La pasada pandemia de COVID-19, que se vivió en 2020, transformó la manera en que vemos el mundo y sobre todo la industria de alimentos, ya que algunos productos se volvieron obligatorios y la sobreproducción colapso, mientras que otros se fueron al olvido.
También se incorporaron rigurosos protocolos que los supervisores y empleados tenían que seguir, después de tres años podemos ver que la industria se adaptó de una forma exitosa.
La incertidumbre se abre cuando se piensa ¿Qué pasaría si surgiera de nuevo una pandemia? La industria de alimentos aprendió de lo que se debe y no hacer, en toda la cadena de valor, desde el primer productor hasta el consumidor final.
El blog AIB International explica las tres reglas que todos los involucrados de la industria de alimentos deben tomar en cuenta en caso de una nueva pandemia.
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1.- Priorizar la seguridad de todo el personal
Si existiera un brote viral, los empleados de la planta corren el mismo riesgo de exposición que los consumidores y por ende la contaminación de alimentos.
Los requisitos regulatorios que surgieron nunca deben de bajar la guardia, como el uso de cubrebocas siempre que se esté en lugares cerrados y en contacto con alimentos, mantener la distancia, ventilar lugares cerrados y uso de cubrebocas.
Pero el plan de inocuidad es inuit sin personal que lo ejecute, por eso crear un programa de capacitación que incluya toda esta información detallada debe permanecer, donde también se agreguen técnicas de saneamiento diseñadas específicamente para la empresa y resalte los canales de comunicación que siempre deben estar abiertos.
2.- Planificar en caso de restricción de personal
En caso de suceder una nueva pandemia, el distanciamiento social puede ser más extremo, lo cual crearía una nueva ola de desafíos con el personal, aunque es casi imposible predecir los protocolos, las empresas deben estar preparados.
También los empleados necesitan entender la escala de responsabilidades de inocuidad alimentaria que tiene cada uno, en estos casos el uso de aparatos tecnológicos que disminuyan el equipo humano es de gran ayuda para que las operaciones nunca se detengan.
3.- Empoderar a los empleados para que lideren
Contar con una cultura de responsabilidad es clave para crear un suministro de alimentos seguros y en una situación de crisis los empleados deben seguir procesos determinados, en donde todos participen, por si faltase un líder en una operación, el resto sepa que hacer.
Más allá de la adherencia, los empleados deben aprender a monitorear los procedimientos y buscar oportunidades para mejorar la eficiencia, esto mejorará la resiliecia y facilita que los trabajadores noten los elementos de acción.
Incorporando estas reglas, es más sencillo que las empresas de alimentos sepan el proceso de trabajo en una próxima pandemia, siempre poniendo la seguridad de los empleados como prioridad.
Existen algunas empresas como AIB International que brindan capacitaciones para ayudar a los fabricantes de alimentos y bebidas y a sus empleados a prepararse ante una amenaza de una pandemia, además brinda certificaciones especializadas en esos casos.