Sin duda, la creciente popularidad de los envases flexibles es una tendencia que destaca en la industria alimentaria.
De acuerdo a Euromonitor International, líder mundial en la estrategia de investigación para los mercados de consumo, en 2012 la producción alcanzó más de un billón de unidades, lo cual representa el 59% del volumen del mercado de empaques.
La gran versatilidad del envase flexible, junto con su extenso uso en diversas categorías de alimentos, demuestra reforzar su posición y preferencia en la manufactura alimentaria.
Entre la variedad de envases flexibles se encuentran películas de plástico, de aluminio y multicapas (combinación de dos o varios materiales).
Pero el desarrollo más espectacular adopta la forma de bolsa vertical flexible, conocida en el mercado como stand-up pouch, opción que hoy por hoy invade las estanterías en los supermercados por ser más ligeras y menos voluminosas.
Numerosas ventajas de los envases flexibles
Inicialmente compuesto únicamente de plástico, el empaque tipo stand-up pouch se ofrece hoy en versión de aluminio multicapas, una innovación que ha contribuido a dar un nuevo impulso al mercado.
“El envase de plástico era muy apreciado por la industria de los productos de limpieza, que lo proponía como recarga",analiza Pascal Brevier, gerente senior de segmentación de mercado de Markem-Imaje.
Su versión de aluminio ha convencido a la industria agroalimentaria y de las bebidas, que la utilizan para las conservas, los platos preparados, la comida para mascotas, los jugos de fruta…”, abundó.
En efecto, el empaque stand-up pouch presenta numerosas ventajas.
- Bajo costo de producción, en comparación con los envases rígidos
- Más ligera que la lata (el 3% del peso del producto rellenado contra el 20%)
- Más barata de transportar y genera menos residuos
- Excelente alternativa para envasado de productos líquidos, granulados o en polvo.
- Mejor conservación de vitaminas y minerales, al
ser de rápida esterilización - Protege mejor el contenido contra el oxígeno, la humedad y la luz
- Posibilidad de colocar un tapón o válvula para verter el producto cómodamente
Opciones de codificación antes o después del rellenado
Para cumplir con las legislaciones, propias de la industria de alimentos y bebidas, existen dos tecnologías para marcar estos envases: la transferencia térmica y la inyección de tinta.
“Todo depende del modo de producción”, explica Pascal Brevier.
“Para imprimir antes del rellenado, se impone la transferencia térmica. Un codificador SmartDate se integra entonces en la máquina de envasado, para imprimir directamente en la película", agrega Brevier.
"Si la planta de manufactura prefiere imprimir tras el rellenado, Markem-Imaje propone una impresión por inyección de tinta, hay equipos con tecnología que no precisan ningún contacto con la bolsa y aceptan sin problemas las variaciones dimensionales de unos milímetros debido al rellenado. Mejor aún, los consumibles pueden cambiarse sin detener la impresora y, por lo tanto, sin interrumpir la producción,” destacó.
En América Latina, se produjeron más de 134 millones de envases flexibles en 2012 y se espera que los envases verticales multicapas crezcan un promedio de 4.6% anual de aquí al 2014.