La holografía permite garantizar la legitimidad del producto, especialmente alimenticio y farmacéutico, a través de códigos e imágenes imposibles de reproducir con técnicas de impresión o copiado.
La globalización ha expandido admirablemente las oportunidades de negocios para las diferentes industrias formales. Sin embargo, en una de sus caras más amargas, también ha fortalecido la piratería.
El crecimiento exponencial de los distintos canales de comercialización empujados por el impacto de Internet se ha convertido en un conducto que facilita la inserción de productos falsificados o contrabandeados en un ámbito con gran ausencia de control por parte de los estados.
Las copias de baja calidad, con logos erróneos o colores inadecuados de fácil identificación han quedado en el pasado. Los falsificadores cuentan hoy con un acceso “libre” a técnicas de impresión, copiado y reproducción que logran imitar casi a la perfección el packaging de productos originales. De esta manera, el consumidor es engañado con facilidad, siendo persuadido a adquirir productos de menor calidad.
Las consecuencias son más que evidentes, además de un impacto directo en la disminución de las ventas, las empresas sufren un importante deterioro de la marca.
Por otra parte, y en el caso de ciertos mercados como ser el farmacéutico o alimenticio, el consumo de productos falsificados puede traer serias consecuencias a la salud.
Uso de la holografía
Este contexto global, dinámico y emancipado del control de los estados, surge la necesidad por parte de las empresas de tomar la iniciativa de desarrollar programas sustentables de protección de sus productos y marcas.
Siendo la premisa principal la de contar con un elemento distintivo que permita, tanto a la empresa como a los intervinientes en la cadena de distribución y los clientes finales, la posibilidad de identificar los productos originales.
Partiendo de estas bases, existe una gran variedad de tecnologías que pueden ser útiles al momento de concebir el dispositivo de seguridad identificable. Aquel elemento será el que la empresa o el consumidor “verán” para definir si se encuentran ante un producto legítimo.
Estas tecnologías forman parte de las OVD's o bien Dispositivos Ópticamente Variables.
Dentro de esta gran familia, encontraremos tintas de seguridad ópticamente variables (viran su tono según el ángulo de visión), Tintas invisibles reactivas (ultravioletas UV-V o UV-A / Infrarrojas), y por último los denominados genéricamente hologramas.
A diferencia de las distintas técnicas de impresión o de las distintas tintas especiales, la tecnología holográfica permite generar imágenes complejas, tridimensionales y activas imposibles de reproducir y/o simular con técnicas de impresión o copiado.
La tecnología de generación de los hologramas ha avanzado tanto que hoy en día es posible lograr imágenes con definiciones ampliamente superiores a los 25.000 dpi. Las imágenes son generadas por bombardeo de electrones logrando colocar en las mismas elementos visibles a altísima definición y brillo como así también elementos ocultos de tamaños nanoscópicos.
Distintos niveles de verificación
- A simple vista: Elementos de fácil identificación, sin necesidad de contar con herramientas adicionales para su verificación. Encontraremos imágenes bidimensionales, tridimensionales, con efectos de switch, imágenes kinéticas, con relieve, múltiples canales, marcas de agua, imágenes con control a 90 grados, entre otras. Estas suelen estar dirigidos al consumidor o a los canales de venta.
Por otra parte también suelen ser el elemento al cual los falsificadores prestan mayor esfuerzo para copiar o simular.
- Oculto fácilmente verificable: Ciertos elementos ocultos que pueden ser verificables con herramientas de fácil acceso.
Podemos encontrar textos microscópicos, nanoscópicos, imágenes incrustadas decodificables con lentes especiales o dispositivos láser, entre otras. Los mismos están diseñados para su acceso y verificación por parte de ciertos individuos en la cadena de distribución y por parte de funcionarios de la empresa y tenedora de la marca.
Dichas tecnologías tienen un mayor grado de resistencia a la falsificación.
- Oculto - grado forénsico: Definido por dispositivos ocultos verificable mediante herramientas de difícil acceso, como ser microscopios de laboratorio, marcadores bioquímicos, decodificadores exclusivos, entre otros.
Dirigido exclusivamente a verificaciones por excepción y de altísima resistencia a los intentos de falsificación.
Un elemento de seguridad eficaz es aquel que pueda combinar de manera correcta los tres niveles de verificación.
El desafío de la holografía
El eslabón más delicado de la cadena suele ser siempre el consumidor, es por eso que las empresas desarrolladoras de tecnologías holográficas de seguridad invierten gran cantidad de tiempo y dinero en desarrollar dispositivos de verificación identificables a simple vista (1er nivel) que a su vez sean altamente resistentes a la falsificación.
Muchas de estas técnicas suelen desarrollarse primero para aplicaciones de gobierno en documentos de valor, billetes o documentos de identidad, para luego saltar a aplicaciones privadas en productos.
Por definición, las tecnologías visibles son las más expuestas a la copia por parte de los falsificadores, y muchas veces dado el acceso a técnicas complejas los resultados suelen ser suficientes como para confundir al consumidor.
Recientemente, diferentes empresas proveedoras de tecnologías ópticas han lanzado dispositivos ópticos de primer nivel que permiten una fácil verificación por parte del cliente, con sólo rotar las imágenes holográficas a 90 grados, viendo así distintos elementos grabados en la misma.
Algunas imágenes suelen variar tonalidades de fondos bien definidas (que hasta el momento era imposible lograr con técnicas tradicionales de generación de hologramas), incluso logrando colores definidos (y no los típicos colores del arco iris).
Entre otros, existe la posibilidad de que los hologramas tengan “cuerpo” como si el mismo sobresaliera del plano de la etiqueta o foil donde está contenida la imagen. Esto difiere completamente de lo conocido hasta ahora como imágenes 3D, aquí no solo la imagen es tridimensional, sino también la etiqueta o foil parecen tener cuerpo.
La comunicación
Si bien las técnicas siguen avanzando y muchas veces se logra llegar a un dispositivo óptico ideal, de nada sirve implementar el mejor sistema de protección si el mismo no es comunicado.
Es por eso que algunos de los programas suelen fracasar, dado que las empresas limitan sus esfuerzos hasta la aplicación del elemento de seguridad y no llegan a invertir en campañas de difusión que acompañen el mismo.
Todo programa de protección es eficaz si se controla, y para lograr que los involucrados en el circuito lo hagan (empresa, distribuidores, clientes) hay que hacérselos conocer. Es fundamental delinear las estrategias de “entrenamiento” para cada uno de los actores, esto vinculado directamente con los distintos niveles de verificación integrados en el dispositivo.
Hacia dónde se dirigen las tecnologías
Es un hecho que cada sistema antipiratería tiene sus puntos fuertes y débiles; es por eso que cada día la tendencia en este tipo de aplicaciones es la combinación de distintas técnicas de seguridad complementarias, hasta en cierto punto redundantes, logrando así múltiples capas de protección.
Es fácil ver este tipo de referencias por ejemplo en cualquier billete, como el euro, el cual está compuesto por un complejo de técnicas de impresión de seguridad, papeles con marcas de agua y ciertos elementos en su masa constitutiva, hologramas, entre otras.
En el caso del packaging, por ejemplo, es fácil identificar este tipo de sistemas en estuches de medicamentos, en donde se utilizan etiquetas holográficas tamper evident de cierre, combinadas con impresiones ocultas en el exterior del estuche, con tramas y tintas de seguridad en el aluminio blíster del envase primario.
Trazabilidad (o Sistemas Track and Trace)
La codificación hoy en día puede ser una muy buena aliada para combatir la piratería. En el pasado la marcación sólo permitía la identificación de lotes, pero con las tecnologías actuales es posible la impresión de códigos únicos para marcar los productos de manera individual.
Para legitimar los productos, es posible utilizar impresoras inkjet, láser o de termo transferencia, aplicando códigos unidireccionales (de barras), matriciales u otros, ya sean visibles o invisibles. Incluso la aparición de tecnologías de las denominadas “inteligentes” está llevando a niveles extraordinarios la capacidad potencial de las empresas de trazar la vida de los productos identificando desviaciones en la cadena de distribución.
Hoy día existen empresas que utilizan dispositivos de seguridad ópticos aplicados en etiquetas autoadhesivas, combinando codificaciones algorítmicas en las que se invita al consumidor a verificar dicho código en sus portales web para verificar la autenticidad de los productos.
Una realidad
La tecnología holográfica ha demostrado a lo largo de los años, desde sus primeras aplicaciones comerciales en los años 80, una gran capacidad de adaptación y evolución en el mercado, otorgando soluciones concretas en materia de seguridad contra la piratería generando infinidad de casos de éxito en programas sustentables.
La generación de dispositivos ópticos mediante técnicas nuevas que permiten lograr imágenes de alta resolución, su perfecta definición y contrastes, la combinación con otras tecnologías ópticas y la posibilidad de integrar información variable para trazar los productos en las cadenas de distribución hacen de esta tecnología la herramienta más adecuada para desarrollar una solución antipiratería.
La clave estará en plantear el programa de protección como un sistema evolutivo, tratando siempre de estar un paso adelante de aquellos que intentan perjudicar nuestra marca y negocio.