 496 millones de litros, de los cuales 400 millones se destinaron a exportaciones, lo que demuestra la enorme demanda internacional. México cuenta con:
- 209 productores certificados
- 3,143 marcas registradas
- Dos categorías: tequila y tequila 100% de agave, subdivididas en cinco clases: blanco, joven, reposado, añejo y extra añejo.
“El tequila no solo es una bebida icónica, es un emblema de nuestra identidad y un motor económico con reconocimiento mundial”, afirmó María Bertha Becerra Ríos, representante del CRT.

Compromiso con la sostenibilidad
Uno de los paralelismos más potentes con la cadena del cacao está en el compromiso ambiental. Así como la industria cacaotera avanza hacia sistemas más trazables y sostenibles, el sector del tequila sigue el mismo rumbo.
El CRT lanzó el programa AURA – Agave Responsable Ambiental, una certificación que busca asegurar que, para 2027, el 100% del agave usado en tequila provenga de terrenos no deforestados. Esta medida también responde a las nuevas exigencias de la Unión Europea en cuanto a la trazabilidad de productos agrícolas y forestales.
“Nuestro compromiso es claro: ningún litro de tequila debe estar asociado con la deforestación. Para 2027, todo el agave utilizado deberá ser ambientalmente responsable”, aseguró Becerra.
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Una conexión profunda
El cacao y el agave son más que ingredientes: son símbolos de biodiversidad, cultura ancestral y oportunidad económica para miles de familias en México. En ambos casos, la producción enfrenta retos como el cambio climático, las regulaciones internacionales y la necesidad de modernizar la cadena sin perder su autenticidad.
Ambos sectores están en el centro de un esfuerzo coordinado entre industria, academia y gobierno para crear modelos sostenibles que aseguren su permanencia, su valor agregado y su identidad.
Porque en el fondo, México no solo produce cacao o tequila: los transforma en patrimonio cultural líquido y sólido, que viaja por el mundo contando nuestra historia.
Cacao y tequila, dos ingredientes profundamente enraizados en la cultura y biodiversidad de México, han trascendido su valor simbólico para posicionarse como motores clave de la industria de alimentos y bebidas.
Ambos sectores, respaldados por su denominación de origen, representan una oportunidad estratégica para fortalecer cadenas de valor sostenibles, impulsar la innovación gastronómica y fomentar el desarrollo económico local.
Su creciente presencia en mercados internacionales, junto con la demanda de productos auténticos y de origen controlado, los convierte en referentes del futuro alimentario donde calidad, trazabilidad y diferenciación son esenciales. Hoy más que nunca, cacao y tequila no solo evocan tradición, sino que trazan una ruta competitiva para México en la escena global.