El último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) investiga cómo los impulsores globales como el crecimiento económico, el cambio climático, el crecimiento de la población y la evolución de los patrones de comportamiento del consumidor darán forma a la inocuidad alimentaria en el futuro.
El objetivo del informe es anticipar los desafíos y riesgos futuros que presentan los nuevos alimentos como las medusas, los insectos comestibles, la carne cultivada en células o las nuevas tecnologías, incluida la cadena de bloques, la inteligencia artificial y la nanotecnología, para que sirvan de guía a los responsables políticos.
“Estamos en una era en la que las innovaciones tecnológicas y científicas están revolucionando el sector agroalimentario, incluido el ámbito de la inocuidad alimentaria. Es importante que los países sigan el ritmo de estos avances, particularmente en un área crítica como la inocuidad de los alimentos, y que la FAO brinde asesoramiento proactivo sobre la aplicación de la ciencia y la innovación”, dijo el científico jefe de la FAO, Ismahane Elouafi.
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Los alcances del informe sobre inocuidad alimentaria de la FAO
El informe, “Thinking about the future of food safety - A foresight report” elaborado por la FAO, traza un mapa de los principales problemas emergentes en la alimentación y la agricultura con un enfoque en las implicaciones de la seguridad alimentaria.
Se basa en la premisa de que el monitoreo de los primeros signos de los desafíos que presentan los nuevos alimentos y las tecnologías alimentarias a través de la recopilación sistemática de inteligencia aumenta la probabilidad de que los responsables de la formulación de políticas estén mejor preparados para abordarlos.
El informe cubre el cambio climático, las nuevas fuentes de alimentos y sistemas de producción, el creciente número de granjas y huertos en las ciudades, el cambio en el comportamiento del consumidor, la economía circular, la ciencia del microbioma (bacterias, virus, hongos), la innovación tecnológica y científica y el fraude alimentario.
Los contaminantes en foco de atención
El aumento de la exposición a contaminantes es una de las áreas clave destacadas en el informe de la FAO. El impacto de los cambios en los patrones climáticos y las temperaturas es motivo de preocupación. La evidencia reciente apunta a un efecto severo del cambio climático en varios contaminantes biológicos y químicos en los alimentos al alterar su virulencia, ocurrencia y distribución, según el informe.
Las zonas tradicionalmente más frías se están volviendo más cálidas y más propicias para la agricultura, abriendo nuevos hábitats para plagas agrícolas y especies de hongos tóxicos. Por ejemplo, las aflatoxinas, generalmente consideradas un problema en algunas partes de África, ahora están presentes en la región mediterránea.
Mientras que las medusas comestibles, las algas y los insectos son bajos en carbohidratos y altos en contenido de proteínas, se echan a perder rápidamente a temperaturas más altas. Puede servir como vectores de bacterias patógenas que pueden afectar negativamente la salud humana.
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