Más de la mitad de los consumidores en Estados Unidos, están dispuestos a pagar más por alimentos con etiqueta limpia. Además, desean aprender sobre tecnologías que ayudan a limitar la cantidad de aditivos y conservantes necesarios.
Los investigadores encontraron que el 56% de los encuestados mostraron reacciones positivas cuando se les preguntó si preferían alimentos con una etiqueta limpia y el nombre de la nueva tecnología. Sin embargo, cerca del 39 % de los encuestados mostraron una reacción negativa.
"A medida que los alimentos con etiqueta limpia se vuelvan más populares, este tipo de tecnologías también serán más valiosas para los fabricantes de alimentos". Así lo señala Karina Gallardo, Profesora de economía de la Washington State University y autora correspondiente del estudio.
Tecnología que impulsa la etiqueta limpia
La tecnología MATS (esterilización térmica asistida por microondas) permite a las empresas esterilizar productos alimenticios de una manera que conserva sus cualidades organolépticas. Haciéndolos más similares a una comida recién preparada.
También permite usar menos conservantes y aditivos alimentarios en comparación con las prácticas de esterilización actuales. Lo que hace posible tener un producto final con la etiqueta limpia difícil de lograr.
Jill McCluskey, Economista de la WSU y coautora del estudio, señala: “Históricamente, las comidas listas para usar que requieren una etiqueta limpia han sido difíciles de producir con la tecnología convencional de conservación de alimentos. No obstante, los avances recientes lo están haciendo posible.
Sin embargo, los consumidores a menudo desconfían de adoptar nuevas tecnologías, especialmente cuando se trata de los alimentos que consumen. Por lo cual es importante considerar su percepción de los costos y beneficios.
Si bien los participantes en la encuesta mostraron una preferencia general por la etiqueta limpia, hubo una gran minoría de personas en el estudio que no estaban interesadas en pagar el precio superior por el producto con menos ingredientes. Estos participantes tendían a tener ingresos anuales inferiores a 67 mil dólares estadounidenses, tenían hijos en el hogar y se percibían a sí mismos como menos saludables.
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