Para mejorar la política nutricional de los Estados Unidos y mejorar la crisis climática, se necesitan recomendaciones gubernamentales objetivas sobre nutrición, patrones dietéticos saludables, seguridad nutricional adecuada y educación.
Así lo da a conocer Mark Rifkin, especialista senior en políticas agrícolas y alimentarias del Centro para la Diversidad Biológica, en un artículo publicado en Frontiers in Nutrition.
Se necesitan cambios en las políticas de nutrición
En el artículo destaca que los cambios en las políticas de nutrición son críticos para abordar la epidemia de enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión, que al mismo modo se podría mitigar o reducir los riesgos relacionados con el clima.
Es urgente revisar los intentos de reformar los sistemas alimentarios, los gobiernos necesitan poner las cartas sobre la mesa y que no sólo se quede en planes, para crear sistemas alimentarios y de atención médica.
Desastres ambientales y enfermedades relacionadas
De acuerdo con la evaluación academia de múltiples fuentes, la carga de enfermedades se ve agravada por los impactos relacionados con el clima, el riesgo de desastres, la producción de alimentos, la seguridad nutricional, además de pandemias que se han vivido.
No se puede subestimar la urgencia de reformas en la política alimentaria, la producción de alimentos y los patrones alimentarios.”
Mark Rifkin, especialista senior en políticas agrícolas y alimentarias del Centro para la Diversidad Biológica.
Dietas equilibradas pueden favorecer
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático afirmó que los sistemas alimentarios globales deben transformarse dramáticamente, con el fin de evitar el calentamiento de la tierra, que se estima que para 2050 esté por encima de 1,5 grados Celsius.
Entre las opciones que prometen ser alternativas para el planeta son las dietas equilibradas con menos carne, inversiones verdes e innovaciones en la resiliencia de los cultivos, tiempo, mantener rendimientos agrícolas y salvaguardar la seguridad alimentaria planetaria.
Adaptar la capacidad estructural y de emergencia
Pero como se adelanta en el artículo, la conexión entre enfermedades crónicas y crisis ambientales es cierta, además, la capacidad estructural y de emergencia de los centros de salud para adaptarse a las situaciones no son suficientes.
Por eso, el investigador comenta que es necesario abordar áreas en el desarrollo de políticas, como la implementación de un cambio en los hábitos alimentarios nacionales.
También explica que existen brechas en los entornos estructurales, económicos y políticos para mitigar la alta prevalencia de enfermedades crónicas, incluso los malestares, por lo que se necesita una atención sanitaria y planificación inmediata.
Riesgos climáticos enfatizan el bienestar de las personas
Existen múltiples amenazas que están poniendo en peligro en el sistema agrícola, como sequía, inundaciones, incendios, entre otros, que afectan cosechas, desnutrición e inseguridad alimentaria.
Por lo cual Rifkin enfatiza que las complejidades de abordar riesgos de desastres consecutivos han creado barreras significativas para soluciones políticas efectivas.
De acuerdo a la investigación, el 60% de los ciudadanos estadounidenses padecen ahora al menos una enfermedad crónica, y el 67% de esa población padece al menos dos, casi el doble que hace 20 años, por lo que los números no mienten y la industria alimentaria necesita hacer algo.