El camino correcto para lograr una economía circular es la sustentabilidad, para tener un sistema en el que los productos, servicios y sistemas se diseñen para maximizar su valor y minimizar los residuos.
El principal motor para que las empresas logren una economía circular es el consumidor, el cual tiene un compromiso fundamental para facilitarlo, teniendo políticas que promuevan, porque si ellos quieren hacer lo correcto, el gobierno y empresas deben facilitárselo.
De acuerdo a un informe de McKinsey “El impacto potencial de los envases reutilizables”, la imposición de objetivos estrictos en materia de envases reutilizables para 2030 tendrá un grave impacto sobre la huella medioambiental de la UE.
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El impacto potencial de los envases reutilizables
La propuesta de la Comisión Europea para modificar el Reglamento sobre envases y residuos de envases (PPWR) que se centra en la implantación de envases reutilizables ha sido bien intencionada para una economía circular, sin embargo, el panorama es más complejo.
Además de afectar la competitividad y la resistencia de la economía europea, pero todo recae en sí los consumidores aportan a esta economía circular teniendo todas las herramientas necesarias.
Aceptación de economía circular
Al abogar por el modelo reutilizable, se corre el riesgo de alienar a los consumidores, con una serie de consideraciones sociales, en lo que destacan:
- Un cambio de hábitos
- Adición de materiales para reciclar, como depósitos de basura especial
- Cuidar la higiene alimentaria
Si bien, reutilizar envases es una gran propuesta para evitar residuos, los consumidores no tienen la costumbre y no desean pagar un depósito por el envase que van a utilizar.
Además, una gran mayoría se cuestiona sobre la higiene que se tendría en los recipientes que han sido reutilizados, lo cual no es un tema negociable para la salud de la población.
Políticas de mejoras
Los consumidores aceptan entrar en la economía circular, siempre y cuando esto implique mejoras para el medio ambiente y no sólo para las empresas, evitando el greenwashing o discursos engañosos.
Sin embargo, el informe de McKinsey sugiere que el modelo reutilizable no aplica para sustentabilidad, ya que aumenta las emisiones de CO2 de entre el 140 y el 160%.
Además, que los costos puede tener un incremento potencial de entre el 80 y el 130%, debido en gran parte al transporte y la limpieza.
Preferencias de consumidores
Las encuestas que se hicieron a más de 5 mil consumidores europeos en 2022 arrojan resultados interesantes que vale la pena analizar:
- 85% quiere productos que sean fáciles de reciclar
- 81% que sean fabricados con materiales renovables
- 86% prefiere productos en envases de cartón
La misma encuesta realizada en 2019 prefería en un 81% el plástico por la facilidad y comodidad de compra, lo que demuestra que ha habido un cambio de mentalidad sobre la sustentabilidad.
Acuerdos de reciclaje
Con los nuevos acuerdos de reciclaje se tiene un 82% de productos que regresan a ser reutilizados, los que gestiona una forma sostenible y consolida el papel de la economía circular, lo que es favorable para los ojos del consumidor.
El estudio también muestra que los consumidores se encuentran más interesados en aquellas marcas que se preocupan por el envasado y productos, además que brinden las facilidades para el reciclaje.
Aunque los consumidores son parte fundamental de los proyectos sustentables, 92% considera que la responsabilidad recae en los proveedores de envases y en los propietarios de las marcas, y únicamente el 8% en el gobierno.
Por último, el papel de que todos los envases que se utilicen para 2050 deben ser reutilizables en la UE pone en aprietos los envases de un solo uso, que a pesar de buscar una economía circular, siguen estando en la preferencia de los consumidores.