Existen varios factores que han hecho que los hábitos de consumo se modifiquen, como el crecimiento de productos saludables, los temas de medio ambiente para favorecer la sostenibilidad o los desafíos de seguridad alimentaria.
En el primer Encuentro Anual de Calidad y Seguridad Alimentarias, que se realizó en el centro tecnológico de AINIA se detallaron los riesgos que enfrenta la industria alimentaria, que hábitos de consumo son más frecuentes y más detalles.
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Cambios que pueden afectar la seguridad alimentaria
El cambio climático con todos los desafíos que eso implica tienen un impacto notable en la alimentación, como las sequías, inundaciones o cambios de temperatura, que perjudican cultivos y cosechas.
Además del deterioro en biodiversidad, favorecen la proliferación de ciertos microorganismos y dificultan la caza de animales que son para consumo.
Algunas industrias hacen cambios para reducir el impacto que se tiene, sin embargo, no se hacen estudios determinados y se han creado nuevos riesgos de salud por querer tapar los existentes.
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Riesgos en seguridad alimentaria
En el Encuentro de seguridad alimentaria se especificaron los riesgos emergentes ya identificados que pueden ir aumentando.
- Mayor presencia de micotoxinas en alimentos
De acuerdo a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), las micotoxinas son sustancias químicas que producen algunos géneros de hongos de manera natural.
Estos suponen un riesgo para la salud porque se crean cientos de especies de mohos capaces de invadir alimentos en condiciones de temperatura húmeda que puede ser de los 24 ºC y 28 ºC, favoreciendo el crecimiento.
- Aumento de patógenos que hayan desarrollado resistencias antimicrobianas
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la resistencia microbiana es un problema de salud pública y se incluye en la lista de problemas sanitarios urgentes de dimensión mundial.
Helicobacter pylori, Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Salmonella sop son algunos de los microorganismos que en los últimos tiempos demuestran mayores niveles de resistencia a los antibióticos y que ponen en riesgo la salud de la población.
- Presencia de microplásticos en alimentos
Los microplásticos están presentes en muchos alimentos que consumimos, principalmente en los de origen marino, como peses, crustáceos y moluscos, y se debe analizar la concentración que tiene cada uno.
- Presencia de alérgenos no declarados en alimentos
Los ingredientes o sustancias que provocan reacciones alérgicas deben estar declaradas en etiquetas, sin embargo, no todos los fabricantes cumplen con este requerimiento.
También se debe cuidar la contaminación cruzada dentro de la producción, manipulación y envasado para que los consumidores no tengan ningún riesgo alimentario.
De parte de la AESAN ofrece información en su página web de la actualización sobre las alertas alimentarias ocasionadas por la presencia de alérgenos y otras sustancias no declaradas.
- Problemas ocasionados por los nuevos hábitos de consumo
Los expertos señalan que con los nuevos hábitos de consumo se originaron nuevos riesgos como los cambios en los modelos productivos.
Las intoxicaciones derivadas de la posible flexibilización legislativa permite la modificación de fechas de vida útil o consumo preferente, para minimizar el desperdicio de alimentos, pero aumenta los riesgos a la salud.
Por otra parte, los efectos adversos de la introducción de proteínas alternativas como presencia de alérgenos, contaminantes como metales o residuos como plaguicidas también están presentes.
Cambios a favor de la seguridad alimentaria
Si bien, la tendencia de consumo es sustentable y en pro de alternativas que tengan un menos impacto ambiental, la industria debe estar preparada para todos los cambios que se generen, siempre prevaleciendo la seguridad alimentaria.
Por último, los especialistas piden tener mayor cuidado en las proteínas alternativas de origen vegetal, de insectos o de origen sintético como los desarrollos de carne artificial o de laboratorio que necesitan seguir pruebas para llegar al consumo.