Se ha demostrado que las microalgas son ricas en: proteínas, hierro, vitamina B, ácidos grasos y antioxidantes, por lo cual son consideradas “biomasa de superalimentos” y un complemento perfecto de la dieta plant based.
Se cree, que existen entre 200 mil a 800 mil, variaciones de microalgas y sólo una pequeña parte de ellas están disponible para el consumo, dice Liat Shemesh, gerente de marketing de Solabia-Algatech Nutrition.
La falta de estandarización de la calidad y la competencia desleal de otras fuentes de proteínas, como la soya, impiden que las microalgas alcancen su máximo potencial, sin embargo, hay 3 que ya cumplen con todas las necesidades requeridas:
- Espirulina: Actualmente, es la microalga más consumida en el mundo. Su historia comenzó con los aztecas, en el siglo XVI, quienes la comían por sus beneficios nutricionales y saludables. Contiene hasta 65% de proteína.
- Cholorella: Reconocida por su acción antienvejecimiento, antioxidante y desintoxicante, además de su contenido de vitamina B12 y ser el organismo vivo con mayor porcentaje de clorofila, Tiene una tradición en Japón y Alemania.
- Tetraselmis: El nuevo alimento aprobado más recientemente en la Unión Europea, no tenía antecedentes de consumo humano, ya que es una microalga marina, y aún le faltan más investigaciones.
Los proveedores de microalgas Parry Nutraceuticals, Allmicroalgae y Solabia-Algatech Nutrition, así como con la empresa emergente de análogos de pescado SimpliiGood, ven una enorme potencia en este alimento del futuro.
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Tecnología con microalgas
Para muchos consumidores, el sabor de las microalgas, no puede ser agradable; sin embargo, con modificaciones tecnológicas se pueden hacer cambios significativos, como lo que se están incorporando en productos lácteos para nutrición deportiva.
También se están investigando para aplicaciones avanzadas como alternativas de pescado a base de plantas, como el de salmón ahumado, compuesto al 100 % de spirulina mínimamente procesada de la empresa israelí, SimpliiGood.
Por su parte, tetraselmis demuestra un gran potencial para las representaciones basadas en plantas de criaturas marinas, ya que el olor y sabor tiene un parecido similar con los mariscos finos, como la langosta.
Futuro de las microalgas
Baruch Dach, fundador y director de tecnología de la empresa, SimpliiGood, se siente optimista sobre el futuro del mercado de las microalgas, ya que por sus beneficios nutrimentales crecerá dramáticamente la cadena de valor de la alimentación humana, debido a las nuevas aplicaciones y necesidades.
No todo está resuelto, para Navalho, las microalgas tienen muchos obstáculos que superar antes de que puedan alcanzar el estatus de corriente principal.
Como la mayoría de las microalgas se cultivan en el Lejano Oriente, han surgido muchas preocupaciones con respecto a la seguridad alimentaria, que puede verse comprometida por la mala calidad del agua, la calidad de los fertilizantes y la gestión general del cultivo”, menciona Navalho.
Ante estas preocupaciones, es urgente crear estándares de calidad para llevar las microalgas al consumo masivo.
Por otra parte, las empresas de microalgas, también ven la competencia desleal con productos, ingredientes y materias primas tradicionales, como un desafío importante a superar.
El reto es que la producción de microalgas no está subsidiada, e incluso los productores deben pagar por el CO2 que están utilizando, en cambio, la mayoría de los productos alimenticios en el mercado están subsidiados a nivel de producción.
Con políticas más sólidas se puede impulsar, el uso de fuentes de ingredientes locales y políticas verdes, que beneficien los nuevos consumos de proteína de origen vegetal.
Microalgas fortalecen la dieta plant based
Por sus notables beneficios que ya mencionamos, en donde destaca las buenas cantidades de proteína, las microalgas tienen un futuro alentador en la industria alimentaria.
En términos de capacidad de retención de agua, la espirulina tiene un valor muy positivo, cercano a la clara de huevo, menciona Navalho, lo cual podría funcionar hasta para repostería o panadería sin productos de origen animal.
La espirulina se puede usar para espesar, estabilizar, texturizar, como una alternativa al huevo y al gluten, aglutinante, agente gelificante, colorante natural y mucho más, ahí la intención de llamarla “superfood”.
Otro buen ejemplo es el extracto de ficocianina, derivado de la espirulina, que se usa como colorante natural y está siendo investigado por su bioactividad como antioxidante.
La spiruilina azul también se está haciendo presente en la industria alimentaria, algunas empresas en América del norte la han utilizado para pintar bebidas, manteniendo una etiqueta limpia.
Con todos estos beneficios detallados, es fácil ver la necesidad de incluir las microalgas en dietas plant based en personas veganas y vegetarias; sin embargo, se necesitan más estudios y apoyos económicos para que el acceso a ellas no sea tan costoso para los consumidores.
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