Con el fin de fomentar comportamientos ambientales en estudiantes universitarios mexicanos, se creo el proyecto “Comunicación para el cambio” que midió el desperdicio diario que hay en los hogares del país y como se puede combatir.
En el proyecto participaron el Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF México, la Universidad Anáhuac, Universidad de Bielefeld en Alemania, expertos en cómputo, bloggers de ambos países y psicólogos, para estudiar el desperdicio de 400 alumnos de la entidad educativa.
México supera la cifra de desperdicio de alimentos
Además de costar 990 mil millones de dólares, el desperdicio de alimentos, causa un daño ambiental preocupante, y es que según investigaciones, sólo en México un tercio de la comida se desperdicia.
La cifra mundial de desperdicio por kilo al día está en 74% per cápita, pero México lo supera llegando al 94% per cápital, una cifra alarmante que pareciera que a la población y gobierno no preocupa, pero sí a las nuevas generaciones que cada vez están más interesadas en un mundo sostenible.
Desperdicio de alimentos genera un daño ambiental
Por si esto fuera poco, no sólo se pierden millones de dólares por el desperdicio de alimentos, también se contamina, siendo el causante del 8% de gases de efecto invernadero.
En toda la cadena de valor está presente pero, un 60% de los hogares en México que tiran comida lo hacen porque creen que ya no tiene el mismo sabor.
La comida que más se desperdicia son los tubérculos, frutas y hortalizas, en un 40%, ya que cambian de textura o color al poco tiempo, y los consumidores y productores ya no los encuentran atractivos para su venta, a pesar de que estén en óptimas condiciones.
Cada vez más empresas trabajan en innovar estrategias para evitar el desperdicio de alimentos y hacer conciencia en toda la cadena de valor, desde productores que aprovechen la fruta caída, hasta el consumidor final que compre sólo lo que vaya a consumir.
Modelos para el cambio
La universidad de Bielefeld, presto los modelos de medición para el proyecto “Comunicación para el cambio”, para identificar que mecanismo de acción se estimulan para motivar conductas sustentables entre los jóvenes.
Entre las emociones positivas más destacadas estuvieron:
- Normas sociales
- Actitudes de cambio
- Convicción moral
Todas ellas tienen en común la educación ambiental que existe y la preocupación que hay hacia el planeta que en poco tiempo ha presentado cambios climáticos dramáticos.
Técnicas psicológicas para generar un cambio
Para ser más preciso, junto con 20 técinas en psicología, se intervino en los 400 estudiantes, activando la conciencia de los jóvenes y reconociendose como parte de la naturaleza.
Además de educar sobre el cambio necesario para un comportamiento sustentable, como apoyo se creo la “Guía para promover comportamientos pro ambientales: un enfoque desde la comunicación y la educación”, en este se compartían lecciones, aprendizaje y la metodología para hacer conciencia sobre el cambio.
Resultados favorables
Aunque los resultados no se pueden medir tangiblemente al instante, en la presentación del proyecto, se mostraron varios alumnos convencidos de hacer un cambio inmediato, y hacer conciencia a sus grupos cercanos para evitar el desperdicio alimentario.
Este no es el primer proyecto que WWF quiere hacer, Jorge Rickards, director general de WWF México, explica que el desperdicio de alimentos es uno de los factores indirectos que más afecta el medio ambiente y crear conciencia en jóvenes es fundamental para tener un cambio.