La acuicultura, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), es una actividad dirigida a producir y engordar organismos acuáticos en su medio.
También se define como el cultivo en condiciones controladas de especies que se desarrollan en el medio acuático (peces, moluscos, crustáceos y plantas) y que son útiles para el hombre.
Esta actividad va ligada a la intervención humana para incrementar la producción a través de la concentración de poblaciones, su alimentación y la protección frente a los depredadores.
Según datos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), el sector pesquero y acuícola mexicano producen cerca de 2 millones de toneladas de productos marinos anualmente. Lo que representa solo para la producción acuícola un valor económico de más de 22 mil 400 millones de pesos, por lo que es una fuente clave de ingresos y empleo para miles de mexicanos.
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Principios de la acuicultura sostenible
La acuicultura sostenible busca equilibrar la producción alimentaria con la conservación de los recursos naturales y el bienestar social. Para lograrlo, debe cumplir con varios principios clave:
- Minimizar el impacto ambiental: Esto incluye reducir la contaminación por desechos, evitar la introducción de especies invasoras y proteger los ecosistemas acuáticos.
- Uso eficiente de los recursos: Se prioriza el uso de alimentos balanceados y la optimización del consumo de agua y energía en los sistemas de producción.
- Bienestar animal: Garantizar condiciones adecuadas para las especies cultivadas, reduciendo el estrés y previniendo enfermedades.
- Inclusión social y beneficios económicos: La acuicultura debe generar empleo digno y beneficios económicos para las comunidades locales.
La acuicultura en México
El Día Mundial de la Acuicultura es una fecha para reflexionar sobre los avances y los retos, pero también para impulsar un futuro más sostenible y competitivo.
México tiene una oportunidad única para liderar la transición hacia una acuicultura más responsable, aprovechando su rica biodiversidad y su capacidad para producir alimentos de calidad, además de contribuir al desarrollo económico y social del país, en armonía con el medio ambiente.
Entre los beneficios para la industria y economía destaca:
- Competitividad global: La adopción de estos estándares permite a los productores mexicanos destacar en mercados como Estados Unidos y Europa, donde las regulaciones son clave para la expansión de mercado.
- Sostenibilidad y preservación: Apoyo a prácticas ambientales para la conservación de los ecosistemas marinos y costeros, clave para garantizar un suministro de alimentos de calidad a largo plazo.
- Desarrollo económico: Impulsar empleo en comunidades costeras y rurales, mejorando los ingresos regionales.
Tecnologías innovadoras para una acuicultura sostenible
En México, diversas iniciativas están adoptando tecnologías para mejorar la sostenibilidad. Entre ellas destacan:
- Sistemas de recirculación acuícola (RAS): Estas instalaciones permiten reutilizar el agua, reduciendo el consumo y la contaminación.
- Acuaponía: Combina la acuicultura con la hidroponía, creando sistemas cerrados donde los desechos de los peces sirven como fertilizante para cultivos vegetales.
- Genética y biotecnología: Mejora la resistencia de las especies acuáticas a enfermedades y optimiza su crecimiento, reduciendo el uso de químicos y medicamentos.
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