En la actualidad se venden 30% de frutas y verduras frescas sin envase, el programa de Acción sobre residuos y recursos, WRAP (por sus siglas en inglés), estima que para 225 la cifra llegue al 50%.
Las frutas y verduras son uno de los alimentos más completos, llenos de beneficios y nutrimentos, versátiles para incluir en platillos, y por si fuera poco, la mayoría de ellos viene con su propia envoltura, su cáscara.
Para la industria alimentaria, la cáscara de fruta y verduras no es suficiente y buscan empaques accesibles que facilita el traslado, pero las organizaciones sustentables, como WRAP, creen que eso no ayuda al medio ambiente, porque genera más residuos.
Los pequeños emprendedores y minoristas son los que tienen una mejor ventana a esta solución, ya que ellos comercian las frutas y verduras a granel.
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Limitantes para la venta de fruta y verdura sin envases
En todos los países existen programas que tienen que cumplir reglamentos o requisitos legislativos, el más común es el fitosanitario que garantiza que el producto que se consume no tenga algún tipo de contaminación cruzada de alérgenos.
Para garantizar esta salubridad, las empresas prefieren agregar etiquetas y envolturas en los productos que vengan con el sello de inocuidad, lo cual también le da confianza al consumidor.
Otra recomendación del informe de la WRAP, es consultar la Guía de mejores prácticas para productos frescos, para ayudar al consumidor a sentirse más seguro y tener una amplia variedad de productos.
Si existen frutas y verduras empacadas es porque hay un amplio mercado que lo consume, si la población en general es consciente del problema que generan los envases de un solo uso, quizá bajaría su frecuencia de compra.
Además de que las empresas para incentivar a los consumidores deberán de dar esos productos a un costo más accesible, esto también les ayudara a reducir el gasto de los empaques.
Desperdicio de alimentos
A nivel mundial, el 40% de los alimentos producidos termina como desperdicio, lo que genera un gasto de más de 2 millones y medio de dólares, esto también representa el 8 y 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.
El desperdicio de alimentos, alimenta el cambio climático”, señalan desde WRAP
Los gases que provocan los alimentos en desperdicio causan un daño climático considerable, a causa de la fermentación, estos terminan en basureros o rellenos sanitarios, mientras podrían hacer un cambio en la naturaleza como composta.
Las frutas y verduras frescas que se tiran en los hogares, con frecuencia, es antes de que se preparen o cocinen, dejando alimentos que pudieran alimentar a una gran población con hambre en el mundo.
Si bien los envases de plástico son un material eficiente en el uso de recursos, la contaminación plástica afecta la salud de las vías fluviales y los entornos marinos de todo el planeta.
Un futuro con menos plástico de un solo uso
La producción de plástico virgen, consume mucha energía y esto se debe de la extracción de materias primas finas de combustible, lo que incrementa el cambio climático que tanto se habla en la actualidad.
Por lo tanto, debemos eliminar el plástico donde no sea necesario y esté contribuyendo de manera no deseada al cambio climático. Y no es suficiente simplemente cambiar de un material a otro, ya que todos los materiales tienen un impacto ambiental”, dice WRAP.
Mientras que por un lado, asociaciones como WRAP, siguen impulsando a las empresas a dejar el uso de plásticos en alimentos como las frutas y verduras, por otro lado, el 61% de los consumidores globales no siente confianza en comprar productos sin envoltura.
Esto se debe, en gran parte, a la pasada pandemia de COVID-19, que vio envuelto al mundo en una crisis de salubridad, obligando a los consumidores a usar e-commerce y siempre recibir con empaque, generando una absurda cantidad de residuos que aún sigue circulando en rellenos sanitarios.
El uso del envases no aumenta la calidad de los alimentos
Muchos consumidores piensan que al comprar un producto que viene con una envoltura se garantiza la calidad e higiene del mismo, y en muchos casos esto no es garantía, como en las frutas y verduras que por mínimos detalles resulta contaminada.
Los pequeños comerciantes y minoristas son los que se encuentran más cerca del cambio, porque a través de un mensaje claro y optimista pueden invitar a su público a ser consciente del daño que genera los residuos y dar confianza de que la compra a granel beneficia a todos.
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