Actualmente la principal fuente de proteínas es de origen animal, por lo que un aumento en la demanda en los próximos 20 años supondría un crecimiento del 40% en el consumo de productos cárnicos.
Esta mayor demanda plantea la necesidad de asegurar la sostenibilidad de la cadena alimentaria, con procesos más eficientes e identificando nuevas fuentes proteicas para el desarrollo de una economía más competitiva, sostenible e integradora (estrategia europea 2030).
El desafío de la sostenibilidad y la mayor concientización en la población europea, especialmente de las generaciones más jóvenes, tanto por lo sostenible, como por lo saludable y conveniente, y, por extensión, el bienestar, la salud y la calidad de vida.
La industria alimentaria y su apuesta por las proteínas alternativas
En ese sentido, la industria alimentaria está lanzando productos dirigidos a quienes apuestan por llevas una dieta flexivegetariana. Un ejemplo que podemos encontrar en los lineales de Reino Unido es una salchicha ahumada elaborada con carne de cerdo, coliflor y garbanzos.
Los insectos también son una fuente de proteína alternativa, la empresa alicantina Insectfit lanzó al mercado unas barritas proteínicas elaboradas con harina de insecto que contiene Omega-3 y Omega-6, además los 9 aminoácidos esenciales necesarios para un buen funcionamiento y recuperación muscular.
La innovación en nuevos productos debe saber conjugar productos naturales y nuevas fuentes de proteínas. Para ejemplificar esta casuística, citar una bebida de coco sin gluten, ni lácteos, ni azúcares añadidos y sin cualquier otro ingrediente artificial. Está únicamente elaborada con ingredientes naturales ricos en proteínas.
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Las leguminosas al rescate
Las proteínas vegetales provienen principalmente de las leguminosas que históricamente se han consumido junto con los cereales ya que son alimentos que el hombre empezó a cultivar y han formado gran parte de la de la base de la alimentación de las grandes culturas que existieron desde hace muchos siglos.
El consumo de las leguminosas como se ha relacionado con la seguridad alimentaria, ya que, de acuerdo con la nutrióloga, Julia León dentro del webinar: “Proteínas vegetales: nuevas tendencias en la alimentación”, se ha podido demostrar que la producción de las proteínas vegetales es mucho mas económico que las proteínas de origen animal.
Además, son una fuente de proteínas vegetales, de aminoácidos y otros nutrimentos muy necesarios como la de la fibra, que tiene muchos beneficios a la salud digestiva. Sin embargo, no solo se deberá enfocar en el aporte de proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales de las leguminosas, también se deberá considerar otros beneficios a la salud como la prevención de enfermedades crónicas y la obesidad.
El auge del plant-based
Durante el confinamiento y los problemas de restricciones provocados por la pandemia, los consumidores han priorizado su bienestar y el de sus familias por encima de cualquier aspecto. Esta conciencia les ha permitido adquirir nuevos hábitos alimenticios que van enfocados en la búsqueda de una nutrición más integral, natural y sustentable.
Dicha situación ha generado una influencia positiva en el crecimiento de los productos plant-based, el cual muestra un importante incremento en todas las categorías de productos, principalmente panificación, snacks, lácteos y cárnicos.
De manera rápida, los consumidores conscientes han incrementado el consumo de productos plant-based en sus dietas, lo cual se ve reflejado a través del estudio realizado en este 2021 por Ingredion México, para conocer la preferencia de consumo de los mexicanos. Los resultados señalan que 58% está interesado en consumir alimentos y bebidas de origen vegetal.