Los hábitos de consumo de los compradores se han ido transformando desde antes de la emergencia sanitaria por el Covid-19, pero la pandemia ha logrado que algunos de estos cambios metan el acelerador.
Estos cambios generan nuevas oportunidades para las empresas de la industria alimentaria, puntualizó Mariela Mociulsky, experta en investigación de mercado y análisis de tendencias sociales y de consumo, durante el webinar “Megatendencias y nuevas oportunidades de consumo para la industria”.
Durante su participación en el evento organizado por el Food Tech México, la experta declaró que las empresas del sector alimentario que busquen ser más innovadoras y valiosas deben considerar a las necesidades de los compradores para tener resultados positivos.
La especialista destacó que los jugadores de la industria alimentaria deben considerar los cambios demográficos, tecnológicos y geopolíticos, los cuales marcan el rumbo de las grandes megatendencias, dado que son oportunidades para generar valor.
Si bien algunas de estas megatendencias se desarrollaron desde antes de la pandemia, con esta emergencia metieron el acelerador, sobre todo en áreas como la adopción de tecnología, por lo que generan cambios y nuevas protestas.
“Es como si el futuro se hubiera adelantado. Mucho de lo que estaba previsto para los próximos tres o cuatro años está ocurriendo hoy porque el hito más importante es está gran revolución digital que estamos experimentando”, compartió Mariela Mociulsky.
Mariela Mociulsky compartió las cinco megatendencias en las cuales las empresas de la industria alimentaría tendrán oportunidad:
Fronteras porosas
Los productos que adoptan características de diferentes categorías son un ejemplo de cómo logran permear en estas fronteras.
Es por ello que el sector alimentario necesita crear e innovar mercancías híbridas, que estén hipersegmentadas por etapas de la vida, personalizar los productos para cada comprador y parar ello es relevante contar con inteligencia colaborativa dado que los consumidores buscan ser protagonistas de estos cambios.
Raíces móviles
Las empresas deben generar productos que creen conexión con los propios recuerdos del consumidor, sus raíces, sus refugios, y esto se logra con dos características sencillas: seguridad y refugió.
Mariela Mociulsky añadió que para lograr cubrir ambas características es importante destacar el valor de ingredientes ancestrales, de productos locales y comercios cercamos más seguros. De acuerdo con la especialista, la industria puede adoptar esta multiculturalidad y explorarla en sus productos a través de los sentidos.
Ego balance
En este segmento están las marcas con plus emocional, las cuales tienen la capacidad para inspirar y crear tendencias, como la creación de las etiquetas limpias, los alimentos libres de determinados ingredientes o aquellos que tienen pocos procesos.
Es importante destacar la comunicación entre los ingredientes naturales con los que ya existían, pero que logran tener nuevas características como más proteínas, probióticos, colágenos y aquellos que ofrecen nuevas tendencias sensoriales, explicó Mariela Mociulsky.
Neo conectividad
Estas son marcas con alternativas para que el consumidor pueda estar en control de su energía y su vida y las cuales han tenido mayor exposición a causa de la pandemia, dado que los consumidores se sienten vulnerables y están en busca de adquirir productos que les permitan tener un cuerpo fuerte e inmune, por lo que serán más exigentes con su alimentación.
Las empresas del sector alimentario deben ofrecer alternativas que permitan que los consumidores tengan más opciones que les ayuden a tener un mejor rendimiento mental para controlar su ritmo de vida.
Responsabilidad
Tomar posición ante temas importantes para mejorar el bienestar de las comunidades y del planeta son características que los compradores tomarán en cuenta para desarrollar su preferencia por marcas o productos.
Esta es una era de consumo consiente, destaca la especialista y por ello los consumidores van a ser más responsables y valorarán más el desarrollo de envases ecológicos, los procesos de reciclaje y los productos de origen vegetal o sostenibles. Además, reforzarán su confianza en la ciencia, la tecnología, la ética y en las macas que crean vínculos entre individuos y causas sociales.
“La industria alimentaria va a mantener un papel clave en la vida de las personas, se necesita que siga siendo proactiva, que brinde seguridad en la forma de producción, en los ingredientes, en los niveles de investigación y desarrollo pero también en la empatía”, compartió Mariela Mociulsky.