Si bien, la pandemia sirvió como un parteaguas para que el consumidor global cambiara sus hábitos de consumo, las nuevas generaciones parecen ser las más preocupadas por seguir una alimentación sostenible.
- Y es que, de acuerdo con los últimos estudios realizados por AINIA, a cuatro de cada cinco consumidores les preocupa bastante la situación medioambiental del planeta y siete de cada 10 consumidores intenta cuidar el medio ambiente con acciones personales.
Factores como la globalización, el aumento de la población, las restricciones en las cadenas de suministro debido al conflicto entre Rusia y Ucrania, han sido algunos de los detonantes para que se incremente la presión medioambiental relacionada con la alimentación.
Es por ello que los expertos explican que, para poder hacer una transición hacia un modelo de alimentación sostenible, se tendrán que involucrar a todos los jugadores que participan en el proceso de la cadena agroalimentaria:
- Productores
- Distribuidores
- Consumidores
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La importancia de la alimentación sostenible
Jesús Martínez, especialista de AINIA, explicó que como consecuencia de la creciente concienciación de los consumidores del impacto que tienen sus hábitos de consumo en la situación medioambiental, estos se han ido modificando en los últimos años hacia comportamientos más respetuosos con el medioambiente.
Por ello, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) elaboró un decálogo de principios con el que los consumidores pueden seguir una alimentación sostenible y alternativa a la alimentación tradicional. Estos principios que promueve la OCU son:
- Evitar el desperdicio alimentario
- Reducir la ingesta de productos de origen animal
- Consumir productos de origen animal de producciones extensivas
- Elegir productos agroecológicos
- Consumir productos locales
- Consumir productos de temporada
- Evitar alimentos con una alta huella de carbono
- Preferir productos a granel
- Apostar por el comercio justo
- Comprar menos productos procesados y priorizar los frescos
El impacto ambiental de los hábitos de consumo actuales
El consumo de alimentos representó el principal impulsor de los impactos ambientales generados por una persona consumidora promedio en España, alcanzando en 2018, para el índice ponderado, el 52.1% de la Huella de Consumo, reveló el informe, “Sostenibilidad del Consumo en España”, elaborado por el Ministerio de Consumo y el JRC de la Comisión Europea.
Además, la Organización para las Naciones Unidas (ONU) explicó que si bien los impactos ambientales más graves en los alimentos se producen en la fase de producción (agricultura y procesamiento de alimentos), los hogares influyen en estos impactos a través de sus hábitos y elecciones dietéticas.
Asimismo, la organización enfatizó en que el desperdicio alimentario es una de las problemáticas más importantes relacionadas con la alimentación, ya que un tercio de todos los alimentos producidos, equivalentes a 1,300 millones de toneladas por valor de alrededor de mil millones de dólares, termina pudriéndose en los contenedores de los consumidores y minoristas.
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