Las dietas flexitarianas, que consisten en variar el consumo de productos de origen animal con productos vegetales, se han vuelto populares en los últimos años, porque no encasillan al consumidor en una sola categoría y han mostrado tener beneficios a la salud y al medio ambiente.
En el último Acuerdo de París se sugirió que el aumento de temperatura de 1,5 °C, es un llamado de emergencia para cambiar el rumbo del planeta, y la alimentación puede ser un gran aliado.
Beneficio al planeta por dietas flexitarianas
Según el informe presentado en el Acuerdo de París, si el mundo cambia a una dieta planetaria EAT-Lancet para 2050, se reducirían las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), lo que aumentaría el presupuesto de carbono compatible, logrando el mismo resultado climático con menos eliminación de dióxido de carbono.
Florian Humpenöder, científico del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) y coautor principal del estudio, explicó que la dieta flexitariana es más sostenible y aumenta la posibilidad de cumplir los acuerdos tratados en París.
En la explicación, el científico agregó que la reducción de GEI relacionados con la dieta de las personas se debe principalmente a la cantidad de metano que se origina de la producción de carne y lácteos.
Dietas saludables: un beneficio para todos
En el estudio que ya fue publicado en Science Advances se determina que las dietas flexitarianas contribuyen a la viabilidad de mantener la temperatura bajo esos 1,5 °C, que preocupan al entorno.
Un ejemplo de alimentación más saludable son las dietas de salud planetaria EAT Lancet, que son dietas flexitarianas en donde se amplía la variedad de opciones vegetales y se limita el de carnes, lácteos de origen animal, productos pecuarios que no son regionales y azúcares añadidos.
Contradicciones de las dietas flexitarianas
Sin embargo, no todo son buenas noticias; la dieta flexitariana ha sido criticada por expertos debido al alto contenido de fitato que ofrecen los productos vegetales y la deficiencia de seis micronutrientes esenciales: zinc, hierro, calcio, folato, vitamina A y vitamina B12.
Otro factor contraproducente de las dietas flexitarianas es que suelen tener altos costos. Así lo explica el informe:
- En países de ingresos medios a altos, las dietas más nutritivas son entre un 22% y un 34% más baratas.
- En los países con menos ingresos socioeconómicos, las dietas son entre 18% y un 29% más caras.
Lo anterior confirma que hacer un cambio de dietas en más países requiere un apoyo adicional que va desde pagos o esquemas de salud, hasta la distribución de alimentos. Evidentemente, estas condiciones no son posibles de manera global.
En conclusión, la adopción de dietas flexitarianas es una mejora tanto para la salud de los habitantes como para el medio ambiente, pero se necesitan cambios de consciencia y gubernamentales para que sean factibles.
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