La creciente preferencia por la comida preparada alimenta la demanda de productos congelados debido a su factor benéfico que ahorra tiempo y esfuerzo en comparación con cocinar desde cero. El estilo de vida agitado de la población mundial activa está impulsando considerablemente el mercado de alimentos congelados.
Este mercado es altamente desafiante y comprende competidores regionales e internacionales. Las empresas se enfrentan tomando en cuenta diferentes factores para obtener ventajas diferenciales, entre ellas:
- Mejor oferta de productos
- Ingredientes
- Calidad
- Sabor y aroma
- Precio
- Funcionalidad
- Tamaño y empaque
- Actividades de marketing
Específicamente, el mercado del atún sigue una tendencia al alza por su popularidad entre los consumidores. La demanda de este alimento está proliferando, ya que tiene una larga vida útil, brinda practicidad que facilita su consumo y fomenta que lo aprovechen como un alimento listo para comer.
“A partir de la pandemia, la categoría de pescados y mariscos se ha visto muy beneficiada. Ha tenido tendencias muy positivas, principalmente porque durante ese periodo el consumidor encontró en estos productos, principalmente el atún, un alimento que se adaptaba para encontrar a su chef interno”, así lo declara en entrevista para The Food Tech®, Alfonso Alvirez, director negocios en desarrollo de PINSA Comercial.
El directivo señaló que, ahora que volvió el ritmo de trabajo habitual donde hay modelos híbridos y presenciales, se mantuvo la percepción positiva que se tiene sobre el atún congelado y de sus formatos de conveniencia, pues permite tener productos frescos de manera accesible e inmediata, lo que significa un aspecto positivo en el desarrollo del sector de pescados y mariscos.
Por su parte, Ernesto Boleaga, gerente de innovación y nuevos negocios de PINSA Comercial, agregó que, una de las razones por la que está creciendo el mercado tiene que ver con productos de valor agregado y con la respuesta a la demanda de los consumidores. Es decir, existen necesidades; por lo tanto, los productos deben cumplir con ciertas características; por ejemplo, que no contengan carbohidratos y que sean libres de gluten.
3 grandes desafíos en el mercado del atún
De acuerdo con Boleaga, uno de los principales retos se encuentra en el lugar para guardar el producto, pues, a diferencia de otros países, los consumidores no tienen un contenedor adecuado para resguardar sus productos congelados.
“Considero que el 98% de los hogares tienen congelador, pero son congeladores pequeños, son muy pocos los que tienen electrodomésticos adecuados para mantener este tipo de productos como pollo, carne, pescados y mariscos”, señala.
Por su parte, Alvirez destacó que otro desafío está relacionado directamente con la cultura, ya que entre los consumidores existe la creencia de que el producto congelado “algo tiene”. Es muy común escuchar que los productos congelados que duran tanto tiempo “tienen químicos”.
“La conservación per se es el frío. De los productos enlatados también dicen “quién sabe qué tendrá para que duren tanto tiempo”, pero en realidad, la lata en la que se conserva tiene un recubrimiento interno para proteger bien al producto”, apuntó.
Y agregó: “Creo que el tema cultural también ayudaría mucho a que los consumidores conozcan un poco más cómo se extiende la vida de anaquel. Además, hay que quitarles el miedo de comprar productos congelados que inconscientemente rechazan pensando en que “pueden tener algo”.
Los directivos señalan que estos son algunos de los mitos que se relacionan con la industria y hacen pensar que sus productos pudieran tener menor calidad nutrimental porque “se le agrega algo”. Por ello, consideran de suma importancia desmitificar estas afirmaciones.
“Otro desafío es trabajar sobre el uso, es decir, en la manera adecuada de descongelar para poder mantener un producto en óptimas condiciones. Muchas veces, lo que hacen algunos consumidores es poner en agua caliente un pedazo de atún y este choque térmico no beneficia al producto. Esto tiene que ver con cultura y educación”, explicó Boleaga.
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La tecnología como eje en la industria atunera
Boleaga explicó que han podido desarrollar su propia tecnología de congelación, que, si bien no es IQF, les ha permitido llegar al consumidor manteniendo:
- Características óptimas de frescura
- Cualidades organolépticas
“Hemos podido desarrollar empaques skin back, que representan una manera novedosa para el consumidor que permite mantener la integridad del producto. Hemos invertido en esta innovación y nos ha permitido mostrar al consumidor nuestro producto con un valor agregado de una manera más fácil”, expresó Boleaga.
“Además, el desarrollo de empaques en productos congelados se está enfocando hacia la sustentabilidad, aunque todavía se percibe un poco rezagado el tema de empaques inteligentes”, añadió.
Alfonso Alvirez comentó que la tecnología les ha permitido establecer una planta tecnificada con los procesos tecnológicos necesarios. Por ejemplo, cuentan con una máquina cortadora que permite medir una pieza o un lomo de atún y los corta en trozos del mismo peso.
“Esta tecnología nos ayuda a eliminar desperdicios, a eficientar que todas las piezas pesen exactamente lo mismo y se puedan vender productos con peso exacto y con código de barras, lo que representa un cambio para la industria cárnica de pescados y mariscos a granel y permite mostrarlos como productos de valor agregado, lo cual contribuye al desarrollo de la cadena de suministro”, expuso.
Conveniencia e indulgencia: las principales demandas de consumo
“Desde hace tiempo trabajamos en la innovación y desarrollo de productos con valor agregado que sean prácticos, inteligentes y ricos. Actualmente, el consumidor cada vez tiene menos tiempo para comer o quiere gastar menos tiempo en preparar sus alimentos. Entonces, se inclina por productos Ready to eat que solo puedan meter a un horno o en el microondas. Todo el mundo está corriendo y quiere comer rico, así que la conveniencia es la tendencia que resalta”, compartió Alvirez.
Boleaga explicó que, derivado de las diferencias generacionales, otra de las tendencias se enfocará en ir desarrollando productos para millennials y centennials, para parejas e incluso para quienes tuvieron hijos y ya no viven con ellos y buscan indulgencia a través de productos y porciones individuales.
“Vemos un campo muy fructífero para innovar y desarrollar nuevos productos, y esto es lo que van a estar buscando los diferentes consumidores. El valor sobre la relación calidad-precio cobra mayor importancia”, recalcó.
El directivo enfatizó que los consumidores siguen apostando por consentirse. Esto incluye diversos aspectos, desde la parte gustativa, experiencial, conveniencia y rapidez, hasta comer entre comidas algo rico, saludable e indulgente: “realmente vemos una perspectiva bastante favorable y un campo fructífero en el desarrollo e innovación de nuevos productos en el futuro”, dijo.
El especialista indicó que hay un interés importante en los productos plant-based, en pescados y mariscos: “lo que también buscamos es poner foco al consumidor flexitariano, ya que busca ciertas proteínas que tengan un impacto positivo con el medio ambiente”.
“Siempre estamos abiertos y hemos estado trabajando en importar tecnologías e incluso líneas completas de productos que creemos que hacen mucho clic con las tendencias de consumo que detectamos en el mercado de atún, pescados y mariscos congelados. Hemos podido encontrar ese equilibrio entre un producto saludable y uno que tiene características de sabor de valor agregado que se puedan adaptar a distintos estilos de vida”, destacó Boleaga.
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