Para poder reciclarse, el vidrio se tritura y se funde en un horno para poder transformarlo en una nueva botella. Esto reduce el consumo de energía, disminuye el consumo de materia prima virgen utilizada y la huella de carbono del proceso de producción. En México se producen al año aproximadamente 3.2 millones de toneladas de contenedores, que podrían llenar 4 veces el Estadio Azteca. Si no se recicla puede tener un gran impacto ambiental. En Grupo Modelo, el vidrio representa el 75% del material de empaque. Por ello, generan una estrategia para interceptar el vidrio en varios frentes.