España. A través del Proyecto Fustarise, la empresa Aimplas ha podido aprovechar los residuos lignocelulósicos con técnicas mecanoquímicas, que les dan una segunda vida a los residuos y crean bioproductos sostenibles.
Este proyecto nació con el fin de aprovechar el gran volumen de residuos lignocelulósicos que provienen de la agricultura y la silvicultura, que terminan en vertederos y son un riesgo para la salud ambiental.
Por el impacto que representan, el Proyecto Fustarise cuenta con la financiación del Instituto Valenciano de la Competitividad Empresarial (IVACE) del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, además de la colaboración de varias marcas que buscan abordar el desafío de aprovechar residuos y crear bioproductos sostenibles como cápsulas y adhesivos.
La historia de la mecanoquímica comenzó hace millones de años
“La mecanoquímica es una de las ciencias más antiguas utilizadas por la humanidad. Como se desprende del nombre, se basa en el concepto de que la energía mecánica ejercida sobre un material produce transformaciones químicas y le trae cambios físicos”, explicó Giacomo Marra, investigador en Mecanoquímica y Extrusión Reactiva de Aimplas.
La mecanoquímica ofrece un enfoque más limpio y sostenible en comparación con los procesos industriales tradicionales, además que con la nueva tecnología se puede aprovechar para desarrollar otros productos, afirmó Aimplas.
Además, detalló que el proyecto tiene como objetivo optimizar y ampliar los procesos de tratamiento mecanoquímicos, garantizando así una recuperación eficiente de lignina, hemicelulosa y celulosa a partir de residuos vegetales.
Fabricación de bioproductos con residuos lignocelulósicos
Es importante destacar que la recuperación eficiente y sustentable de la lignina, hemicelulosa y celulosa, que son residuos lignocelulósicos se puede aprovechar para fabricar productos de alto valor, como envases alimentarios.
Las cuales se pueden exportar al mercado como alternativas biosostenibles y ecosostenibles, reduciendo así el impacto ambiental y dando un valor agregado a los envases que los consumidores agradecen.
La tecnología se hace presente en la mecanoquímica
Aunque la mecanoquímica es un proceso que ha existido por años, las nuevas tecnologías han ampliado sus capacidades, brindando la oportunidad de recuperar residuos lignocelulósicos mediante métodos sin disolventes.
Este enfoque innovador tiene aplicación de técnicas más limpias, lo que muestra una alternativa que puede reducir la dependencia de los métodos de eliminación tradicionales que representan un daño ambiental considerable, destacó Marra.
La sostenibilidad como enfoque de trabajo de la mecanoquímica
Los expertos agradecieron a IVACE por el apoyo financiero que los hace trabajar a una economía circular basada en residuos de materiales lignocelulósicos que puedan formar parte del contexto industrial de la Comunitat Valenciana y todo el mundo.
Gracias a este trabajo se pueden desarrollar productos innovadores y sustentables, para sustituir los enfoques convencionales basados en el petróleo, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y promover un futuro más sostenible, concluyó Marra.
Además, las empresas participantes también se encuentran motivadas por el proyecto, ya que representan un cambio significativo en su modo de trabajo como es:
- Miarco: Empresa especializada en productos adhesivos y abrasivos
- Lisart: Trabaja en papel y embalajes en contacto con alimentos
- La Unió Llauradorai Ramadera: Representa a más de 20 mil agricultores y ganaderos de la Comunidad Valenciana.
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