De acuerdo con la Universidad de Michigan, la alimentación representa el 30% de la huella de carbono en el mundo. Mucho de esto es responsabilidad del desperdicio de alimentos, agricultura y ganadería, pero también de los envases.
Desde hace unos años, empresas y gobiernos han insistido en transformar la industria por envases reciclables que tengan un menor impacto en el medio ambiente, por el costo acelerado de materias primas; sin embargo, no ha sido suficiente.
Justo son los costes y comodidades de empresas y comensales, lo que ha hecho que el cambio esté presente, aunado la demanda de envases que se vivió en la pasada pandemia que aceleró la producción y frenó el reciclaje.
El desperdicio de alimentos se puede mejorar con envases eficientes
Uno de los temas que más sobresale al hablar de las afectaciones en la huella de carbono, está en el desperdicio de alimentos, que generan el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Al respecto, Alejandro Zedillo Ortega, Líder de Marketing de SEE para Cono Norte, resaltó que es vital crear envases que protejan los alimentos por más tiempo, con el fin de reducir el desperdicio de alimentos.
Además, el líder resalta la importancia de educar a los consumidores hacia un enfoque sustentable, haciendo consciencia del reciclado, y dejar a un lado las materias sprimas que cuestan mucho incorporar en nuevos envases.
Sólo el 2% del impacto de GEI viene de empaques
De acuerdo con la SEE que pertenece a la Asociación Mexicana del Envase y Embalaje (AME), sólo el 2% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) proviene de los envases, mientras que la ganadería genera el 49% y las agricultura el 23%.
Mucho de esto se debe al reciclaje de materias primas, aunque debido a centros de acopio y campañas de reciclaje se ha hecho un cambio, pero aún no es suficiente.
Algunas empresas se han sumado a las iniciativas de 2030, de cambiar todos los envases de sus productos por materias recicladas, o PCR que se refiere que están hechas de productos 100% reciclados.
Incentivar el reciclaje
Según la Asociación de Reciclaje de Plástico (APR), para que un producto se considere reciclable, al menos el 60% de la población debe tener acceso a un sistema de recolección y sorteo de materiales, que debe de cumplir con las normativas y la infraestructura adecuada para reciclar residuos plásticos.
En ciudades grandes de América latina, ya se cuenta con centro de acopio y campañas especializadas en reciclaje, pero esto no está presenten en comunidades pequeñas o rurales, en donde ni siquiera se tiene la ideología de separar la basura.
El futuro ambiental está en el reciclaje
Como conclusión, queda mucho por hacer, en cuanto a cambiar todos los envases de la industria por productos 100% reciclables, la sustentabilidad de las empresas todavía se ve como un lujo y sólo las grandes corporativas están poniendo acciones al respecto.
También es parte primordial de las leyes y consumidores exigir a las empresas con acciones o normativas tener estrategias ESG en donde venga incluidos acuerdos de envases reciclables.
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